~ Relación secreta.

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༻𝑰𝒏𝒋𝒖𝒔𝒕𝒂 𝒓𝒆𝒂𝒍𝒊𝒅𝒂𝒅 ༺

Sin embargo, antes de que sus labios lograran unirse en un beso, Satoru retrocedió un poco, evitando que el contacto se llevase a cabo.

Esa mañana, antes de salir rumbo a la escuela, Yūji había recibido las feromonas de su madre, ya que Sukuna seguía molestó por la discusión del día anterior y se negaba a abrazarlo.

Aunque Gojō estaba feliz por ver a Yūji, no se sentía muy entusiasmado y la atracción que sintió antes desapareció por completo.
Lo cual le resultaba muy extraño, ya que estaba completamente seguro de que nada había cambiado en el menor.

— ¿Qué pasa, Gojō-sensei?— confundido, Yūji detuvo sus acciones.— ¿Acaso no quiere besarme?— su mirada se entristeció un poco.

Creía que el mayor buscaba consolarlo cuando le llevó hasta ahí.

— No, no es eso, perdóname.— sostuvo su rostro con delicadeza, antes de besar su frente.— Me distraje con mis pensamientos y reaccione así por instinto.— respondió rápidamente, repartiendo más besos por todo su rostro.— Es claro que a mí me gusta ser besado por Yūji.— susurró.

Dejando que el calor del momento aumentara nuevamente.

No quería pensar más en esa situación, simplemente lo atribuiría al exceso de trabajo que estaba realizando ese día.
Luego de disculparse con el director por haber faltado a su primer día de trabajo, hizo todo lo que debía, antes de ir a buscar a Yūji.

Ahora, lo único que deseaba era pasar un momento agradable con su Omega.

Con su destinado.

— Gojō-sensei...— pronunció.— quiero más.— pidió.

Su piel ardía y el corazón le latía con frenesí al recordar lo bien que se había sentido la tarde anterior.
Sabía que no era correcto ya que se trataba de un profesor y no sólo la escuela, sino también sus padres buscarían separarlos, no obstante, el calor que le brindaba era adictivo.

Haciéndole rogar por un poco más.

— No, no podemos.— esta vez mantuvo la cordura, además de no sentirse influenciado por el aroma que desprendía el contrario.— Estamos en la escuela.— decía.

— Por favor, sensei.— rogaba por lo bajo, uniendo sus lenguas en un apasionado beso.— Lo necesito.— sonaba muy desesperado.

En sus pensamientos, Satoru se preguntaba por qué su Omega era tan lindo.

— Eres muy travieso.— sonreía.— Pero... ¿Quién soy yo para negarme a complacerte?— después de todo era su trabajo como Alpha.

Así que llevó ambas manos al trasero del menor, listo para cargarlo y levantarse de la silla.
No podían salir de ese lugar ya que todo el mundo podría verlos, así que el escritorio sería suficiente para hacerlo.

— Ngh, ngh, Satoru-sensei.— llamaba entre pequeños gemidos, sintiendo como la vrga del albino se restregaba en su entrada, por debajo de la ropa.

— Vamos, abre las piernas para mí.— pedía, buscando quitarle el pantalón.— Déjame llegar a lo más profundo de ti.— mencionó, listo para saborear sus dulces labios una vez más.

Permitiendo que esa pequeña oficina se convirtiera en otro de sus nidos.

Aunque veinte minutos no bastaron para sarisfacerse por completo, si fue lo suficiente para calmar sus ansias.
Antes de volver al resto de las clases, prometiendo verse nuevamente por la tarde.

Injusta realidad [GoYuu] [Omegaverse] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora