Capítulo N° 03: Primeros pasos

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Tan pronto como Ben y Charmcaster llegaron a la casa del chico. Lo primero que hizo fue mostrarle la habitación en donde residiría durante su rehabilitación. Para fortuna del chico, sus padres no se encontraban en casa, puesto que habrían decidido tomarse una luna de miel un tanto peculiar (fuera de los confines de la tierra); todo ello gracias a las sugerencias del abuelo Max que ya hacía tiempo les invitaba a realizar este viaje. Gracias a esta conveniencia, se podría evitar dar explicaciones acerca del por qué una de las villanas más buscadas por los plomeros estaría conviviendo con ellos de manera provisional.

Para Ben, ya era suficiente con lidiar con sus interminables preguntas con respecto a sus últimas muestras "heroicas"; soportar los sermones sobre moralidad, todas ahondando en la importancia de la responsabilidad y los valores. Algo que iba abandonando paulatinamente, pues en su interior cuestionaba si todo este asunto del héroe que tanto había idealizado, era algo que debería seguir creyendo: - "¿Acaso alguien podría mantener siempre sus convicciones, a pesar de que muchas veces no se le sea recompensado? Es curioso cómo pareciese que la vida premiara con lo que más desean a aquellos que realizan el mínimo sacrificio. Cuando tienen la oportunidad de elegir entre hacer algo que les beneficie o dejar de lado ello para hacer lo que es correcto; siempre elijen lo primero (siendo lo sencillo muchas veces) sin importar a quiénes afecte su decisión. Si es así, ¿para qué pensar en alguien que les recuerde siempre hacer lo que está bien?" - Se quedó pensando nuevamente el castaño en sus dilemas. De todas formas, sentía un gran alivio por esta ausencia temporal de sus padres; de momento era algo que le aliviaba.

Ahogado en sus pensamientos, nuestro héroe no sentiría que la chica le estaba sacudiendo de los hombros.

- Oye, Ben, tierra a ti ¿está todo bien? - preguntó fingiendo algo de preocupación.

- Eh... digo sí, ¿Q- Qué sucede? - preguntó confundido mientras salía de su trance.

- Bueno, es genial que me hayas dado un espacio para descansar. Pero me gustaría hacer precisamente eso, descansar; y no verte toda la noche parado en la puerta como un maniaco. Es escalofriante, sabes - dijo la bruja de manera divertida por la forma en que el chico se había quedado sumido en sus pensamientos.

- Sí, sí. Tan normal como hablar sola con tu bolso, verdad. De seguro eso hacen las personas cuerdas todo el tiempo -contraatacó con ironía el chico, provocando un poco el enojo de la hechicera. Pero antes de tan siquiera reaccionar, Ben continuaría:
- L- Lo siento. Eso fue imprudente de mi parte. Es solo que ya son bastantes cosas en las que pensar, y solo quiero descansar, eso es todo - se disculpó mientras se llevaba la mano a la boca para cubrir su bostezo. Charmcaster solo lo miraría con una mezcla de seriedad y comprensión por la repentina acción del chico, pero no diría nada y solo caminaría a su cuarto.

Ben decidió que lo mejor era dar por terminado este día. No quería ni imaginar lo que le esperaba mañana. Dicho ello, decidió marcharse a su habitación, no sin antes, observar de reojo y asegurarse de que la chica entrara en la suya. De repente un llamado lo perturbó:

- Ben - habló la chica, ganándose la atención del castaño.

- ¿Pasa algo? - intrigado, preguntaría mientras se giraba a verla.

- Yo... eh... - insegura, la chica estaría luchando internamente por terminar la oración. Pero no tuvo éxito y solo atinó a cerrar la puerta.

-Y ahora ¿qué le pasa a esta? - murmuró Ben con los ojos en blanco. Sin querer alargar la situación, solo se marcharía a su recámara.

EN LA HABITACIÓN DE CHARMCASTER

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