Un misterio a la vez

Todo empezó ese día horrible o si como olvidarlo, era el 15 de octubre de 1980 yo apenas era un niño de 7 años, así a esa corta edad me encontraba ese día de tormenta corriendo por las solitarias calles en dirección al hospital 56, mi pelo negro y rojo se pegaba con fuerza mi cara morena, mis ojos verdes estaban empañados por el agua y mi propio cabello pero eso no me importaba, tenía claro mi objetivo tenía que llegar con mi padre no podía permitir que muriera, no me importaba que mi madre no me creyera, no me importaba que me llamaran loco, no me importaban las miradas al llegar de la gente desconcertada al ver a un niño de 7 años con un pijama morado, completamente mojado de pies a cabeza y con cara de desesperación, evite las preguntas, esquive a los guardias y subí al piso 17 a la habitación 156, entre sin más a la habitación y contemple el cuerpo de mi padre, estaba vivo aun lo veía respirar, aliviado simplemente me subí con él y me quede mirando alrededor, había maquinas desconocidas para mí que producían sonidos que en el silencio de la habitación me era inquietante,algunos obsequios de familiares,conocidos y míos reposaban en una mesita en una esquina de la habitación.
Vi a mi padre que se encontraba postrado en la camilla respiraba gracias a un aparato conectado a su nariz y boca, veía cables salir de sus brazos,dude un momento antes de subirme a la camilla a su lado, no me importaba si alguien venía yo no me iba a separar de mi padre, la luz de la luna pasaba por una pequeña abertura de las cortinas azules ,el viento sonaba fuera de el edificio, me relajé un poco, la presencia de la única persona que me amo estaba a mi lado y eso me provocaba un placer emocional.

Lo último que recuerdo de esa noche es que vi a un hombre entrar a la habitación, luego un golpe o arañazo, después una luz roja y al final oscuridad...
Desperté a la mañana siguiente tirado junto al cuerpo inerte de mi padre los médicos nos rodeaban un médico me levanto y envolvió el rostro con vendas no entendía por qué pero eso no me importaba lo único que me importaba en ese momento era que había fallado mi padre había muerto y no lo pude evitar me retiraron la venda y me hicieron preguntas las cuales no recuerdo pero si las respondí con sinceridad, al poco o mucho rato no recuerdo bien mi madre me llevó de ahí al principio fue cuidadosa pero al llegar a casa se soltó a gritarme diciéndome que yo había asesinado a mi padre todo por culpa de mis estúpidos sueños y supuestas alucinaciones sabía de lo que hablaba claro pero estaba lo suficientemente derrumbado por la muerte de mi padre como para que siquiera me importará lo que me dijeran, había fracasado no había logrado salvarle la vida y ni siquiera recordaba a él autor de el crimen.

Nada me importaba no absolutamente nada me importaba, no me importaban las miradas de odio de mi familia en el funeral de mi padre, no me importaban los golpes de mis compañeros de escuela, no me importaban los insultos de los maestros y compañeros, no me importaba el abuso físico que me daba mi madre, no me importo siquiera el ver que me abandono a la puerta de un orfanato donde nada mejoró, seguía siendo lo mismo, soportar insultos maltratos e ignorar lo que dijeran de mí.

Mi trance termino un fatídico día de 1984 a mis once años, aun nadie me adoptaba pues claro quien adoptaría a un chico con fama de asesino, algunos de los chicos que siempre me molestaban me llevaron a rastras en contra de mi voluntad llevándome a un cuarto abandonado, odiaba la oscuridad en ese entonces y además mi claustrofobia no cooperaba en aquel apretado lugar, por lo que entre en un peor pánico al no ver nada y estar en un espacio tan reducido,no recuerdo con exactitud qué pero algo me hizo reaccionar con violencia, sentí un ardor horrible encima de mi ceja hasta mi frente y desde debajo de mi ojo hasta el mentón,el líquido corría dejando detrás de él un dolor y ardor que no podía comparar con nada que hubiera experimentado antes, grite con dolor mi vista cegada por la oscuridad no me impidió soltar golpes ante el dolor,mis piernas se doblaron intentaba limpiarme de el líquido que tanto sufrimiento me causaba, solo logré que el dolor pasara a mis brazos con los que limpiaba mi rostro, lo último que recuerdo es eso después desperté dos días después en un hospital tal parece que el ardor que sentía era una mezcla de químicos que me echaron, ignoro la razón por la que mis compañeros tenían eso pero no me importaba los odiaba, tuve que soportar aún más molestias por parte de todo el mundo, les encantaba molestarme por mi apariencia y les fascinaba molestarme con una máscara de papel llamándome ¨cara rara¨ no me importaba ya estaba acostumbrado hasta me llegue a acostumbrar al uso de la máscara, pero claro eso no significaba que un niño no desarrollara una inseguridad sobre su rostro, cada que me veía al espejo era un recordatorio de lo mucho que todos me odiaban, pero no iba a permitir que nadie viera lo mucho que me afectaba.

Después de 5 años desde que empezó mi infierno, 5 años después de la muerte de mi padre, una familia me adoptó claro todos estaban felices de que me fuera de ahí, tenía miedo de lo que me pudieran hacer, pero afortunadamente eran una familia agradable conformada por el padre el señor James Brown un hombre que se veía joven tenía cabello café y los ojos color miel era alto y algo regordete a decir verdad, la madre Martha Pompardon una señora al igual que su esposo se veía bastante joven ella era pelirroja de ojos azules de complexión delgada recuerdo que lo primero que me llamo la atención de ella fue las marcas de nacimiento en sus brazos eran como una constelación y su hija Elizabeth Brown una chica bastante linda su pelo era igual al de su madre y sus ojos justo como su padre, su complexión era promedio y sus mejillas sonrojadas y sus ojos rasgados cuando entre, aún recuerdo cómo fue aquel día que me adoptaron.

Yo me encontraba en la sala de entrevistas para mi sorpresa pues eso nunca me había pasado,tenia mi mejor ropa una camisa desgastada de color lila,un pantalón de mezclilla claro y unos tenis rojos maltratados, la familia entera entró, Elizabeth se asustó un poco por la primera impresión por mis quemaduras y cicatrices,pero trato de disimularlo la verdad eso me hizo sentir mejor, me preguntaron algunas cosas básicas, como mi nombre,mi edad, mi color favorito, mi comida favorita, que esperaba de una familia, yo respondí lo mejor que pude, en ese entonces no me conocía lo suficiente para saber tantas cosas, pero termino la entrevista y para mi sorpresa y satisfacción a la semana ya estaba haciendo mis maletas para mudarme con aquella familia que en unos pocos minutos me demostraron más amor qué cualquiera que hubiera conocido antes, aparte de mi padre.