Ella que solo se ama a sí misma (Naruto x Fem Gaara)

Capitulo 24

"Creo que ahora sería un buen momento para llegar a un acuerdo".

Naruto asintió y se dejó caer de espaldas en el suelo a sus pies. Él y Gaara habían estado corriendo durante casi cuatro horas, y ambos estaban agotados físicamente. El estrés de la situación había disparado su adrenalina, lo que los había alimentado hasta cierto punto, pero el cuerpo humano todavía tenía limitaciones. La ruta que habían tomado en realidad los llevó de regreso a los bosques de Konoha hacia el sur, ya que su destino final sería la costa. El viaje sería largo, casi dos semanas a pie, pero inevitablemente valdría la pena.

"Me sorprende que hayas podido seguir el ritmo. Sin ofender", comentó Naruto mientras Gaara se sentaba a su lado. La pelirroja se encogió de hombros y se secó una gota de sudor de la frente.

"Tengo la teoría de que los Jinchuuriki somos simplemente superiores a la gente normal en cuanto a resistencia. Estoy bastante cansada, pero como tú, podría seguir corriendo si fuera necesario", respondió. Naruto suspiró mientras miraba el amanecer.

"Nos ayudará a superar a los cazadores, eso es seguro. Si lo que dijo Sensei era cierto, no tenemos mucho tiempo antes de que aparezcan", dijo. Gaara frunció los labios y, pensativa, recogió la hierba del suelo. Al darse cuenta de su aparente confusión, el ahora ex genin de la hoja le dio un golpecito en el hombro.

—Hola, ¿qué pasa? —preguntó con dulzura. Gaara volvió la cabeza hacia él y se mantuvo en silencio durante varios instantes.

"Si los Cazadores nos alcanzan en algún momento, no puedo prometer con certeza que no terminaré matándolos", dijo, con inquietud claramente audible en su voz.

"¿Puedes decirme por qué?", ​​preguntó la rubia. La chica lo miró a los ojos y frunció el ceño de repente.

—Porque están decididos a matarte o a llevarte de vuelta con esa serpiente, Danzo. Ya he matado a un hombre por ti y lo volvería a hacer, por muy mal que esté —dijo. En cuanto terminó de hablar, abrió mucho los ojos. Consciente de que había dicho demasiado, la chica se cubrió la boca y apretó la mandíbula.

—Tú... ¿qué? —preguntó la rubia en voz baja. Sintiendo que su mejor opción era la honestidad y la franqueza, Gaara se quitó la mano de la boca y la dejó caer.

"Fue en nuestro cumpleaños. Después de dejarte en el techo para ir a buscarte comida, noté que un hombre entraba al edificio y, por alguna razón, me sentí aprensiva. Decidí seguirlo", comenzó. Naruto, que todavía estaba obviamente inquieto, asintió y le hizo un gesto para que continuara con su relato del asesinato.

"Lo seguí hasta tu apartamento y luego hice saber mi presencia. Él reveló que estaba allí para entrar a tu casa y abusar de ti. Me habías dicho antes esa noche que evitaste tu vivienda el 10 de octubre para evitar ese tipo de cosas, y eso me enfureció mucho . Ver a un hombre como él conspirando para hacerte daño me cegó de rabia. Lo estrangulé durante un minuto o dos antes de empalarlo y ocultar su cuerpo", concluyó Gaara avergonzado. Naruto tardó un tiempo dolorosamente largo en responder.

—No tenías por qué matarlo —dijo finalmente. La kunoichi asintió con la cabeza y apartó la mirada de su compañero.

"Lo viste por ti mismo en la prisión. Me cuesta mucho controlarme una vez que comienza la batalla. No es excusa, soy muy consciente de eso, pero aún así. Además, cualquiera que se proponga hacerte daño será castigado por mí . Si alguien merece ser tratado con amabilidad, eres tú", dijo. La expresión de Naruto estaba muy conflictiva.

"Eres muy raro para mí. A veces, eres adorable y dulce, pero otras veces, eres un asesino. ¿Cómo puede una persona ser ambas cosas?", preguntó. Gaara le dio una sonrisa triste y se quitó la calabaza de los hombros.