Time ⁞ MiChaeng

𝟎𝟕

Mi rutina había cambiado drásticamente desde aquel día en el aeropuerto. Ya no quedaba espacio para las conversaciones casuales que antes fluían naturalmente entre nosotros. Ahora, mis días se reducían a intentar llenar el vacío que habías dejado, buscando refugio en cualquier cosa que pudiera distraerme de tu ausencia.

Después de terminar la escuela, me dediqué a la universidad y la otra mitad de mi tiempo, a trabajar. Estaba sumergiéndome en proyectos que antes no me interesaban, solo para mantener mi mente ocupada. Pero, sin importar cuántas tareas completara o cuántos informes entregara, siempre había un momento en el que tu recuerdo se infiltraba, invadiendo mi concentración y trayendo consigo la angustia de no saber si estabas bien, si te habías adaptado a la vida lejos de mí.

Por las noches, me encontraba revisando viejas conversaciones, leyendo los mensajes que intercambiamos cuando todo era más sencillo, cuando el amor parecía ser suficiente para enfrentarnos a cualquier obstáculo. Dormir se había vuelto difícil, y los sueños en los que te veía a mi lado eran tan reales que al despertar sentía un dolor físico al darme cuenta de que no estabas allí.

Empecé a imaginar cómo sería nuestra vida si las cosas hubieran sido diferentes. Pensaba en la casa que habríamos compartido, en las tardes que habríamos pasado juntas, riendo por tonterías y disfrutando de la tranquilidad de tenernos cerca. Pero esos pensamientos solo hacían que la realidad fuera más difícil de aceptar.

Tu voz en mi cabeza seguía siendo clara, casi como si todavía estuvieras aquí, susurrando palabras de aliento en los momentos en que más las necesitaba. Pero sabía que esas palabras no eran más que un eco del pasado, un pasado al que me aferraba con todas mis fuerzas porque no sabía cómo seguir adelante sin ti.

A veces me sorprendía imaginándote en tu nueva vida, en un lugar que ya no compartíamos. Me preguntaba si habías encontrado la manera de ser feliz, si habías logrado olvidar lo que dejamos atrás. Esa idea me torturaba, pero al mismo tiempo, una parte de mí deseaba que estuvieras bien, que estuvieras viviendo la vida que merecías, incluso si eso significaba que no había un lugar para mí en ella.

Y así, los días pasaban, uno tras otro, con la esperanza de que el dolor se desvaneciera, aunque solo fuera un poco. Pero en lo más profundo de mi ser, sabía que una parte de mí siempre seguiría esperando, soñando con el momento en que nuestros caminos se cruzaran de nuevo, aunque solo fuera en otro sueño que me dejara con el corazón roto al despertar.

— Chaeyoung.