En medio de la oscuridad, siempre había una luz, una luz que iluminaba mi mundo, pero aquella luz era difícil de alcanzar, así como nosotros a las estrellas. La luz siempre ha querido iluminar mi oscuro mundo, pero yo siempre me he negado, no quería que mi oscuridad apagara la hermosa luz que me así feliz con tan sola saber que intenta....
Iluminar un mundo como el mío.
Hubo un momento en que la luz había dejado de insistir. Dejo de querer iluminar mi mundo permanentemente y decidió en mirar mundos nuevos para iluminar. Esos mundos adoraban mi luz.
Me hizo feliz...tanto... ¿cómo para que mi mundo esté más oscuro que nunca? no era esto lo que yo he querido desde el principio?
Habría pesadamente mis ojos hacia la segadora y brillante luz, pero de repente, pude ver una cara delante de la luz, se veía oscura, débilmente, trate de acariciar aquella cara ¿Era esa la cara de Ekko? No la podía ver bien, de verdad, mis ojos estaban pesados.
Pero, mientras más se aclaraba mi vista, menos me gustaba lo que veía.
-Ekko?- pregunté.
-¿Qué? No, soy yo, Mylo.
Y ahí, se me aclaro completamente la vista, mierda...Mylo.
Rápidamente, me senté exaltada, pude notar que estaba en un cuarto de hospital y que me había desmayado en los brazos de Ekko antes de que llegara la ambulancia. Mire a mi alrededor intentado buscarlo con la mirada, pero solo podía ver a mis tontos hermanos. Mire mi brazo, había una mierda clavada debajo de la piel de mi muñeca, era un estúpido suero, como odio esas cosas. Espera ¿Cuánto tiempo llevaba inconsciente?
Miré automáticamente también a mi hermana, quien, estaba apoyada al lado de la puerta del hospital. Le hice todas las preguntas posibles con mi mirada. Ella entendió mi confusión y se dirigió lentamente hacia mí.
-Tranquila Powder, Ekko llegara en unas horas, le dije que descansara hace unos días y que vaya a la casa de Venzo para que nosotros nos encarguemos de ti -Dijo Vi acariciando mi mejilla.
Vi siempre me trataba como si fuera una niña pequeña...pero inevitablemente, apoyé mi mejilla contra el tacto familiar de mi hermana.
-¿Cuantos días llevo así?- Pregunté con una voz tan débil que hasta yo misma me sorprendí.
-Tres días- Menciono Claggor detrás de Mylo.
-¿¡Tres días!? ¡Pues demonios! ¿Qué mierda me paso?- Dije exaltada y quité bruscamente mi mejilla de la palma de mi hermana, ya no estaba calmada, estaba totalmente impactada, ¿Qué demonios me estaba pasando?
-Cálmate, tienes que descansar- Dijo Vi empujándome delicadamente hacia atrás para poder recostarme lo más estúpidamente delicado posible, yo seguía impactada.
¿Qué me estaba pasando? ¿Me iba morir? No, no, no, no, no, no, no, no, no, no.
Yo no podía morir, yo era la maldita Jinx.
-Vi, ¿Qué me está pasando? ¿Qué demonios tengo?- Pregunte halándole desesperadamente el suéter que llevaba puesto.
Pude notar que, su cara automáticamente cambio de una preocupada a una totalmente decepcionada. Tanto así que, aparto su mirada de mis ojos ¿Qué significa eso? Acaso no me iban a decir-
-Droga Genio- Escupió Mylo cruzado de brazos sin más.
-Mylo!- exclamo Claggor dándole un golpe en la cabeza _
-¿Que? ¡Es la maldita verdad! Jinx, eres una maldita drogadicta y hasta que no dejes de pensar con los pies y más con las neuronas vas a seguir así, te vas a morir idiota - dijo Mylo enojado.