PROMESA

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-Oh, vamos- murmuro Amanda mientras se ponía en pie.

El cuerpo de Adam no respondía. Cuando intentó ponerlo de pie, sus rodillas se doblaron. Transportar a Adam sería más difícil de lo que Amanda había supuesto.

-Tranquilo, todo va a salir bien.

Le aseguró cuando le oyó gruñir débilmente.

-Mira, te quitaré las cadenas. Entonces, tienes que levantarte, ¿de acuerdo? Tienes que hacerlo.

Amanda le dijo mientras sacaba a tientas la cizalla. Con manos temblorosas y mucho esfuerzo, logro romper las cadenas.

Al oír el tintineo del metal contra la fría baldosa, Adam se sobresaltó un poco. Ya no sentía las cadenas que lo ataban. En este punto, él estaba semi consciente de lo que estaba ocurriendo. Ahora era libre.

-Vamos, vamos- titubeó.

Tomando una de las manos de Adam, ella colgó su brazo alrededor de su hombro.
Él lanzó un débil quejido, el movimiento tiró de su piel herida.

-Lo siento- arrulló-. Intenta estar callado, ¿vale? Muy callado.

-Mm... -Adam murmuro.

-Escuchame, no podemos irnos hasta que lo prometas. Pase lo que pase, no hagas ruido. Si lo haces, te llevarán lejos de mí. ¿No quieres ir a casa?- le preguntó a Adam con seriedad.

Si iba a arriesgarlo todo, necesitaba que le prometiera que haría todo lo posible por colaborar y resistir en silencio.

-¿A casa?- Adam hizo eco. Su voz salió como un susurro. Era tan baja que Amanda tuvo que inclinarse para oírle.

-Sí, a casa- le confirmó con los labios temblorosos y las mejillas manchadas-. Ahora, necesito que hagas un esfuerzo. Tenemos que caminar, Adam.

Amanda no pudo evitar tambalearse ante el esfuerzo por tratar de poner al chico en pie. La segunda vez que lo intentó, Adam cooperó lo mejor que pudo y juntos consiguieron atravesar el sucio baño.

-¡Amanda! ¿Dónde cojones has dejado al doctor Gordon? –vocifera Mark desde algunos metros de distancia.

¡¿Cómo es posible que no esté en la habitación?! Había dejado muy claro que volviera allí, que ella se ocuparía de Adam. Si Hoffman les encontraba ahora estaban perdidos, necesitaba pensar en un plan rápido para escapar.

-¡Psst, Amanda ven aquí! –le llama bajamente la voz de Lawrence desde la habitación de los suministros.

Se acerca tan rápido como puede, prácticamente tenía que arrastrar el cuerpo de Adam, el chico apenas podía seguirle el ritmo. Entran en la sala y lo acomoda con cuidado en el suelo, cierra la puerta con llave y se gira en busca del rubio, y pregunta;

-¿Qué demonios haces aquí? Ya te dije que yo lo solucionaba.

-Lo sé, pero cuando estaba por volver recordé que dispare a Adam en el hombro, eso necesita tratamiento aunque sea algo temporal, si aparecéis ahora en un hospital llamaríais demasiado la atención –le explica, mientras saca varios suministros médicos de una estantería-. Ese otro hombre trabaja en la policía, no tardaría demasiado en enterarse de lo que hemos hecho.

Oyen unos pasos acercándose y ambos se tornan pálidos, sienten como sus corazónes se detienen por unos segundos.

-Ya puedes darte prisa. Gracias a ti voy a tener que ingeniármelas para despistarle. He puesto a Adam en aquella esquina de allí –le señala el lugar donde le había sentado-. Vuelvo enseguida, tu haz lo que tengas que hacer.

Sin más preámbulos, sale de la zona dejando a ambos hombres solos.

-¿Adam? –pregunta con tristeza, a la vez que se acomoda a su lado con equipo médico-. ¿Puedes oirme?

SAW (RENACIMIENTO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora