~ Problemas.

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༻𝑰𝒏𝒋𝒖𝒔𝒕𝒂 𝒓𝒆𝒂𝒍𝒊𝒅𝒂𝒅 ༺

— Estoy muy feliz por tenerte aquí conmigo.— le susurró al oído con una voz suave.— Es lo mejor que me ha sucedido en la vida.— confesó, aumentando la fuerza en su agarre.

Ocultos en el auto del mayor, tenían unos minutos de tranquilidad, luego de haberse entregado una y otra vez en la sala de profesores.
El albino ni siquiera se molestó en dar las clases, con el peli rosa a su lado lo único que le importaba en ese momento era estar junto a él.

Compartiendo un poco de calor, antes de tener que separarse nuevamente.

La noche estaba cercana a caer y Yūji sabía que debía volver a casa o sus padres se preocuparían.

— Yo también estoy feliz.— un rubor se mostraba en sus mejillas, ya que no era muy bueno dando cumplidos o comportándose meloso con otros.

Sus palabras salían con dificultad, aun no sabía cómo actuar ante tal situación.

Aunque, en el fondo, su corazón latía con frenesí al recordar todo lo que habían hecho, algo que imagino realizar sólo en el futuro, cuando estuviera casado.
Pensar que alguien lo amaba de esa forma alegraba todo en su interior y le hacía desear más de aquello.

Sin embargo, estaba olvidando algo importante.

Los Alphas no se sentían atraídos por los Betas, sino por Omegas principalmente.

Aferrándose a la idea de tener alguien en su vida, Itadori ignoró todo lo que sus profesores y padres le estuvieron advirtiendo durante mucho tiempo.

~  No debía estar cerca de los Alphas.

— Debes estar cansado, cariño...— beso la parte trasera de su cuello, unos centímetros abajo del collarín.— te llevaré a casa.— instintivamente Satoru buscaba marcarlo, pero se contuvo muy bien.

No era el momento adecuado.

— Estoy bien, yo puedo ir solo.— no quería que alguien los viera juntos, no sabría como explicarse.

— Insisto.— fue un poco más firme.— No me gustaría que algo te sucediese.— deseaba protegerlo de otros Alphas.

— Me iré solo, sensei.— rápidamente se alejó del mayor.— Puedo cuidarme por mi cuenta.— decía, colocándose sus ropas.— Nos veremos mañana.— estaba nervioso y con dificultad logró salir del auto.

Corriendo a toda prisa para evitar que alguien lo viera con su profesor.

Confundido, Gojō no sabía por qué razón actuaba de esa manera, lo que le llevaba a imaginar que se había excedido al follarselo en ese mismo momento.
Recordando que aún era un adolescente inexperto, ya que, gracias a su apretado y estrecho agujero, el albino se percató que aún era virgen.

— Hablaré con él mañana.— se dijo a sí mismo, antes de encender el auto.

Ni siquiera se molestó en abotonar su camisa, simplemente se marchó a casa.

— ¿Qué te sucede?— preguntó.— ¿Por qué luces terrible?— preocupado por ver a su hermano menor muy alterado, Sukuna inmediatamente pensó que algo malo le había sucedido.— ¿Y ese olor?— gracias a su buen olfato, aquel peli rosa logró distinguir un perfume distinto en Yūji.— ¿Acaso estabas con alguien?— frunció el ceño.

— Ah bueno.— no supo que decir.

Por fin entraba en razón y se daba cuenta que estaba en problemas.

— ¡Responde!— gritó con fuerza, provocando que su madre saliera, en compañia de su padre y el segundo hermano mayor.— ¿Dónde estabas?— recordaba que ya era tarde, algo que su hermano menor nunca hacía.

Injusta realidad [GoYuu] [Omegaverse] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora