Yuji está obsesionado con comer tu coño y accidentalmente le enseña a Sukuna lo placentero que puede ser.
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Sukuna , que nunca ha visto el atractivo de practicar sexo oral a una mujer, piensa que no obtendrá ningún placer personal con ello, así que ¿para qué molestarse?
Yuji , que es el polo opuesto y sueña con el día en que finalmente pueda llevarte a su cama. Solo para poder meter su cabeza entre tus muslos y comerte hasta que llores.
Sukuna , que se ha visto obligado a escuchar estos pensamientos durante años porque Yuji no se anima a invitarte a salir. En serio, han pasado años, está perdiendo la cabeza.
Yuji , quien finalmente te invita a salir después de una oportunidad de tomar coraje y no puede creerlo cuando le dices que has estado esperando una eternidad que él te haga esa pregunta.
Yuji , que olvida que incluso un solo trago de licor puede dejarlo borracho y en poco tiempo tiene sus manos sobre ti. No es que te importe, has esperado el mismo tiempo por él.
Yuji , quien te arrastra a una habitación al azar en esta fiesta en casa y cierra la puerta detrás de ti, con sus labios pegados a los tuyos mientras te hace retroceder hasta que caes sobre el colchón con él encima de ti.
Yuji , que te besa todo el cuerpo, cae de rodillas frente a ti y casi te saca la mitad inferior del colchón. Te quita los pantalones y la ropa interior de una sola vez para tirarlos a algún lugar de la habitación.
Yuji , que te abre los muslos para poder echarle un vistazo al coño con el que lleva años soñando, se le acumula saliva en la boca al ver tu coño chorreando.
Yuji , que se queja mientras baja la cabeza, mordisquea y chupa la suave piel de la parte interna de tus muslos. Tus miradas eufóricas lo incitan a seguir subiendo.
Yuji , cuyo aliento sale en jadeos cortos mientras se cierne justo encima de tu coño, te pide permiso una última vez ya que sabe que estará demasiado ido para detenerse pronto.
Yuji , que gime contra tu coño mientras te come, lame con avidez tu raja antes de tocar tu clítoris hinchado. La baba le resbala por la barbilla y luego por tu coño, mezclándose con tu excitación.
Yuji , que te hace desmoronarte en su lengua una y otra vez antes de que esté lo suficientemente satisfecho como para salir a tomar aire. Sus mejillas se sonrojaron y su cabello estaba hecho un desastre por donde tus manos habían estado tirando de él.
Yuji , que te ruega que le dejes comerte otra vez, como si sus labios y su barbilla no estuvieran cubiertos por tu pegajosa excitación. Te observa mientras luchas por recuperar el aliento, sin pensar que te haría correrte tantas veces como lo hizo.
Yuji , que prácticamente está llorando cuando asientes perezosamente "sí", con los párpados casi imposibles de mantener abiertos mientras te dejas caer contra el colchón y dejas que te coma por enésima vez esa noche.
Sukuna , cuyos ojos se han abierto completamente ( contra su voluntad ) ante el atractivo de comer el coño de una mujer.
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