El sol de la mañana se filtraba a través de las cortinas gastadas del cuarto de Taehyung, iluminando el espacio con una luz pálida y melancólica. A pesar de la claridad del día, el ambiente en el motel seguía siendo opresivo, como si la niebla que lo rodeaba nunca realmente se disipara.
Taehyung se levantó lentamente, sintiendo el peso del cansancio acumulado por las noches de insomnio y los ruidos inquietantes que parecían acompañar cada anochecer. Necesitaba una distracción, algo que lo mantuviera en movimiento, así que decidió bajar a la recepción para pedir toallas nuevas y quizás algo de café.
El pasillo estaba sorprendentemente vacío, y el silencio que lo envolvía le provocaba un escalofrío que no podía explicar. Cada paso resonaba como un eco lejano, recordándole que, a pesar de ser de día, el motel no dejaba de sentirse... extraño.
Al llegar a la recepción, encontró al recepcionista detrás del mostrador, pero algo en él estaba diferente. Sus movimientos eran lentos, casi mecánicos, y sus ojos carecían de brillo, como si su espíritu hubiera sido drenado. Taehyung frunció el ceño, confundido, pero no le dio mucha importancia. Había aprendido a no cuestionar demasiado las rarezas de aquel lugar.
-Disculpe -dijo, tratando de captar la atención del hombre-. Necesito unas toallas nuevas y... ¿tiene café?
El recepcionista lo miró fijamente durante lo que pareció una eternidad, como si procesar las palabras fuera un esfuerzo descomunal. Luego, con movimientos lentos, asintió y señaló una caja detrás del mostrador. Taehyung sintió una punzada de incomodidad en su pecho, pero decidió ignorarla. Tomó las toallas y se dio la vuelta para regresar a su habitación.
Mientras caminaba por el pasillo, la sensación de ser observado se hizo cada vez más intensa, como si los ojos invisibles de aquel lugar se posaran sobre él con una urgencia malsana. Aceleró el paso, deseando llegar a la seguridad de su habitación.
De repente, una mano fría y firme lo agarró del brazo y lo arrastró hacia una habitación cercana. Taehyung apenas tuvo tiempo de soltar un jadeo de sorpresa antes de ser empujado al interior y la puerta se cerró tras él. Su corazón latía con fuerza mientras miraba a su captor.
-¿Yoongi? -preguntó, todavía aturdido.
Yoongi estaba parado frente a él, con su expresión seria pero con un brillo de determinación en los ojos.
-No hay tiempo para explicaciones -dijo Yoongi en voz baja-. Tienes que ver esto.
Sin esperar una respuesta, Yoongi lo guió hacia la cama donde Jungkook estaba sentado, recargado contra el espaldar. Su mirada era profunda y distante, como si estuviera en otro mundo, pero al mismo tiempo, había una extraña serenidad en su postura.
-¿Qué está pasando? -preguntó Taehyung, sintiendo que algo se le escapaba.
-Este lugar... -comenzó Jungkook, su voz era apenas un susurro-. Hay cosas que no deberías ignorar, Taehyung.
El ambiente en la habitación era denso, cargado de una tensión que parecía vibrar en el aire. Jungkook levantó la vista, sus ojos conectando con los de Taehyung.
-Por eso te traje aquí -añadió Yoongi-. Necesitas saber la verdad, antes de que sea demasiado tarde.
........
Taehyung sintió que la habitación se cerraba a su alrededor. Jungkook, sentado en la cama, mantenía esa expresión enigmática, mientras Yoongi permanecía a su lado, en silencio, observando atentamente.
—¿Qué es lo que tengo que saber? —preguntó Taehyung, intentando mantener la calma.
—Lo que ocurre en este motel no es casualidad —respondió Jungkook, su tono era serio—. Todos estamos aquí por una razón.
Yoongi asintió, cruzándose de brazos. El ambiente seguía siendo opresivo, pero Taehyung notaba una especie de conexión entre los dos, algo que no podía comprender del todo, pero que no podía ignorar.
—Tendrás que quedarte cerca —dijo Yoongi, su voz baja pero firme—. Hay cosas que no podemos enfrentar solos.
Taehyung dirigió su mirada hacia Jungkook, buscando respuestas en sus ojos. Jungkook, como si pudiera sentir su confusión, extendió una mano hacia él, invitándolo a acercarse. Taehyung dudó un momento, pero finalmente dio un paso adelante y tomó su mano.
El contacto era sorprendentemente cálido, y por un instante, la tensión en el aire pareció disiparse. Jungkook apretó suavemente su mano, sus ojos nunca apartándose de los de Taehyung.
Mantente alerta —dijo Jungkook, su voz baja y sin rastro de la calidez que Taehyung había sentido unos instantes antes—. Aquí, nada es lo que parece.
Taehyung sintió confución ante el cambio de actitud más asintió lentamente, dejando que las palabras de Jungkook calaran en su mente.
Antes de que Taehyung pudiera decir algo, un sonido en el pasillo los hizo callar. Un silencio pesado cayó sobre ellos mientras esperaban, pero nada más sucedió. Después de un momento, Jungkook soltó su mano con una ligera mueca.
—Será mejor que regreses a tu habitación —dijo, su tono serio—. Pero no olvides lo que te he dicho. Esto no ha terminado.
Taehyung salió de la habitación con la mente en un torbellino. Las palabras de Jungkook no dejaban de resonar en su cabeza, dejando tras de sí un rastro de preguntas sin respuesta. La confusión que sentía solo había aumentado, como si cada paso que daba lo sumiera más en el misterio del motel.
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El Refugio de la niebla •Kookv•
FanfictionEscapando de una familia inestable, Taehyung encuentra refugio en un motel deteriorado, solo para descubrir que la tranquilidad que buscaba está lejos de ser real. El lugar está plagado de sucesos paranormales y ruidos inexplicables, y sus vecinos...