Capítulo 9: La Voz Interna.

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[Islington, 06:00 AM] 

La mañana comenzaba en la ciudad de Londres, Amy había despertado algo temprano para preparar un desayuno rápido e irse de aquel departamento para buscar su lugar, la rubia tomó el plato con su comida y lo colocó sobre la mesa cercana, ahí tenía un pergamino junto a una pluma con su tintero, tomó aquel objeto y comenzó a redactar una carta. 

—Huele delicioso. — dijo una voz que espantó a la rubia, se trataba de Andrew quien entró a su departamento por la ventana, el hombre se quitó la máscara qué llevaba. 

—Quedó un poco, puedes tomarlo si quieres. — contestó Amy luego de apartar su mirada del pelinegro. 

—Lamento haberte asustado, espero que hayas dormido bien… 

—Desperté a mitad de la noche gracias a los disparos qué imagino tenían como objetivo atravesarte la cabeza. — contestó de forma algo grotesca. 

—Me llegó una pista sobre La Disidencia y tuve que salir. — dijo Andrew acercándose a aquella mesa para tomar asiento frente a la rubia. 

—Tienes una mala cara, ni siquiera has dormido bien, Andrew. 

—¿Quién dijo que no dormí? — preguntó medio sonriente. 

—¿Lo haces en la calle, encima de edificios como las personas sin hogar? — preguntó también Amy. —Tienes un lugar cómodo, una cama caliente y cálida… 

—Mi cama no estaba disponible la noche anterior. — contestó de inmediato Andrew mientras le dirigía una mirada a la rubia, luego sonrió. 

—A veces me pregunto como McCoy te aguantó tanto en la escuela de leyes. — soltó Amy devolviendo la mirada, luego también sonrió. 

El pelinegro dio una rápida mirada a aquel pergamino que su amiga tenía sobre la mesa. 

—¿Escribes una carta? — preguntó. 

—McCoy me pidió que le escribiera una vez cada dos días al menos… 

—Bueno no sabía que Mike ahora recibe el correo por lechuza. — dijo el hombre, luego se levantó de su asiento y se dirigió a la cocina. 

Amy aprovechó el acto del pelinegro para terminar aquella carta. 

“... Espero que puedas darme una pronta respuesta.

Con cariño, tu sobrina Amy.” 

Tomó el pergamino y lo dobló, colocó el nombre de a quién debía ser entregado y luego lo hizo un rollo, con un lazo lo amarró y luego lo guardó en el bolsillo de su chaqueta. 

—¿Planeas algo para esta noche? — preguntó la rubia a Andrew al ver que se dirigía hacia la mesa. 

—Es probable que Bushida y Evans planeen algo, o tal vez no… vigilaré la ciudad a ver si aparecen. 

—¿Evans, Mónica? — preguntó de nuevo la rubia. 

Andrew guardó silencio unos segundos y luego asintió con su cabeza.

—El año pasado, en Nueva York, ella negoció con Bushida, dijo que le serviría de nuevo a cambio de no matarme así que… 

Amy abrió un poco sus ojos al escuchar aquello, luego guardó silencio algunos segundos hasta que decidió hablar. 

—Debo salir, más tarde volveré por mis cosas cuando encuentre algún lugar. — dijo la rubia mientras se ponía de pie. 

—Oye, tu carta… — agregó Andrew. 

New Nomad: Dividido. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora