capítulo siete

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Kris iba casi a 180 km/h. Hace más de cuarenta minutos que estaban a las afueras de Seúl y Jeri no dejaba de llorar.

"¿Podrías calmarte?" Kris pidió irritado. "Basta, Jeri. Deja de llorar."

Jeri se limpió las lagrimas bruscamente y lo miró furioso.

"¿Cómo quieres que me calme?" Preguntó irónica y con rabia.

"Solo hazlo."

"¡Acabas de matar a alguien frente a mi!

Kris rodó los ojos cansado.

"¿Y eso en qué te afecta?"

"Creo que no estas muy cuerdo con lo que acabas de hacer. Mataste a una persona, persona que pudo continuar con su vida."

Kris frenó de golpe en la carretera y la miró enojado, apretó el volante y soltó una risa sarcástica.

"Continuar con su vida, pff." Bufó. "Continuar matando a gente inocente, prostituyendo y violando... claro, lo hubiera dejado con vida."

Kris arrancó de nuevo. Jeri apretó los puños sobre sus muslos y no volvió a hablar. Tal ves la vida de ese asqueroso no valía nada, pero el shock de que lo mataran justo enfrente y peor que el asesino estaba con ella, la dejaba impotente, tensa y con una extraña sensación.

"Ese bastardo iba a violarte, Jeri."

"¿Y por eso lo mataste?" Kris tragó en seco y no respondió a eso. "¿Es la primera vez que asesinas?"

"Claro que no." Dijo seco. "Pero jamás a un inocente."

Un sollozo provino de parte de la chica. Kris se desesperó y paró en la primera gasolinera que se topó, compró algo de tomar en la tienda de servicio y comida.

"Ten, toma esto." Le entregó un calmante y agua. "Estoy harto de escucharte llorar."

Jeri lo agarró ambas cosas, pero no se tomó el calmante. Prefirió mirar el cielo con miles estrellas brillantes en él hasta quedarse dormida.

"Hey, despierta." Kris movió su hombro levemente.

Pasaba de media noche y Kris había parado en un motel de carretera.

"¿Dónde estamos?"

"No lo sé, solo baja y no hagas escándalo a menos que quieras que te trate como una digna secuestrada."

Jeri estaba tan impactada por lo anterior que olvidó completamente que la relación suya y de Kris era de secuestrador y reen.

Bajó sin alegar y se mantuvo tras de él todo el transcurso. La habitación era pequeña pero tenia dos camas y con eso era suficiente. Jeri fue directo al baño y lavo su cara con agua fría, se miró al espejo y las ganas de llorar por caer en cuenta de su realidad volvieron. Pero no lo hizo, al contrario, salió de ahí con una expresión dura, tratando de ser fuerte.

"¿Por qué ese chico fue en contra de ti?"

"¿Por qué tendría que responderte?" Preguntó Kris sin despegar la mirada de la portátil.

"Porque mi vida estuvo en riesgo, por eso."

Kris miró a Jeri, estaba sentada en una de las camas y lo veía seria.

"Hmm..."

"Dime." Exigió.

El chico cerró la portátil y la dejó a un lado, soltó un suspiro y cerró los ojos pero después la miró otra vez.

"Digamos que mi trabajo real es ser estafador y no secuestrador."

"Explícate."

"He engañado a la corporación mafiosa de la que soy parte desde siempre. Mi trabajo es secuestrar y matar la mayoría del tiempo, pero nunca lo he hecho, eso quiere decir que no cumplo con el trabajo completo y cobro como si lo hubiera hecho."

Jeri sintió un ligero alivio al saber que no era un asesino, bueno si, pero no mataba a personas inocentes lo cual ella había dado por asegurado. Su apariencia es dura y da miedo, era fácil pensar que era un asesino.

"¿Qué haces con esas personas?"

"Tampoco soy tan bueno." Sonrió burlón. "Las dejo abandonadas lejos de casa."

Con eso, Kris dio por terminada la conversación y volvió a encender la portátil.

"Sabes..." Kris habló. "Eres la persona más dura que me ha tocado. Había un chico que se orinaba en los pantalones cada vez que me veía. ¿Qué no me tienes miedo?"

"Claro que tengo miedo, me mates o no, sigo estando secuestrada."

"Entonces..."

"En tus ojos veo que no serás capaz de matarme."

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Emily ©

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