Por ti , camino

Un Baile Entre Lienzos

Mientras las risas se calman, Roxan observa al joven con curiosidad y decide romper el hielo con una pregunta más personal.

—Oye, siempre te veo con esa camiseta, ¿tiene algún significado especial? —pregunta, señalando la remera del joven que tiene un diseño llamativo con la frase "Fuego Urbano" estampada en letras estilizadas.

Él sonríe y se mira la camiseta con un toque de orgullo. 

—¡Ah, sí! Me llamo Liam, y "Fuego Urbano" es el nombre de mi grupo de baile. Somos un pequeño equipo de amigos que bailamos juntos desde hace años. —Hace una pausa y añade con una sonrisa traviesa—. De hecho, nos conocemos desde que éramos unos críos y empezamos a improvisar pasos en los recreos.

Roxan lo mira, sorprendida y encantada. 

—¡No me digas! Así que, además de ser un paciente estrella, también eres bailarín.

—Eso intento —responde Liam, riendo—. Nos juntamos siempre que podemos para practicar y montar coreografías. Nos gusta mezclar estilos: un poco de hip-hop, algo de contemporáneo, y hasta algo de breakdance cuando nos sentimos aventureros. La verdad es que estar en el grupo es de las mejores cosas que tengo; es como una familia para mí.

—¡Qué genial! —dice Roxan, genuinamente intrigada—. Debe ser una locura bailar con un grupo tan diverso. ¿Cómo fue que terminaron llamándose "Fuego Urbano"?

—Bueno, la historia es bastante sencilla —explica Liam, riéndose—. Empezamos bailando en las calles, en parques o en cualquier lugar donde hubiera espacio y buena energía. Un día, después de una de nuestras primeras presentaciones, alguien del público gritó: "¡Eso es fuego!" y, desde entonces, el nombre se quedó. Lo de 'Urbano' es porque nacimos en la ciudad y nuestras raíces están en ella.

Roxan sonríe, imaginando a Liam y su grupo bailando por la ciudad, llenando las calles de ritmo y alegría. 

—Debes extrañar mucho eso estando aquí, ¿verdad?

—Sí, un montón —admite Liam, con una chispa de nostalgia en sus ojos—. Pero me mantiene motivado para mejorar y salir de aquí pronto. Mientras tanto, me divierto practicando pasos de baile en el pasillo cuando los enfermeros no están mirando.

Ambos se ríen de nuevo, y la conexión entre ellos se vuelve más fuerte, compartiendo historias y sueños que, por un momento, hacen que el ambiente del hospital se llene de vida y esperanza.