Capítulo 1

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Resurrección en la Niebla
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La niebla espesa y fría se aferraba a la garganta de Wei Ying, el olor a sangre y tierra húmeda le llenaba las fosas nasales. Abrió los ojos, la visión borrosa, la cabeza rebosante de un dolor punzante. Se encontró en un valle oscuro, rodeado de rocas afiladas y árboles esqueléticos. La memoria le regresó a borbotones: la batalla, el sacrificio, la caída, la oscuridad.

¿Estaba muerto? ¿Era este el infierno?

De pronto, una figura se materializó entre la niebla. Lan Zhan. Su rostro, pálido y lleno de preocupación, se iluminó al verlo consciente.

"Wei Ying," murmuró Lan Zhan, su voz ronca y llena de alivio. "Estás vivo."

Wei Ying se sentó con dificultad, su cuerpo dolorido y débil. "¿Cómo... cómo es que estoy vivo?"

Lan Zhan se arrodilló frente a él, sus manos acariciando su rostro con cuidado. "No importa. Lo importante es que estás aquí. Te salve."

Wei Ying lo miró con confusión. "¿Me salvaste? ¿Cómo?"

Lan Zhan no respondió, solo lo miró con una intensidad que lo hacía sentir incómodo. "¿Dónde estamos?" preguntó Wei Ying, intentando ignorar la sensación de que algo no encajaba.

"En un lugar seguro," respondió Lan Zhan, "un lugar donde nadie nos encontrará."

Wei Ying se levantó con esfuerzo, apoyándose en Lan Zhan. "¿Qué pasó con la batalla? ¿Con los demás?"

Lan Zhan no respondió, su silencio lo llenó de una sensación de vacío. La niebla se espesó, ocultando el valle en un manto de misterio.

La luna, pálida y fantasmal, iluminó una escena aterradora: el cuerpo de Jiang Cheng, su amigo, su hermano, yacía inerte entre los árboles. Wei Ying se tambaleó, el dolor le oprimió el pecho.

"Jiang Cheng," susurró, su voz llena de angustia. "No... no puede ser..."

Lan Zhan lo abrazó con fuerza, su cuerpo rígido y frío. "Él está en paz," dijo, su voz apenas audible. "Yo lo cuidaré."

Wei Ying se aferró a Lan Zhan, su cuerpo temblando incontrolablemente. La niebla se espesó aún más, envolviéndolos en un silencio sepulcral.

De pronto, un débil resplandor se abrió paso entre la niebla. Se acercaban, la luz se intensificaba, revelando una cueva oscura y profunda.

"Ven," dijo Lan Zhan, guiándolo hacia la cueva. "Te llevaré a un lugar seguro."

Wei Ying lo siguió, su cuerpo débil, su mente llena de confusión y dolor. ¿Cómo había sobrevivido? ¿Y qué le deparaba el futuro?  En ese momento, solo podía aferrarse a la esperanza de que Lan Zhan, su único consuelo en ese mundo oscuro, lo guiara hacia la luz.






























Nota: Este es el primer capítulo de una historia que aún está en desarrollo. La historia explorará la supervivencia de Wei Ying, su relación con Lan Zhan y los desafíos que enfrentarán en su nuevo camino.

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