capitulo: 3 *Encuentros en la oscuridad*

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Era de nuevo de noche. Taehyung estaba recostado en su cama, apenas iluminada por una lámpara amarilla que arrojaba una luz tenue y vacilante. Su mirada se perdía en el techo, mientras su mente vagaba entre pensamientos sobre su futuro y cómo seguir adelante sin su familia. Las horas parecían arrastrarse, y cuanto más pensaba en ello, más pesado se sentía el aire en la habitación.

Sus pensamientos volvieron al extraño encuentro con sus vecinos ese día, recordando las palabras cargadas de un misterio que no lograba entender. Un escalofrío lo recorrió al pensar en el tono serio de Jungkook y la sonrisa enigmática de Yoongi. Sin previo aviso, un frío intenso invadió la habitación, haciendo que Taehyung se estremeciera. Parecía imposible que la temperatura hubiera bajado tanto en tan poco tiempo.

De repente, el crujido de la madera resonó en el pasillo, un sonido lento y pesado, como si alguien arrastrara los pies justo afuera de su puerta. Taehyung contuvo el aliento, cada fibra de su ser tensa mientras trataba de escuchar más. El silencio se rompió nuevamente por un golpe sordo en la pared junto a su cama, como si algo o alguien estuviera llamando desde el otro lado.

El corazón de Taehyung latía con fuerza cuando un nuevo sonido lo hizo sobresaltarse: el eco de un susurro apenas audible, como si una voz femenina intentara decir algo, pero las palabras se desvanecieran antes de llegar a sus oídos. El susurro se convirtió en un gemido bajo y doloroso, seguido de un grito desgarrador que atravesó la quietud de la noche, congelando su sangre.

Afuera, los pasos se detuvieron justo frente a su puerta, y un golpe seco resonó contra la madera, fuerte y amenazante. El frío en la habitación se volvió insoportable, y Taehyung sintió como si algo invisible y oscuro lo observase desde las sombras, esperando que cometiera el más mínimo error.

Taehyung temblaba, su mente buscaba desesperadamente una explicación lógica mientras el sudor frío le recorría la espalda. Aunque nunca había creído en lo paranormal, lo que estaba experimentando en ese motel desafiaba todo sentido común. De repente, se dio cuenta de que estaba de pie frente a la puerta de su habitación, con la mano en el pomo. El miedo lo invadía, pero una mezcla de adrenalina y curiosidad lo empujaba a actuar en contra de sus instintos.

Con el corazón martillando en su pecho, giró el pomo y abrió la puerta lentamente. El pasillo estaba envuelto en una niebla espesa que se arrastraba por el suelo, deformando las sombras y sumiendo el lugar en un ambiente aún más inquietante. Los ruidos y gritos habían cesado, dejando un silencio pesado que parecía tragarse todo sonido.

—Qué extraño —murmuró Taehyung, su voz apenas un susurro en la calma opresiva.

Justo en ese momento, un gemido largo y desgarrador rompió el silencio. Provenía de la habitación contigua, la de Min Yoongi. Era un sonido cargado de algo que no podía identificar de inmediato, y resonó en el pasillo, amplificado por la niebla. Taehyung se estremeció al escucharlo, el gemido parecía moverse a través de las paredes, intensificando su inquietud.

Con cautela, avanzó por el pasillo. Cada paso resonaba en el vacío, y la niebla parecía pulsar a su alrededor, envolviéndolo en una sensación de opresión. La luz tenue de las lámparas parpadeaba, proyectando sombras distorsionadas que danzaban en las paredes.

—Seguro que solo es un mal sueño —se dijo Taehyung, intentando calmarse.

El gemido se transformó en una serie de sonidos rítmicos, más intensos y cargados de un tono diferente. El pasillo, que antes le había parecido amenazante, ahora parecía cobrar vida con esos sonidos, llenos de una energía que lo desconcertaba. Taehyung se detuvo frente a la puerta de Yoongi, el sonido estaba claramente del otro lado. Un escalofrío recorrió su cuerpo, y su mano temblorosa alcanzó el pomo de la puerta.

Con una mezcla de temor y determinación, giró el pomo y empujó la puerta con cuidado. La habitación estaba sumida en una penumbra, apenas iluminada por una lámpara en el rincón. Los gemidos se intensificaron, llenando el espacio con una cadencia inconfundible. Taehyung sintió que el aire salía de sus pulmones en un suspiro cuando finalmente comprendió lo que estaba escuchando.

Allí, entre las sábanas desordenadas y el calor del pequeño cuarto, estaba Min Yoongi, acompañado de una figura femenina que, claramente, no era una aparición sobrenatural. Los gemidos eran de placer, no de terror. Taehyung se quedó inmóvil por un segundo, sintiéndose completamente fuera de lugar, y de repente todo el misterio y la tensión parecieron desvanecerse como la niebla en la habitación.

Mientras respiraba profundamente, no pudo evitar soltar una risa nerviosa. La situación era tan absurda que, de alguna manera, alivió el temor que lo había invadido.

—Solo era eso… —susurró para sí mismo.

Taehyung salió de la habitación sigilosamente, su rostro ardiendo de vergüenza. “Rayos, ¿en qué estaba pensando?” se reprendió a sí mismo mientras se giraba para regresar a su habitación. En ese momento, una figura negra con capucha emergió de la oscuridad, destacándose contra la tenue luz del pasillo. La figura se acercó, y Taehyung reconoció a Jeon Jungkook, quien lo observaba con una ceja arqueada.

—¿Qué hacías ahí dentro? —preguntó Jungkook, su tono mezclaba sorpresa y una pizca de molestia.

Taehyung se quedó paralizado, sin encontrar las palabras adecuadas. —Este, yo... pensé que... dios —balbuceó, completamente confundido por su propia osadía. No sabía cómo justificar la estupidez de haber entrado en una habitación ajena.

Jungkook hizo una mueca que parecía a medio camino entre el desconcierto y la diversión. —Da lo mismo —dijo, dispuesto a regresar a su habitación—. Pero no deberías estar fuera a esta hora. No es seguro.

Taehyung frunció el ceño, sin entender del todo la advertencia. ¿Por qué no era seguro? Antes de que pudiera preguntar, Jungkook ya había desaparecido en su habitación, dejando a Taehyung con más preguntas que respuestas.

Un poco más tranquilo, Taehyung regresó a su habitación, convencido de que todo había sido producto de su paranoia. Mientras intentaba relajarse, los pasos en el pasillo, las corrientes de aire frío y la extraña sensación de ser observado seguían molestándolo como la noche anterior. La niebla que se había disipado parecía dejar atrás una inquietante atmósfera.

Al intentar dormir y a pesar de sus esfuerzos por ignorar el misterio, no podía sacudirse la sensación de que algo más estaba en juego. El ligero escalofrío en su piel y el persistente eco de la advertencia de Jungkook lo mantenían en un estado de alerta, dejando claro que el motel tenía más secretos de los que estaba dispuesto a enfrentar.

El Refugio de la niebla •Kookv•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora