La primavera había llegado a Nueva York, y con ella, la tradicional Fiesta de Primavera.
Peter y Laura decidieron asistir juntos a la celebración que se llevaba a cabo en las calles de la ciudad, disfrutando del colorido y la alegría que llenaban las mismas.
Habían pasado meses desde su última batalla contra sus propios enemigos, y ambos estaban listos para un gran y merecido descanso.
Mientras caminaban entre los puestos de comida y los juegos, Laura se detuvo ante un estand de flores.
-Peter, mira- dijo, señalando un hermoso ramo de flores rojas- Sabes, no te lo había dicho, pero esa es mi flor favorita
Peter sonrió- ¿Quieres que te las compre?
Laura asintió- Por favor, me ofenderia si no lo hicieras
Peter compró el ramo. Pero, al momento de entregarle las flores, sus dedos de manera inconsciente se tocaron, y Laura sintió un ligero rubor en sus mejillas. Peter no pareció notar nada, pero Laura se sintió un poco incómoda.
Aunque esa incomodidad no duró mucho, de repente, un grupo de ladrones apareció en la calle, causando un pequeño alboroto. Peter y Laura se miraron, y sin necesidad de palabras, se lanzaron a la batalla.
Los ladrones, aunque eran numerosos, no eran tan fuertes, Peter y Laura estaban decididos a proteger la fiesta y que su pequeña salida no se valla al caño por culpa de estos ingratos.
Peter corrió hacia un callejón junto a Laura para poder ponerse sus trajes, una vez puestos, saltaron a la acción de inmediato .
La pelea, aunque no fue intensa, estuvo algo emocionante. Peter comenzaba a extrañar este tipo de peleas, ya mucho loco con poder inigualable a enfrentado los últimos años, y digamos que una pelea terrenal no venia nada mal.
Peter y Laura luchaban en perfecta sincronía, como si hubieran estado peleando juntos durante años. Los ladrones aunque portaban armas, el duo de superhéroes los superaban en fuerza, habilidad y estrategia.
En un momento, Peter se encontró rodeado de unos 7 ladrones, pero Laura apareció de repente y los derrotó con una serie de golpes precisos, sin dañarlos mucho claro, no queria enviar a uno a la tumba por error. El castaño se sintió agradecido por su ayuda y le sonrió.
-Sabes, yo debería ser el que te salve a ti, no al revés
-Tranquilo, nunca encaje con el papel de damisela en apuros, ese puesto te queda mejor a ti
-Hey!!
Después de varios minutos de lucha, nuestro dúo lograron neutralizar a los ladrones y restaurar la paz en la fiesta.
Exhaustos pero sonrientes, se quitaron sus trajes y se sentaron en un banco, con el ramo de flores rojizas que Peter le había regalado.
-Gracias por la ayuda allá atras- dijo Peter, mirando a Laura con admiración.
Laura sonrió- No hay de que, damisela en apuros, hacemos un buen equipo- siguió sonriendo Laura- Oye, gracias por las flores- hablo la fémina, mirándolo con ojos brillantes.
Peter sonrió- De nada, sabes me alegra verte sonreír
Después de un rato, decidieron seguir disfrutando de la fiesta. Comieron comida callejera, jugaron juegos y hasta se subieron a una noria para ver la ciudad desde arriba.
Mientras estaban en la noria, Laura se sintió un poco mareada. Peter se dio cuenta y la tomó del brazo para sostenerla
-¿Estás bien?- preguntó.
Laura asintió, pero Peter no la soltó.
En ese momento, Laura sintió que su corazón latía más y más rápido. En ese momento no sabía si era por la altura o por la cercanía del castaño.
Cuando bajaron de la noria, Laura se sintió un poco más tranquila. Pero Peter seguía sosteniéndola del brazo, y ella no se atrevió a decir nada.
Así pasaron el resto de la tarde, disfrutando de la compañía del otro. Y aunque no dijeron nada, ambos sabían que su relación había cambiado.
Y quién sabe, tal vez este cambio allá culminado en algo bueno para ellos.

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Spider-Man y X-23 | One-shots
ActionUnas pequeñas historias de Peter Parker y Laura Kinney / Spider-man y X-23, New Wolverine, espero que sea de su agrado