7 - Pros y contras

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— Espera, ¿qué?

Jake creyó que había escuchado mal, debía haberlo hecho, porque la propuesta no sólo era inesperada sino también ridícula.

Tom dejó de mirarlo a los ojos por los nervios y eso lo molestó un poco.

— F-fue algo estúpido, disculpame, mejor sólo vamos a dormir...

El pelinegro estaba a punto de huir pero el peliazul, prediciendo sus movimientos, se sacudió el cansancio y se apuró a sujetarlo por el brazo.

— No, nada de eso — dijo serio y con una mirada determinada —. Ni se te ocurra huir ahora, Thomas.

El mayor se quedó paralizado, no sólo porque había metido la pata pidiéndole a Jake mudarse con él tan inesperadamente, sino porque el otro seguía desnudo y parecía no importarle.

— P-odemos hablar de esto mañana, Jake.

— ¡Nada de eso! — exclamó irritado —. No puedes tirar una cosa así y esperar que me vaya a dormir como si nada. No, lo hablaremos ahora mismo.

Tom tragó saliva y asintió a la demanda, el tono de voz de Jake no daba lugar a reproches y su postura era firme, por más que estuviera desnudo y aún con una apariencia descuidada por lo que habían hecho hace unos momentos, Tom no se atrevía a llevarle la contraría.

Con cuidado, se sentó junto al chico arrodillado en el sofá, cuando intentó sacudir su brazo Jake lo sujetó más fuerte.

— Está bien, no me voy a ir, pero necesito que me devuelvas mi brazo.

Jake lo miró unos segundos más con los ojos entrecerrados, pero lo soltó al confirmar que Tom no saldría corriendo a encerrarse a su cuarto; se sentó sobre sus pantorrillas y cruzó sus brazos mientras hacía un puchero.

El pelinegro lo miró con algo de ternura, un Jake enojado le daba pánico, pero un Jake molesto era simplemente adorable. Se estiró a un lado del sofá para tomar una manta que solía dejar cuando tenía ganas de acurrucarse con Gabs por la noche, notó que el menor se alertó, por lo que se volteó rápido.

— Relájate, sólo buscaba esto — en un movimiento cubrió su cuerpo desnudo con el cómodo algodón —. Hablaremos, pero no puedo dejar que te enfermes, y no creo que aceptes tomarte un baño caliente antes, ¿no?

El peliazul se sonrojó ante el acto y apartó la mirada, se sentó con las piernas cruzadas y se acomodó mejor la manta, todo en son de ponerse más cómodo y prepararse para una conversación que no esperaba tener con Tom, nunca.

— Bien, ahora explicame, ¿qué es esa locura de mudarme contigo?

Tom se removió nervioso en su lugar.

— No es una locura, yo sólo... pensé que sería más cómodo y-y práctico que no tuvieras que estar yendo y viniendo cada vez que hacemos una escena — notó como el peliazul bajaba la guardía a medida que lo escuchaba, por lo que se volteó para mirarlo y poder hablar de frente —. Además, duermes aquí la mayor parte del tiempo, te duchas y cocinas por lo menos 3 noches a la semana, es casi como si vivieras aquí.

— Bueno, sí, pero mudarme aquí... ¿no te parece algo excesivo?

— No lo creo, sería como cuando estábamos en el campamento.

Jake asintió aún dudoso, su corazón seguía desbocado desde que Tom lo cubrió con la manta, y sus pensamientos iban a mil por minuto, pero no quería dejar que sus emociones tomaran el control de su mente y nublaran su juicio.

I LXXXE U |TomJake|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora