C-9 Escondiendo un cuerpo.

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El primer día de clase, Thiago se pegó a Maykel todo el tiempo, complaciendo así el corazón del pequeño pelinegro pero llamando la atención de los estudiantes que ya conocían al peli-café.

Jugando con su teléfono fuera del curso de Maykel, Rubén veía a su amigo dándole indicaciones al más pequeño de cómo se escriba una palabra, la profesora estaba dictando la lista de útiles que se usarán en su clase, era hora de salida pero su amigo y el otro niño demoraban.

( Nunca espere que fuera tan diligente y paciente con él. )

Haciendo una ligera mueca de disgusto ante la escena frente a él, el rubio sentía su corazón incómodo, había estado corriendo detrás del niño cara de palo por la mayor parte del tiempo que se han conocido y este a lo mucho le deja llevarlo a donde él quiera, eso no significaba que le prestará mucha atención.

Al menos no tanta como se la daba al niño con quién vivía ahora.

( Esto es molesto. )

Fingiendo estar bien cuando vio a los niños salir, se apego al peli-café y al pequeño pato sonriendo preguntando cómo fue la clase.

— . . .

— Estuvo bien, Maykel puede escribir ahora 4 palabras nuevas sin error ortográfico.

La monotonía en la voz del oji-lila llevaba un toque de ternura mientras acariciaba la cabeza del niño pegado a él, alzando el pulgar felicitando a Maykel, Rubén fue ignorado por el niño.

Maykel lo había notado desde la primera vez que el rubio había aparecido, ese chico con aspecto bello y refinado le quería quitar a su hombre pero las acciones de este siempre parecían a las que haría un amigo, por lo que, por el momento solo le iba a vigilar.

— ¿Por qué le caigo mal?

— No a todos le vas a caer bien.

En casa después de presentar la lista de útiles junto a los nombres de cada profesor con las materias que darán, ambos niños estaban libres, al menos eso pensó Thiago hasta que el guardaespaldas Jay los llevo al cuarto de entrenamiento

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En casa después de presentar la lista de útiles junto a los nombres de cada profesor con las materias que darán, ambos niños estaban libres, al menos eso pensó Thiago hasta que el guardaespaldas Jay los llevo al cuarto de entrenamiento.

— Señorito Thiago, hoy practicará sus puños, por favor golpee 30 veces el saco de arena como se le enseño la vez pasada.

— . . . Bueno.

Centrado en golpear el saco de boxeo dejó que Maykel jugará por allí en la sala de entrenamiento.

Aunque entendía que debía aprender defensa personal no estaba a gusto con dejar solo a su patito, por su parte Maykel fue sacado del cuarto de entrenamiento con la boca tapada y el cuerpo inmovilizado.

Fuera del cuarto el anciano Jay soltó al niño interponiéndose entre la puerta y él, el pelinegro molesto le vio con frialdad listo para arremeter con su pequeño y aún algo delgado cuerpo, antes de hacer un movimiento fue sometido por el guardaespaldas que le enseña a defenderse.

Devorando a mi amada Estrella.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora