25. Capitulo

1.3K 104 0
                                    

Harry esperaba pacientemente a que su padre abriera la puerta sabía que estaría muy enojado asi que sinceramente estaba estresado lo a estado evitando desde que entró a clases.

La puerta se abrió revelando a su padre que se veía enojado sabe que está clase no será fácil, ya todos sentados su padre empezó un discurso que Harry se sabia se memoria había oído a su padre recitarlo millones de veces.

" Ustedes están aquí para aprender la sutil ciencia y exacto arte de las pociones, aquí habrá muy poco de tontos movimientos de varita y muchos de ustedes dudarán que esto sea magia. No espero que lleguen a entender la belleza de un caldero hirviendo suavemente, con vapores relucientes, el delicado poder de los líquidos que se deslizan a través de las venas humanas, hechizando la mente, engañando los sentidos... Puedo enseñarles cómo embotellar la fama, preparar la gloria, hasta detener la muerte... Si son algo más que los alcornoques a los que habitualmente tengo que enseñar"al terminar el discurso volteo a ver a Harry y a Draco que sonrieron con suficiencia esto era un juego de niños para ellos.

A esto le siguió más silencio, Granger estaba sentada al borde de la silla y parecía desesperada por empezar a demostrar que no era un alcornoque, algo que ciertamente les pareció patético.

"Prince, Que obtendré si añado polvo de asfodelo a una infusión de ajeno"dijo su padre con unas inmensas ganas de sonreír al ver la cara de suficiencia de su hijo en lo que Harry contestaba Granger levantó su mano rápidamente algo que hizo que Severus y Harry pusiera cara de desprecio.

"Filtros de muertos en vida, señor" dijo Harry sonriendo al ver la cara de enojo de Granger, el y Draco se estaban muriendo de la risa sin disimular al igual que todas las serpientes.

"Dónde buscarias si te dijo que me encuentres un bezoar" Harry miró a su padre incrédulo enserio no podía ponerle algo más difícil pero bueno.

"El bezoar es una piedra sacada del estómago de una cabra, y sirve para salvar de la mayoría de los venenos"dijo Harry simplemente viendo la cara de enojo de Granger no tiene precio, de seguro pensaba que seria la mejor pero no le gana a un sangré pura que a leído esto toda su vida, en cambio ella una sangre sucia se acaba de enterar ayer que es una bruja que infantil.

Su padre seguía haciendo caso omiso a la mano que Granger no se rendía en levantarla.

"Cuál es la diferencia, Prince, entre aconito y luparia?" Dijo Severus divertido al ver la mano levantada de Granger que seguía ignorando.

Harry tardo en responder y ahi fue cuando Granger se harto.

"Señor, yo lo sé aconito y luparia es la misma planta no se por que no me hace caso es obvio que el no sabe nada" dijo Granger estallando y ahí fue cuando Harry y Draco que estaban sentado juntos estaban seguros de que Granger había firmado su sentencia de muerte.

"Siéntese que sea una insoportable sabelotodo no le da derecho de tener estos exabruptos, detención el lunes, y ustedes por qué no están apuntando" dijo su padre severamente hacia Granger que están seguros quiere llorar no esperaba ser castigada, ella solo quería ser la mejor de la clase.

"A y se le restarán puntos a Gryffindor por su descaro señorita Granger y a usted señor Prince 15 puntos para Slytherin"se oyeron chiflido de parte de Slytherin y bufidos de parte de Gryffindor.

Las cosas no mejoraron para los Gryffindor a medida que continuaban las clases de Pociones. Snape los puso en parejas para que mezclaran una poción sencilla para curar forunculos, un juego de niños según Harry y Draco pero bueno. Su padre se paseó con su larga capa negra algo que ciertamente caracteriza a su padre, observando cómo pesaban ortiga seca y aplastaban  colmillos de serpiente, criticaban a todo el mundo menos a Harry y a Draco, algo que ciertamente ponía muy celosos a todos pero en especial a Granger y Weasley.

En el preciso momento en que estaba con ellos diciéndoles a todos la perfección con las que había cocinado a fuego lento las babosas con cuernos, unas nubes de humo verde y ácido y un fuerte silbido llenaron la mazmorras. De alguna forma, Longbottom se las había ingeniado para convertir el caldero de Seamus en una masa retorcida, y la poción que contenía se derramaba por el suelo y quemaba los zapatos de los alumnos, haciendo agujeros. En segundos toda la clase estaba subida a sus taburetes, mientras que Longbottom, que se había empapado en la poción el volcarse sobre él el caldero, gemía de dolor; por sus brazos y piernas aparecían pustulas rojas.

"Chico tonto, supongo que añadiste las puas de erizo antes de sacar el caldero del fuego"dijo su papá con enfado, haciendo desaparecer la poción con un movimiento de varita.

Neville lloriqueaba, mientras las pústulas comenzaban a aparecer en su nariz.

"Llévalo a la enfermería" ordenó su papá a Finnigan, luego se acercó a Granger y Weasley que habían estado al lado de Neville.

"Tú, Hermione Granger, por qué no le dijiste que no pusieran las puas? Pensaste que si se equivocaba quedarías bien ,esos son otros puntos que pierdes para Gryffindor" dijo su papá Harry solo sonrió satisfecho.

"La clase termino, Malfoy, Prince quédense un segundo"

te amo desde que te conocí Donde viven las historias. Descúbrelo ahora