El jefe de policía, Kim Hongjoong, tenía un día de lo más monótono y aburrido,así que se asomó por la puerta de la pequeña comisaría para observar el tráfico ysaludar a los transeúntes.
Le resultó un poco raro ver a Kim Sunoo aparcar su bicicleta cerca de la puerta y dirigirse hacia él. Miró confuso los adornos de pegatinas de la bici, preguntándose por qué un niño tan educado y distinguido deseaba tener monstruos y calaveras en su bici, asumiendo al fin que eran cosas de niños que él nunca entendería. Menos mal que él, con treinta años, aún no tenía perspectiva alguna de casarse o formar una familia, todavía le quedaba tiempo para pensar en todas esas cosas...
Sus pensamientos fueron interrumpidos de repente por una dulce voz.
—Señor Kim, tengo que hablar con usted sobre un crimen.
Hongjoong miró sorprendido al niño y lo condujo dentro. Él se sentó detrás de su escritorio y la pequeña en una silla contigua.
—Bien, niño, cuéntame todo lo que quieras, aquí nadie te hará daño —comentó el jefe de policía preocupado por el chiquillo.
—Quiero que detenga a mi vecino por exhibicionismo; sé lo que significa la palabra y he leído por Internet que se puede detener a una persona por alteración delorden público y exhibicionismo.
—¿Quieres que detenga a Park Sunghoon y lo meta en la cárcel? —preguntó el jefe de policía algo pasmado.
—No hace falta que vaya a la cárcel, puede simplemente echarlo del pueblo —propuso alegremente el niño seguro de haber conseguido su objetivo.
—Bueno, Sunoo, verás: antes de poder denunciarlo y de que yo lo meta en la cárcel o actúe de algún modo, debes tener pruebas del delito. Exactamente, ¿qué fue lo que hizo Sunghoon?
—¡Sacó el culo por la ventana de su habitación y nos lo enseñó a mí y a misamigos del club de exploradores! —contó el indignado.
—Esto..., yo..., lo siento mucho pequeño, pero no puedo meter a nadie en la cárcel por enseñar el culo —respondió Kim.
—Lo suponía... —suspiró Jiwoong resignado—. Entonces, ¿puedo colgar este cartel en su tablón de anuncios?
—Sí, por supuesto. Pero aquí nadie lo verá. Ese tablón sólo lo usamos para los sospechosos que buscamos.
—No importa, tengo más para repartir por todo el pueblo —comentó mientras colocaba el cartel—. Muchas gracias por su tiempo señor Kim, y hasta luego.
Cuando Hongjoong vio marcharse al niño calle abajo hacia las tiendas del lugar, le picó la curiosidad y se acercó al tablón para ojear lo que anunciaba. «Se busca», ponía en letras grandes encima del dibujo de un trasero. Debajo de éste, en letras más pequeñas, podía leerse: «Por si tienen dudas, el sospechoso de la caricatura es Park Sunghoon. Se le busca por exhibicionismo y alteración del ordenpúblico. Tengan mucho cuidado: es peligroso, ya que su culo siempre va armado.»
Hongjoong no paró de reír ni un segundo mientras se dirigía hacia el teléfono de suoficina y marcaba un número ya conocido por todos en ese pueblo.
Cuando atendieron su llamada, simplemente dijo entre risas:
—Apuesto diez dólares por Kim Sunoo.
Un nuevo punto se añadió ese día a la lista de Sunoo cuando éste finalmentellegó a su casa: «6. Que no lo busque la policía.»
Las jugarretas de los niños continuaron. A medida que iban creciendo, éstas setornaban más ingeniosas. Además, se pinchaban continuamente para ser el mejor y elmás perfecto en las actividades extraescolares, y así se pudo ver cómo el pueblo de Suwon tuvo al mejor alumno en clase de cocina ante un furioso Sunoo, asícomo al excelente y más violento jugador de hockey ante un asombrado Sunghoon.
Cuando los niños competían entre sí, era la guerra, pero, cuando se juntaban,resultaba asombroso ver cómo se compenetraban para lograr ser los mejores enaquello que estuviesen haciendo. A pesar de que en ocasiones pactaban una pequeñatregua por el bien de la comunidad, sus pillerías seguían siendo la mejor diversiónante los monótonos días en ese aburrido pueblo.
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Mi Perfecto Sapo Azul ▒ SungSun
RomanceKim Sunoo y Park Sunghoon se declararon la guerra desde pequeños. En cuanto se conocieron se convirtieron en acérrimos enemigos, pues Sunoo es «Don Perfecto» y Sunghoon un niño un tanto salvaje. Pero ¿qué ocurre cuando los niños crecen y Sunghoon se...