A partir la mandarina en gajos.

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¿Cómo fue que se había presentado?

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¿Cómo fue que se había presentado?

Logan no entendía absolutamente nada, pero había sentido esa frescura mentolada desde que ingresó al salón. En un inicio llegó a pensar que era un error lo que su alfa estaba respondiendo, y es que parecía que aquel lobo comenzaba a bailar al sentir el aroma del pecoso.

Por fin llegó.

¿Cómo podía explicar los deseos de querer lanzarse sobre el chico recién llegado y llenarle de cariños como lo hacía con Oscar?

Oscar.

No se había dado cuenta de que ello estaba ocurriendo hasta que vio ese par de ojos mirarle asombrado, con el mismo nivel de rubor que cargaba por sí mismo.

— ¿Eres su qué?... Lo siento, creo que estás confundido.

Intentó sonar amable, sopesando las palabras que había dicho el más bajo. Pero es que las había dicho mirándole directamente, por lo que no lograba entender a quien iban dirigidas, solo sabía que no le separarían de Oscar.

 Pero es que las había dicho mirándole directamente, por lo que no lograba entender a quien iban dirigidas, solo sabía que no le separarían de Oscar

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Míos, son solo míos.

Jamás había sido un alfa posesivo, pero ese par que estaba al fondo, estaban gritando su nombre. Hacían que su alfa se regocijara con ambos y el deseo de poder plantar un beso que dejara ese par de labios brillantes no paraba de burbujear en su interior.

Había visto la mirada algo dudosa y desafiante del otro alfa rubio, pero no planteaba desafiar nada de lo que ahí existía, él estaba dispuesto a tenerlos a ambos para sí mismos.

Dios mío, si estoy defectuoso.

— Soy su alfa... Tuyo y del precioso que te acompaña, bombón.

La picardía corría por sus venas, cortesía de su madre y las raíces latinas que le había heredado.

Gracias mamá Sergio.

Se acercó con lentitud al asiento libre, a un costado del omega que olía a mandarina dulce y frente al alfa de aroma a eucalipto. Era un paraíso olerlos a ambos, era como si el destino le premiase con fragancias que complementaban la suya, podrían ser un paraíso en su nido y dejarles que le marquen como quisieran.

Nuestro cítrico favorito | Oscar x Logan x PatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora