CAPITULO 7 (PARTE 1)

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ARMANDO 

No hacía nada de calor en este sitio, de eso estaba completamente seguro, lo extraño era que había comenzado a sudar como si hubieran aumentado diez grados la temperatura.

Ella movía sus piernas, sus caderas y todo su cuerpo alrededor de aquel tubo con una gracia que nadie más en este maldito mundo podría tener. Tenía a todos en el lugar mirándola con una sonrisa enorme, chiflidos y risas cargadas de emoción.

Sonrió mostrando sus dientes blancos perfectos que brillaban por la luz neón, me miró una vez más con esa complicidad que me estaba quitando el aliento y sonreí de vuelta, sacando un billete de mi bolsa del pantalón y alzando las cejas de forma burlona. Ella contuvo una risa que oculto dándose la vuelta justo en el momento en que la canción terminó.

Me reí, pero cubrí la boca con la mano para disimular y cambié la mirada al resto de las mesas. No podía adivinar con quién quería platicar ella, pero no me terminaba de gustar la idea de que lo hiciera en tremenda pinta.

Los hombres aplaudieron con euforia, gritando con emoción que querían otra canción. Ella miró a todo el público y sonrió de forma seductora mientras asentía despacio. Me miró por unos breves segundos y se acomodó sobre el escenario. 

No pasaron más de 5 segundos cuando comenzó la segunda canción y no pude evitar sonreír y rodar los ojos mientras me cruzaba de brazos. No podría tener nunca la certeza, pero estaba casi seguro que ella había elegido esa canción, era demasiado decente para este tipo de lugar.

“—Sabes que no nos conviene que la gente sepa lo que ambos tenemos. Que comemos de una fruta prohibida, nos encanta y lo sabemos”

Dio una vuelta en el tubo y enfocó su mirada en mí de una manera notoria, tanto que los demás me voltearon a ver.

“—Lo nuestro es ilegal y no te voy a negar que yo pago la condena por besarte”

Empezó a bajar las escaleras del escenario con una sonrisa  y un reflector la iluminó, resaltando su apariencia como la de un ángel negro que caminaba hacía mi. Tragué saliva con fuerza, sintiendo que mi garganta se cerraba del coraje al ver que un par de hombres se habían dado la libertad de tocarle el trasero cuando pasó junto a sus mesas. Quizá también se estaba cerrando por los nervios, a este punto donde ya la tenía casi enfrente no estaba muy seguro.

Ya ni siquiera estaba seguro de que lo que estaba sintiendo eran nervios; mi corazón latía con prisa, mi sangre la sentía subir y bajar de mi rostro, la respiración se me empezaba a cortar pero no había ninguna sensación de nervios…más bien se sentía como emoción.

Me tomó los brazos cruzados y los separó para poder sentarse en mis piernas.

Se dejó caer con suavidad y llevó sus manos a mi nuca, acercando sus labios rojos a la altura en donde se encontraban los míos, pero solo sonrió y una de sus manos bajo a mi camisa para abrir un par de botones más mientras subía su boca a mi oído y passeaba su mano por todo mi pecho.

Su perfume me envolvió de una forma embriagante, era una combinación tan rara como ella misma pues olía primero a cítrico y dulce después. Era sumamente seductor, como algo que te invitaba a probar si sus labios y su piel tenían el mismo efecto.

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⏰ Última actualización: Aug 30 ⏰

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