Parte 4: Olvídame, no mires atrás.

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Dime cuantas veces más. Pienso en sus ojos que me llevan a las nubes, y me pongo a suspirar, se entrecortan mis suspiros porque saben que él no está. ¿No es suficiente con robar mi corazón, también me quitaras mi libertad? Sabe que sin su presencia vivir es fatigante, me espera un camino con dolores abrumantes y la niebla de su sombra que me susurra que a partido, que solía perderme en su mirada y él en mis gemidos; pero no hay deterioro al cansancio que la presencia de su aroma no remedie, porque su mera y cálida cercanía era capaz de despertarme de mis pesadillas...

Decían los viciados engreídos de mi especie, que el delicado velo que separa nuestros mundos se vuelve más escuálido cuando llegaba la noche y las estrellas cubrían el cielo, pero en un mundo donde lo divino y lo terrenal coexisten no hay barreras que indiquen quien es el ser de la suprema gracia y el omnipotente poder, todos somos responsables de nuestras acciones y llevamos escrito en el presente las consecuencias de tales...

Sigue teniendo la misma expresión dulce y protectora de cuando lo conocí, aun puedo recordar cuantas noches, fueron muchos aniversarios, muchos atardeceres, lloramos, reímos y no creí sinceramente que llegara a durar tanto. Supongo que la mejor parte de un camino es cuando miras atrás y vez que si has avanzado, y que realmente vale la pena donde estas, pero hay algo que me sigue torturando, y es que sé que el miedo y el deseo forman parte de una misma moneda...

A pesar del amor profundo que siento por ella, es inevitable que el paso del tiempo deje marcas en su rostro y en su cuerpo. He logrado ocultar la verdad tras mi eterna juventud, sin embargo debía evitar que su astucia perspicaz lo sospechara. Empezamos ofreciendo lo mejor de lo mejor al destinatario de nuestras vidas, hasta que lo adaptamos a que si algo en un momento no es como lo imagina la perfección culmina, y la serenidad traumada hace efectos en adularlo; nos olvidamos de nuestras propias metas, se marchitan los sueños y mueren las campanas de la felicidad que en antaño recibíamos con tanta osadía. Terminamos siendo consumidos tanto por nuestros actos generosos como los egoístas, pero aunque el olvido sea una opción será siempre criticada a cual cobarde decide usarla. En la eternidad, ella será la flor que prospera bajo la luz que le regalan las estrellas. Ni todo el poder que el cielo me dio será suficiente para protegerla del daño que yo mismo puedo hacerle. Mi ser inmortal contrasta con la frágil y efímera existencia humana, y el peso de la maldición comienza a manifestarse en forma de señales cada vez más evidentes; siento el tormento de la indudable separación que se avecina...

Aunque su expresión había estado más fría de lo normal, últimamente actuaba como si quisiera forzarse a no mirarme, salía por horas y me dejaba encerrada en la casa, no se alimentaba casi, no habíamos tenido relaciones hacia casi dos semanas, algo realmente le preocupaba o lo estaba incomodando. Me siento impotente con esta situación, mis ojos querían penetrar los suyos, esa mirada violeta que me envolvía en inquietud. -Ódiame cuanto puedas que yo seré capaz de amarte hasta cuando más duela- Suspiró calmosamente y murmuro algo sobre sus ojos. -Dirígeme solo la palabra, tu mirada puede causarme un delirio- En la profundidad de sus pupilas peligro...

-Si no te rindes ahora te dolerá después- No puedo contarle la verdad, no quiero abandonar este amor que tengo por ella, pero ya he pasado cerca mucho tiempo. Ella tampoco entiende que ocurre, todo estaba bien; quiere ceder a sus impulsos, justo como el primer día, pero no lo hará. -Prefiero que me duela a saber que tuve la oportunidad y la desperdicié- Recuerdo que era terca, no creí que se fuera a complicar tanto, solo lo hace más difícil para ambos. -No procesas la situación, no sabes lo que dices- Su suspiro lo decía todo, quién diría que en un suspiro se puede contar una historia. -Dime directamente que renuncias a lo nuestro, que renuncias a los días, a las noches y a los amaneceres y ocasos; no busques palabras lindas que no lastimen lo que ya está roto, no encontraras algo que no existe, no cambiaras la razón de tus palabras, y el acto de tu prevalencia- No sería capaz, pero ya ha pasado más tiempo del que puedo pedir, fueros años estupendos, realmente doy gracias, y anhelo poder repetir todos y cada uno de los acontecimientos que vivimos. -Yo no dije que quiero terminar- La misma situación, diferente el contexto, tanto que decir, tan poco de que querer hablar. Ella respondió, si, imposible que una mujer no tenga la última palabra. -Puede que no lo hayas dicho literalmente, pero fue lo que tu instinto metafórico quiso expresar- A veces no se trata de rendirnos, sino de saber cuándo es suficiente, cuanto podemos hacer y la hora de detenernos y ver que luego de intentar, lograr y fracasar es tiempo de dejar pasar; por más terco que sea, por más que quiera seguir adelante, no puedo luchar contra el tiempo, mi cuerpo quedara en un bucle eterno de semejanza, pero mi mente recordara cada momento de esta y todas tus anteriores vidas. Yo tengo un objetivo, incluso luego de ser maldecido y expulsado mi objetivo seguirá teniendo tu nombre...

Yo solía perderme en su mirada, ahora solo busco desesperadamente el refugio a este sentimiento de vacío que me excede, me alimento bruscamente de las noches de recuerdos, pero esas alegrías momentáneas no son más que el camuflaje de la tristeza perpetua. Solicito su presencia, exijo sus besos y reclamo sus abrazos; los días se vuelven vacios desde mi ventana. Quizás estoy loca por pensar que lo siento en la brisa o en las estrellas, pero definitivamente estoy loca por creer que podía olvidarlo con la presencia de alguien más...

No seré capaz de dejar este sentimiento atrás, sin embargo nadie me dijo que enamorarse era sencillo, difícil es dejar ir por amar y nunca haber sido amado, pero ella me amaba tanto como yo a ella. Me rompé el corazón en una esquina viéndola caminar con él de la mano, pero es feliz y yo seguiré en el silencio velando por ella...

Había soles que las madrugadas de primavera no pudieron apagar, había un sinfín de emociones en avalancha, me hacían cuestionarme si la verdad alguna vez fue una opción. No me arrepiento; recuerdo que los momentos icónicos de la vida son el presente relativo a los fragmentos del pasado, aprender de ellos y no los juzgarlos es lo que debo hacer, porque volveria una y mil veces a hacer lo que hecho está, solo me duele que los sentimientos apagados le quiten la euforia a las virtudes del presente saturado...
...Hemonos aquí, casi seis décadas después, sintiendo el mismo vacio desde que nos separamos y la misma tristeza de cuando la vi morir, al fin la veo a los ojos de nuevo. Si me pidieran abrazar la belleza la abrazaria por esas ocho veces que la veo de una forma diferente. Mi mente recordaba perfectamente el día que me prometí a mi mismo con voz firme pero desgarrándome por dentro reencontrarnos en su próxima vida...

Era el atardecer más bañado en melancolía que había visto, pero juraría que esas hojas ya habían visto vivir esa escena, ese joven guardaba una mirada muy familiar, parecía llevar consigo la promesa de un encuentro...

Mis brazos querían desprenderse de mi cuerpo impulsivamente, precisaba un abrazo suyo; despasio Levis, que tu impulso no te venza, guarda las lágrimas y recuerda. -Soy Levis, ¿Cómo te llamas?-...

Repíteme Tu NombreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora