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Cuando el amanecer comenzó a despuntar en el horizonte, bañando el cielo con tonos naranjas y rosados, Jimin y Yoongi sabían que era hora de seguir adelante. El refugio que les había brindado seguridad durante la noche ya no era suficiente; necesitaban respuestas y un lugar donde reagruparse.

—Tenemos que ir a mi casa. —dijo Jimin, su voz llena de determinación mientras se preparaba para salir. —Necesitamos cambiarnos de ropa y averiguar qué está pasando.

Yoongi asintió, sabiendo que ese era el mejor plan. Aunque el mundo afuera seguía sumido en un caos desconocido, el propósito de dirigirse a la casa de Jimin les daba una dirección y un objetivo claro.

Con cuidado, salieron del refugio y comenzaron a caminar por las calles vacías y desoladas. El aire frío de la mañana aún se aferraba al suelo, pero la luz del sol naciente les daba un rayo de esperanza. El silencio era inquietante, como si toda la ciudad hubiera detenido su aliento en espera de lo que vendría.

A medida que avanzaban, sus sentidos estaban alerta a cualquier movimiento o sonido, sabiendo que el peligro podía estar en cualquier esquina. Sin embargo, la familiaridad del camino hacia la casa de Jimin les daba una sensación de control en medio de la incertidumbre.

Finalmente, llegaron a su destino. La casa de Jimin se alzaba ante ellos, intacta a primera vista. Con el corazón acelerado, Jimin abrió la puerta, preparado para lo que pudiera encontrar adentro, mientras Yoongi lo seguía de cerca, listo para enfrentarse a lo que fuera necesario.

Al entrar en la casa de Jimin, ambos se detuvieron en seco al ver el estado en el que se encontraba. El interior mostraba claros signos de una lucha reciente: muebles volcados, vidrios rotos y marcas en las paredes como si algo o alguien hubiera intentado defenderse o escapar.

Jimin sintió un nudo en el estómago al ver su hogar, un lugar que debería haber sido seguro, ahora marcado por la violencia y el caos. Sin embargo, no había rastro de ninguna persona, viva o muerta. El silencio dentro de la casa era opresivo, como si el tiempo se hubiera detenido en medio de la confusión.

Yoongi, con la cautela de alguien que ha aprendido a sobrevivir en medio del peligro, comenzó a revisar cada habitación, asegurándose de que no hubiera nadie escondido o acechando en las sombras. Jimin lo siguió, ambos moviéndose con sigilo, escuchando atentamente cualquier ruido.

Después de una exhaustiva búsqueda, se aseguraron de que la casa estaba vacía, pero el sentimiento de inquietud no desaparecía. La incertidumbre de lo que había ocurrido allí pesaba sobre ellos.

—Vamos a cerrar todo con seguro. —sugirió Yoongi, su voz firme pero calmada.

Jimin asintió, y juntos comenzaron a bloquear cada puerta y ventana, asegurándose de que nadie pudiera entrar.

Cuando terminaron, se quedaron en la sala principal, rodeados por el desorden y los vestigios de la batalla que había tenido lugar. A pesar de la seguridad que les daba haber sellado la casa, el ambiente estaba cargado de preguntas sin respuesta y de una creciente necesidad de entender qué había sucedido y, lo más importante, qué debían hacer a continuación.

Eternally [YM][PRÓXIMAMENTE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora