La forma de impetrar de su madre la hizo soltar un grito de agonía sintiendo el calor acaparar cada minúsculo lugar de su cuerpo sudoroso y suplicante porque todo acabase. Sus pasos eran arrastrados por una fuerza desconocida mientras se apoyaba con dureza por la mesa que estaba llena de sábanas bañadas con su propia sangre, la forma acerva de afrontar aquel momento la hizo suplicar piedad a los dioses, ansiosa de que sus pesares cesasen solo un tiempo que le brindara la tranquilad que anto anhelaba.-Mi señora, por favor -suplicante escuchó la voz de una de las damas, quien lagrimeaba ante el sufrimiento de su ama.
Aslaug ignora las voces que retumbaban y quebrantaba su cabeza, arañando la madera de la mesa mientras se arrodillaba en el suelo frío siendo totalmente opuesto a su temperatura ardiente.
-Esto no debió de pasar -susurra ella, viendo la sangre descender por su intimidad manchando su largo vestido color crema-. Los dioses me han castigado.
Su mirada cansada comienza a buscar con suplicación la presencia de su madre, pero la mayor ya no se encontraba en aquel aposento donde su hija agonizaba en dolor y angustia. Aslaug esperaba de forma impaciente que su madre realmente estuviera haciendo aquello que vino suplicando durante nueve lunas.
Gira arrastrándose en el suelo mirando a las tres mujeres delante suyo temblando bajo la impotencia de no poder acercarse por órdenes suyas. Pero fue su condena y solo ella podía ser la protagonista de su sufrimiento.
Su cabeza cae hacia atrás y el techo parecía borroso ante sus ojos, sus uñas incrustándose en sus muslos sintiendo atravesar una capa de su piel mientras ella buscaba soporte en la tierra y rogaba a los dioses que cumplieran su único deseo aquella noche.
Las puertas de sus aposentos fueron abiertas y la figura de la mujer que la trajo al mundo hizo acto de presencia, caminando de forma decidida hacia su adorada hija con las manos manchadas de sangre mientras se arrodillaba delante suyo.
-Madre -agonizante por saber una respuesta, buscando su mirada.
-Hazlo, Aslaug -dice ávidamente-. Los dioses han oído nuestras súplicas. Hazlo ahora.
Aslaug pudo sentir una parte de su alma ir de ella en el momento que soltó un grito de rabia mientras que algo deslizaba por completo de su intimidad, algo que había abierto sus entrañas y la hizo eximir de todo pesar.
Y cuando aquel mal fue sacado de su ser al fin pudo sentir las manos de sus damas comenzar a limpiar su rostro sudoroso y su cuerpo rasguñado por su propio arrebato de enojo. Pudo ver un bulto pálido cárdeno entre las manos de su madre y un abrasador sentimiento de tranquilidad le llegó, vió como lo envolvía y en los ojos de su madre solo se podía ver acidez y satisfacción.
Aquel bebé no debía nacer, no estaba en su destino porque fue concebido sin consentimiento alguno donde su pureza se le fue arrebatada por deseos carnales de un ser que nunca vería como su esposo.
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𝐃𝐄𝐕𝐈𝐋𝐈𝐒𝐇 𝐒𝐎𝐔𝐋 | 𝐭𝐡𝐞 𝐥𝐚𝐬𝐭 𝐤𝐢𝐧𝐠𝐝𝐨𝐦
Fanfiction𝐃𝐄𝐕𝐈𝐋𝐈𝐒𝐇 𝐒𝐎𝐔𝐋 | ❝ Todos somos sacados de la oscuridad. Traído a este mundo a través de la sangre y el dolor ❞ 𝐄𝐋 𝐈𝐍𝐈𝐂𝐈𝐎 de una guerra que iba empeorando cuando el Alba baja, aquellos hombres que llaman enviados del diablo acechan...