Capítulo 4: Familiarizado.

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[Océano Atlántico, alrededores de Gran Bretaña]

Un barco comercial navegaba por las aguas de aquel océano, los tripulantes apreciaban la vista nocturna y como la luz de la luna reflejaba en las olas de aquel mar llamando la atención. Mientras la tripulación se distraía con la hermosa vista, en aquel barco aterrizaron de forma sigilosa un grupo de aurores del Ministerio Británico, el jefe de aquellos hombres hizo un par de señas y luego comenzaron a caminar por todo el lugar.

—¡Hey, hay intrusos! — exclamó un sujeto que había visto a uno de los aurores caminando hacia una puerta del barco, rápidamente fue aturdido por un encantamiento que lo lanzó al suelo, sin embargo se levantó rápidamente como si nada y se lanzó a atacar al auror con una cuchilla de combate.

Como si se tratase de una colmena de abejas, el resto de sujetos que tripulaban el barco se acercaron al lugar para defender su territorio, atacaban a los aurores a puño limpio y con armas blancas pero fácilmente fueron desarmados y puestos bajo control.

—Hoffman, encargate de llamar a las autoridades muggles, nosotros registraremos el lugar. — dijo un muchacho de tez oscura con una varita en su mano.

—Entendido, Ministro, tenga cuidado. — contestó el jefe de aurores.

Timothée comenzó a registrar el lugar junto a un par de aurores, entraron por una puerta hasta la sala de máquinas donde encontraron a un grupo enorme de mujeres y niños, miraron a aquellos tres hombres con miedo mientras se acercaban.

—Esto es algo inhumano… — susurró uno de los aurores.

Tim intentó acercarse un poco más pero antes de lograrlo escuchó un grito de dolor del auror más lejano a él, un par de sujetos vestidos de negro habían aparecido y apuñalado al auror con una katana, el auror junto al Ministro los atacó con un encantamiento que esquivaron de forma sencilla y luego corrieron hacia ellos dos para atacarlos de igual forma.

Potter usó su varita para intentar detenerlos pero uno de ellos le lanzó un golpe con la katana, logró esquivarlo pero su varita fue quien recibió el corte, su distracción la aprovechó aquel atacante que con una patada envió al Ministro al suelo.

—Esa varita me acompañó toda mi vida estudiantil en Hogwarts, con ella luché en “La guerra de los Entes” y batallé contra Spooner y Waters… vas a arrepentirte. — dijo el Ministro mientras se ponía de pie y sacudía su ropa.

El hombre  atacó nuevamente a Timothée pero este esquivó los ataques de aquella katana, en un rápido movimiento se deshizo del arma de aquel sujeto y con un par de golpes estratégicos lo envió al suelo inconsciente, seguidamente dio una voltereta en el aire impactando una patada en el rostro del otro hombre armado.

—¡Señor, necesitamos un sanador! — exclamó el auror mientras atendía a su compañero en el suelo.

—Llévalo a San Mungo, date prisa. — contestó Tim mientras le entregaba un pequeño collar al auror tratándose de un traslador.

Ambos aurores desaparecieron del lugar mientras el Ministro salió de aquella sala de máquinas, al llegar a la cubierta encontró a sus aurores con bien, vigilando a los demás sujetos que los habían atacado.

—Muchachos, nos vamos, las autoridades muggles deben venir en camino, buen trabajo. — dijo el Ministro, los aurores comenzaron a desaparecer uno a uno, Tim le dio una última mirada a los sujetos sometidos en el suelo y luego desapareció también junto a sus hombres.

[Refugio Wagner, Ciudad de Londres]

Andrew se encontraba sentado sobre el borde de la ventana de su habitación apreciando la luz de la luna desde aquella altura, en su mano izquierda sostenía la tarjeta que aquel hombre le había entregado hace unas horas y en la otra tenía la máscara qué había comprado en Diagon, le dio un rápido vistazo a ambas y luego dirigió su mirada nuevamente hacia el horizonte.

New Nomad: Dividido. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora