seis ▪︎ legado

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EGAN AND SILAS

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septiembre


HABÍAN PASADO UNOS DÍAS DESDE ESA NOCHE EN EL CEMENTERIO; POR DECISIÓN DE AMBOS, QUEDARON UNOS DÍAS MÁS EN LITTLE ROCK. Y Silas se encargó de llamar a gente de confianza que lo ayudara a recopilar la suficiente información para llevársela a Egan.

Ella había querido ayudar también, pero él se negó diciéndole que no se preocupara por nada.

Silas finalmente recibió una llamada de uno de sus contactos que tenía información para él. El clima se encontraba un poco oscuro y nublado, y la lluvia de la noche anterior aún goteaba de las hojas de los árboles del jardín.

Mientras esperaba, su teléfono sonó, sacando a Silas de sus pensamientos. Miró la pantalla, viendo el nombre de su contacto en el identificador de llamadas. Deslizó el pulgar hacia la derecha para responder la llamada y la llevó hasta su oído...

—Diga —respondió Silas en cuanto la llamada se conectó, su voz sonando calmada y seria.

Desde el otro lado de la línea, se escuchó la voz de un hombre, que sonaba algo cansado y tenso.

—Silas, eres tú, ¿cierto? —preguntó la voz, con un leve acento sureño. Era Dave, uno de los contactos de Silas.

Sí, soy yo —respondió Silas, reconociendo de inmediato la voz de Dave. Se reclinó ligeramente en su asiento, preparándose para escuchar lo que Dave tenía que decir.

—He estado haciendo investigación sobre las lápidas que me dijiste —continuó Dave, su tono serio y profesional. Y puedo decirte que he encontrado algunas cosas interesantes....

Eso hizo que Silas se incorporara levemente.

—¿Y bien? —cuestionó él con impaciencia.

—He hecho algunas investigaciones a fondo en los registros históricos de esta región. Y me tomé la libertad de hacer una extensa búsqueda en los papeles genealógicos.... —le decía Dave.

¿Y? —preguntó Silas. Habla, Dave. Quiero saber lo que has descubierto.

—Necesito que vengas a mi oficina.

El tono de Dave era urgente.

Iré ahora mismo —respondió Silas en un tono decidido. Colgó el teléfono y se levantó de la silla, moviéndose hacia la puerta con determinación.

El viaje hasta la oficina de Dave no era largo, en especial con el Audi que manejaba Silas. Había aprendido a conducir mejor por obra de su esposa. Atravesó las calles de Little Rock bajo el clima sombrío, con su mente aún llena de especulaciones. A los pocos minutos, llegó a la oficina de Dave y entró, encontrándose con el hombre sentado en su escritorio, expectante.

Su oficina era ordenada y funcional, llena de libros y archivos que mostraban los inicios de su carrera de investigador. Cuando Silas entró, Dave se incorporó ligeramente y le hizo señas para que tomara asiento frente a él.

Silas —saludó Dave, señalando la silla frente a él. —Necesito mostrarte algo.

—Te escuchó —le dijo Silas mientras tomaba asiento.

Dave respiró hondo y luego abrió un gran expediente. Dentro había varios archivos y documentos, incluso algunas fotografías. Sacó unas pocas hojas y las colocó frente a Silas...

DESTROYER, crepúsculoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora