Parte 1

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Todo empezó con un mensaje en tu bandeja de entrada. Cuando lo recibiste, descartaste por completo que se tratara realmente de él. Era inimaginable que esto te estuviera ocurriendo A TI. Que DE VERDAD ocurriera. Que no fuera solamente una más de esas historias creadas para compartir en sitios de fanfictions online.

•••

Era curioso. Trabajaste como freelance desde años atrás y lo más destacado que te ocurrió con uno de tus clientes fue que resultó ser conocido de un pariente lejano de parte de tu familia materna.

Y luego llegó J, casi por casualidad – más bien por error— a la bandeja de entrada de uno de tus clientes más impensables.

Fue TOTALMENTE diferente.

Cada que hablabas con él, cada que sabías por sus publicaciones en sus cuentas principales, que él estaba en línea, todo lo demás en tu vida pasaba a un segundo plano. La sola idea de él pensando en escribirte. De él sabiendo de tu existencia, de él queriendo conocerte, te dejaba sin respiración cada vez.

Él era... Todo lo que siempre te imaginaste y MÁS. Mucho más. Además de lo evidente, el leer sus mensajes casuales, el darte cuenta de lo sencillo que era (en el sentido más sexy del mundo, al menos para ti), era una de las cosas que eternamente le agradecería a la tecnología y al destino.

Hablar con él, reír con él, darte cuenta de lo gracioso, divertido, profundo, inteligente y además COQUETO que era; hacerlo en primera persona, sin que nadie te lo contara o lo tuvieras que leer en una revista o intentar adivinar en sus posts en redes sociales... Era simplemente, mágico.

Por un breve momento, al principio, te aferraste a no creer que EN REALIDAD era él. Suponías que su foto de perfil no era otra cosa más que un gancho. Que había alguien detrás de la pantalla que no era J. Así que hablar con él y entrar en esa especie de juego que mantuvieron los primeros días, fue relativamente fácil. Para ti era como coquetear con el repartidor de Amazon al que solamente veías una vez o alguien totalmente irrelevante en cualquiera de los trabajos de oficina que llegaste a tener.

Pero luego fuiste conectando los hilos, comprendiendo que ciertas cosas que decía y sabías, eran reales. Y sus gustos, su manera de hablar... ¿Te habías topado con una de esas IAs que emulaba la personalidad de cualquier estrella famosa de Hollywood? JA.

Poco a poco, incluso, su presencia en línea comenzaba a parecerte familiar. Él comenzó a escribirte proactivamente cada vez más, fuera de los primeros días de bromas y jugueteo casual. Empezó con cómo iba tu día, luego, ponía sobre la mesa temas profundos o compartía pensamientos que rondaban su cabeza y en los que quería ahondar. Y de pronto, el cuestionarte si todo eso era real y el porqué los planetas se podrían haberse alineado a tu favor, pasó a un segundo plano y te dejó de importar.

Comenzaste a ser recíproca. Te empezaste a sentir extrañamente feliz cada que hablabas con él. Había una emoción contenida y tranquila que sentías que iba de un aparato celular a otro. No había sobresaltos, ni grandes revelaciones o hilos de historias que te hicieran sentir como una protagonista de cualquier fanfiction colgado en Wattpad.

No.

Esto iba más allá.

Se estaba convirtiendo en real.

Se estaba construyendo una conexión profunda. Sentida. Fluida. Natural.

Al rededor de un mes o poco más de haber comenzado a hablar, notaste que J poco a poco iba intentando comentar ligeramente entre conversaciones, que él no estaba con nadie más. Y no es que las conversaciones - al menos en ese momento - se hubieran tornado definitivamente coquetas o con miras a que pasara algo más; eran como dos personas conectadas al azar por el destino vía iMessage y que decidieron continuar... Sólo eso. Continuar.

Jamie & MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora