Ethan Castillo Rivas, Ciudadano de España, era un deportista talentoso derivado a las acciones de sus padres al querer un aire de perfección en su único hijo.
Sus padres eran erráticos causando ""trastornos"" en su hijo al tener que vivir con cambio...
La luz de la luna que estaba en alto en el gran cielo oscuro, los grillos sonando y el ruido de la camioneta avanzando.
Había un silencio muy grande entre ambos hombres en el vehículo.
Ethan lograba visualizar a Shane con una mirada perdida y petrificada. Después de dispararle a Ottis en la pierna, lo veía de esa manera, confundido.
Aunque no haya echo casi nada más que ayudarle a bajar del segundo piso y cargar una bolsa, que le haya perdonado la vida le daba una gran oportunidad y no la iba a desperdiciar. Si Shane le disparó a alguien de su grupo y no a el, era suficiente como para no morir.
—Llegamos...Si dices algo que no me agrade no la cuentas más.— Llegaron a una casa de madera, a simple vista se veía acogedora y muy tranquilo el sitio.
—Claro.— Ethan lo miró con seriedad mientras Shane seguía luciendo confundido y estresado.
Bajaron del auto bajando las bolsas con el medicamento cuando un grupo de personas salieron de la casa, Ethan respiró profundo y su rostro se convirtió en uno "asustado".
El grupo se acercó a ellos y un hombre de tez clara y ojos azules claros fue el que más se acercó, precisamente a su salvador.
—Shane, ¿quien es el? ¿Y Ottis?.— Habló algo alterado y Shane no le contestó aún en su confusión negando con la cabeza acercándose a un viejo de piel clara y canoso con manchas de sol en la piel dándole una de las bolsas repitiendo el acto Ethan que al ver qué Shane no contestó decidió hablar.
—Perdón por irrumpir aquí y llegar de la nada. Soy Ethan, un gusto...Sobre Ottis, el me salvó al igual que a Shane de los glotones cuando estábamos en problemas, había caminantes por todos lados y...L-lo siento mucho de verdad...— Mientras el hablaba Shane tenía los ojos rojos y brillosos.
El viejo se quedó sorprendido mirando un lado para el otro sin creer lo que acababa de pasar. —No le diremos a Patricia, la necesito para la operación.— El viejo entro con el resto quedándose con el y Shane con el hombre de ojos azules.
—Lamento que hayan pasado por eso...Soy Rick Grimes. Gracias por ayudarle a mi amigo a llegar a salvo con las cosas para salvar a mi hijo, de verdad...—
—No se preocupe Rick.—
Rick miró a Shane abrazándolo con fuerza.
—Esta bien Shane. Quiso enmendar su error...— Ethan miró con "tristeza" la situación y se sentó en las escaleras del porche. —Vamos adentro. Necesitas descansar.— Shane solo aceptó el abrazo y se soltó yendo adentro pero Rick se quedó afuera mirando a Ethan. —Oye, ven adentro, también necesitas descansar, fue una noche larga...y te agradezco de nuevo lo que haz hecho por mi hijo como ayudar a mi amigo.—
El nombrado lo miró con una sonrisa leve asistiendo. —Gracias a ustedes por salvarme. Voy en un momento.—
Rick sonrió con agradecimiento y entró a la casa.
Ethan al ver qué entraron se frotó el rostro con tristeza falsa terminando por suspirar con agotamiento. —Dios, dame paciencia.— Se levantó e ingresó a la casa con el resto.
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