Cuando entras en el agua esta fría porque entras en un nuevo reto pero luego ya no esta fría porque as superado el reto
Después de lo de antes de ayer, me quedé en mi habitación y fui haciendo dibujos, sobre todo dibujos de Muffin, el perro que está literalmente molestando todo el rato. Aunque es muy mono y pequeño, así que lo acepto. También ayer me fui a comprar velas de calabaza; estamos en pleno julio, más bien a finales de julio, pero tengo ganas de que sea septiembre. No solo porque quiero irme de aquí, sino porque estar en una casa con Dan y Alex es muy raro... y muy interesante a la vez. Y no porque ayer Dan estuviera en la cocina sin camiseta; aunque en ese momento me puse colorada, sobre todo porque tenía un tatuaje de mariposa en el torso. Ya me dije a mí misma que no me enamorara de ellos, aunque es imposible con los hermanitos. Solo sé que son guapísimos.
Y todo esto mientras Dan me está mirando desde la puerta porque dice que estoy todo el día en la habitación.
- Vale, tal vez estoy todo el rato en la habitación, ¿pero qué quieres que haga? - le digo mirando al techo desde la cama.
- Yo lo sé. Hoy a las siete, arréglate y espérame abajo - dice marchándose. No sé qué significa que pasará a las siete, pero le hago caso.
Ya eran las siete. Me puse unos pantalones cortos y una camiseta de tirantes; creo que no necesito nada más. Me hago una trenza y bajo. Veo a Dan con unos pantalones y una camisa.
- Ay, hay un problema - dice.
- ¿Qué? - le pregunto.
- Vamos a un lago, ¿sabes nadar? - dice riéndose. Me dan ganas de tirarle algo, pero le sonrío y le digo...
-¡Qué bonito, Daniel! Tengo que ponerme un bañador de Dragonsito de Toy Story o no hace falta - le digo, harta.
- Sí, ponte uno, si no quieres bañarte con la ropa o desn... - y le interrumpo.
- ¡Sí, sí! Voy - le digo antes de que termine. No quiero bañarme desnuda.
Me había puesto un bikini de color verde claro. "Gracias, Melinda, otra vez", pensé mientras bajaba solo con el pantalón y encima el bikini verde de la parte de arriba.
- Ahora mejor, vamos; no tenemos todo el día - dice sonriendo de medio lado, mirando el bikini y mi lunar en la barriga.
Habíamos llegado al lago; es precioso, la verdad. Daniel estaba saludando a sus amigos, pero el problema es que Valeria y Dafne no venían, así que solo estaba yo. Estaba sentada en una de las rocas cerca del agua. Solo llevaba el bikini; podía saltar, pero no me apetecía mucho.
-¡Eh! Mira quién es la niñita, ¿cómo te llamabas? - dice una chica morena.
-Silvia, encantada - le digo. De repente, estoy en el agua, casi ahogándome; me habían tirado y me estaba ahogando. Oía a alguien gritar a la chica y entrar en el agua; es él, el de ojos verdes.
-¡Eh! Silvia, vamos, despierta - dice alguien.
-¿Quién? ¡Dan! ¿Qué ha pasado? - digo mirando por todas partes.
-La idiota de Rebeca te ha tirado al lago y casi te ahogas - dice mirándome. Estaba tumbada en el suelo de hierbas.
-Gracias... muchísimas... en serio - balbuceo mientras respiro. - Muchísimas gracias, Dan, en serio - le digo sonriendo. Me levanto del suelo y casi me caigo; Dan me coge y me sonrojo.
-¿Quieres ir a comprar un helado? - me dice. Yo digo que sí, así que me pongo los pantalones, me hago bien la trenza y cojo el coche para seguirle.
Tal vez me compre un helado de mango; total, espero que lo compre él.
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El verano de las decisiones [1#]
Novela JuvenilLos padres de Silvia están divorciados y ambos tienen la custodia de ella. Por eso, cuando es verano, tiene que ir a la casa de verano de su padre Richard, donde está su novia Melinda y sus dos hijos, Dan y Alex.