CAPÍTULO 5

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ARMANDO

Mario se llevó la mano al pecho para darse masajes circulares mientras observaba a Beatriz con enfado. Ella estaba frente a mí con una sonrisa llena de maldad y los ojos encendidos en una ira temible que no había visto cuando la consolé afuera del hospital. 

Me había hecho una pregunta que yo podía responder fácilmente con un sí desde hacía varios días, lo que me intrigaba y me causaba conflicto eran sus razones para darme a su familia en bandeja de plata. Era más que obvio que la muerte de su hermano estaba impulsando esa decisión, la cosa aquí eran sus posibles condiciones.

—Es bueno ver que está mejor, señorita Pinzón— Dije con cautela, observando la impaciencia en su expresión.

—¿Por lo menos me ha escuchado? Le dije que vengo a entregarle a mi familia…—Respondió de mala gana, con la voz tensa.

—La escuché… lo que pasa es que no entiendo a que se refiere— Soltó un suspiro y tomó asiento con confianza. No parecía perturbada en lo más mínimo, no quedaban rastros de la mujer rota que hasta hace dos días había llorado en mi pecho como una niña desconsolada, ella más bien se veía enojada. Tenía un rasguño al rojo vivo en la cara y parecía estar apretando los dientes para no perder la paciencia.

—Mi familia condujo la muerte de Nicolás… y en este momento tengo dos grandes opciones; la primera es asesinar yo misma a mi hermana de la peor manera que se puedan imaginar para que mi padre me termine matando a mí, incluso en esa primera opción puedo matarlos a ambos por el simple placer de terminar con todo de una vez por todas… —Mario alzó sus cejas y me miró con preocupación desde donde estaba. No había regresado a sentarse y ahora mucho menos lo haría con lo que Beatriz acababa de soltar —La segunda opción es la que le interesa a usted…es la alternativa aburrida pero la que más beneficios puede traer a todos. Matarlos sería demasiada indulgencia de mi parte, en el mundo hay cosas mucho peores que la muerte y quiero que vivan cada una de ellas antes de que la luz se extinga de sus ojos— Hizo contacto visual conmigo y por un segundo me estremecí al sentir el odio y el rencor que podían expresar aquellos ojos negros tan profundos, sobre todo cuando su boca acababa de soltar las mismas palabras que yo había pensado meses atrás— Comenzaré derrumbando el imperio de mi padre, eso significa que te daré acceso a toda la información verídica sobre la organización del cartel…

—¿Y cuál sería el precio de tal regalo? Porque no nos irá a salir usted con que lo hará por mera caridad…— Beatriz sonrió ante las palabras de Mario, yo también sabía que todo lo que nos estaba por prometer tenía un precio y solo podía esperar  que no fuera caro.

—Fácil…ustedes me ayudaran a tener los detalles de la muerte de mi hermano— Nos miró a ambos y endureció la expresión aún más— quiero los nombres de cada uno de los que tuvieron que ver con su muerte. Desde el que dió la orden, hasta el imbécil que compró el arma con la que lo mataron— Sonrió con malicia y levantó sus hombros con cierta indiferencia — Todos los socios de mi padre han acusado a mi hermano de traidor, todos piensan que mi hermano ha deshonrado a mi familia y por lo tanto todos sus negocios han pasado a ser polvo. Las mentiras de mi padre han llegado muy lejos a través de los años, pero jamás se arruinaría sus propios negocios de esa manera así que solo por eso sé que él no ha sido quien lo ha matado…Mi odio también es para él, pero la muerte de Nicolás no en una deuda que sea suya así que tengo que saber quién mandó a matar a mi hermano de forma directa.

—¿Por eso al principio has dicho que ellos condujeron a su muerte? No lo mataron pero tuvieron que ver…

—Exacto…hay una lista enorme de involucrados, de eso no tengo duda, pero por ahora solo tengo tres y son Claudia, Jenny y Hermes Pinzón. Les daré toda la información para comenzar, pero les aseguro que aún con mi ayuda tienen mucho trabajo que hacer— Mario me miró con cautela, meditando en su mente todas las posibilidades que se acababan de abrir con tal propuesta. Antes habíamos pensado en pedir un poco de su ayuda, pero ahora teníamos el pase a toda la información que ella tuviese sin restricción alguna— ¿Aceptan?

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