Siempre estuve acostumbrado a estar solo. De hecho, no me molesta. En cierto punto creo que eso me ha hecho fuerte.
Desde que tengo memoria fui educado para ser un guerrero. Mi familia es famosa por ello. Mi abuelo solía contarme historias de sus aventuras de hace muchos años atrás, en la época de la segunda gran guerra. El junto con otros guerreros provenientes de Eldoria lucharon en las montañas puño de hierro. Me contaba con orgullo como sometieron a los maestros enanos e invadieron Dourheim, la gran fortaleza y orgullo de los enanos.
Gracias a sus actos mi abuelo trajo los grandes conocimientos que ahora son el orgullo de Ironhelm.
Siempre admire a mi abuelo. Incluso más que mi propio padre.
Debido al gran éxito de la forja en Ironhelm, para cuándo mi padre tuvo edad de enlistarse al ejército de Eldiora ya no hubo necesidad de hacerlo. De hecho, mi abuelo agradeció que su hijo fuera tan buen administrador como guerrero y le cedió el control total como gobernante de Ironhelm. Y así, una dinastía completa de héroes de guerra llegó a su fin. Sabía que mi padre era fuerte, pero no tenía una experiencia bélica como el abuelo y eso para mí era lo más importante.
Y así fue como crecí, con la meta de hacerme el guerrero más fuerte de toda Eldiora y que algún día sería el más grande héroe de guerra de la familia Hawke.
Mi abuelo me ayudó a entrenar, él era despiadado, pero sabía que no podía estar en mejores manos. A diario me entrenaba y alimentaba mi gran ambición con sus grandes historias. De todas sus palabras de aliento recuerdo cierta frase con la cual me animaba cada vez que terminamos un entrenamiento.
-Debes ser fuerte. Jamás debes demostrar debilidad ante nadie, Gideon. ¡Fortitudo ante omnia!
Gritaba mi abuelo con orgullo con una gran sonrisa dibujada en su rostro.
-Si, abuelo... Prometo que seré tan buen héroe de guerra como tú. Y volveré a llevar a la cima el apellido Hawke.
Mi abuelo, sonreía y me daba una fuerte palmada en la espalda. Demostrando su gran fuerza y carisma que solo el famoso Godric Hawke el "Demonio De Ironhelm" tenía.
Cómo todo niño, la figura del héroe que vence al mal era lo único que ocupaba mi cabeza. Pasaba las noches leyendo historias de aquellos grandes héroes que llevaron la paz al mundo, y por el día entrenaba de la mano de mi abuelo. En algún momento recuerdo que me llamo la atención un personaje en uno de mis libros. Este personaje era un conocido mago elfo llamado Eryndor. No parecía ser tan grande y fuerte como los otros que había leído, y me pareció genial la forma tan elegante en la cual resolvía los problemas, haciendo gala de su gran poder, pero aún más de su increíble inteligencia.
- ¿Eryndor? ¿Estás hablando de un inútil mago? - Gritaba mi abuelo con desagrado después de preguntar acerca de aquel personaje que tanto llamo mi atención. - Debes estar bromeando, Gideon. Escúchame bien, los magos son bastardos cobardes que solo sirven para ayudar a los verdaderos héroes a alcanzar la gloria. ¡Prefiero morir antes de tener a un sucio mago en mi familia! ¡Si, señor! - Termino vociferando y escupiendo al suelo.
Y tenía razón. Ese tal Eryndor era el único mago que pude encontrar como un respetado héroe de guerra, la mayoría eran simples unidades de soporte. Curaban, creaban distracciones o simplemente se encargaban de facilitar en cierta medida los viajes largos. Distaban demasiado de la imagen tan gloriosa de los guerreros, paladines y otras clases de combatientes. Así que me olvidé por completo de la idea de que la magia "era genial".
A diario continúe con mi meta de llegar a ser un grande y reconocido guerrero como mi abuelo. Quería que todos conocieran mi nombre, que yo fuera el orgullo de mi apellido. Así que me esforcé mucho, en ocasiones, casi hasta desfallecer. Jamás me rendí. Sin importar lo difícil que fuera.
Pero lamentablemente, mi abuelo murió cuando yo tenía 13 años. Estaba triste, pero no llore por él. Decidí que honraría su memoria y sería fuerte.
Seguiría mi meta aún sin su apoyo. Haría que dónde quiera que estuviera, se sintiera orgulloso de mi. Mantendría en alto el apellido Hawke.
Así que el día de su entierro en vez de llorar, me pare frente a su tumba y haciendo un saludo militar grite con todas mis fuerzas antes de marcharme:
- ¡Fuerza, ante todo, abuelo!A los 16 años; cuando cumplí la mayoría de edad, estaba listo para formar parte del ejército de Eldiora.
Fui a pesar de las negativas de mi padre. Desde que mi abuelo murió, intentó persuadir mi decisión de entrar al ejército y se empeñaba en querer prepararme para tomar el mando de Ironhelm. Ya que, al ser hijo único, esa responsabilidad debía caer sobre mis hombros. Pero no podía aceptarlo.
En primera: Le había prometido a mi abuelo ser un gran héroe de guerra como el, y en segunda: era terrible para liderar gente.
De verdad malo, en especial era pésimo con las palabras.
Mi abuelo me lo decía a menudo:
- ¡Agradece que tengas un grande y fuerte cuerpo, Gideon! Por qué tristemente te faltan sesos.
¿Cómo podría gobernar así?
No. Mi verdadera vocación era el combate.
Así que a pesar de todos sus sermones fui a las pruebas anuales que hacía el ejército.
Estas eran principalmente físicas, así que estaba seguro de que no tendría problemas para sobresalir.
Cómo yo vivía fuera de Eldiora tenía que hacer una prueba para foráneos. Y, si la pasaba, ganaba el derecho de asistir a las del reino. Que eran las que realmente importaban.
Llegué temprano e hice mi mejor esfuerzo para superar todos y cada uno de los ejercicios. Mi fuerza era un sin igual y fui el único foráneo que pasó los rigurosos ejercicios. Esto elevó mi moral. Evidentemente venía de una familia hecha para la guerra, no había otra explicación a mi genio en combate.
Pero este pensamiento se desvaneció rápidamente, ya que las pruebas internas fueron otro cuento.
Los postulantes eran muy superiores a mí, la mayoría eran descendientes de famosos guerreros y paladines que ahora tenían puestos nobles en Eldiora. Intenté ignorar mis debilidades y repetía el lema de mi abuelo una y otra vez en mi cabeza. Pero al final, no sirvió de nada, solo me gane las burlas de aquellos nobles.
"-Había escuchado grandes cosas del foráneo, pero al parecer fueron simples rumores."
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La Sombra De La Inmortalidad.
FantasyUna persona con la capacidad de renacer a voluntad en un mundo desconocido sin recuerdos de sus vidas pasadas, llega a un mundo de magia y fantasía. Debido a la confianza que tiene para cambiar de mundo si este no es de su agrado, inicia una nueva v...