Parte 5

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Me transformé en una puta, cada vez más tiempo. En mi only cada vez me iba mejor, ganaba más que cualquiera. Cada vez tenía mejor ropa, mejor maquillaje, pelo. Cada vez iba menos a la universidad. Realmente le gustaba a los chicos, de hecho me invitaban a comer y a tomar en bares. Realmente me veía tan bien que nadie dudaba de que fuera mujer. Incluso, a veces, comenzaron a quedarse los fines de semana en vez de ir con sus novias. Todos me confesaron que me preferían. Y es que me preferían porque podían hacerme cosas que a sus novias no.

Primero, siempre estaba caliente y dispuesta a chuparla o abrirme o ambas. En vez de hacerse la paja preferían cogerme. Segundo, siempre estaba sensual, justamente por las producciones de fotos. Tercero, era extremadamente sumisa con los chicos. Les encantaba mi dulzura y me usaban como les venía en gana. Siempre me recompensaban: ropa, plata, bebidas, peluches, drogas.

Alberto era el que más me gustaba estar solo. Era muy posesivo y al mismo tiempo amaba compartirme. Era muy degenerado también. Le gustaba dominarme usarme y maltratarme (siempre jugando). Enloquecía cuando le beboteaba y jugábamos al papi y a la nena. Cumplí todas sus fantasías, todas. Le gustaba disfrazarme, usarme y meterme cosas. Me metí de todo por él, hasta la palanca de cambios de su auto. Me entregaba a sus amigos de su edad y me encantaba. La mayoría me terminaba dando plata, pero yo lo hacía por placer. Le encantaba cogerme después de sus amigos.

Con Abel me quedaba a veces solo y también me aprovechaba para darme y hacerme de todo. Él era el más tierno, me trataba como su novia. Me vestía entonces más como una chica común. Le gustaba que se la chupe mientras veía porno, jugaba a la play. Tenía perversiones, pero el más moderado. Le gustaba que hiciera de su novia. Me decía que era la chica más linda que había tenido. Por eso me la tragaba toda. Dormíamos abrazados.

Pero con el que más me gustaba quedarme a solas empezó a ser Carlos. Era brutal, humillante, bestial. Me hacía sentir más nena que ninguno. Me ataba a la cama, me dejaba así, me pegaba, me escupía, le gustaba también hacerme lluvia dorada. Me ponía la cadena y me tenía atada todo el día. Me sacaba, a la noche con una faldita y me cogía en parques en bares y en terrazas. Él se prendía a los directos y tenía muchas donaciones y views porque me hacía todo lo que los usuarios querían. Me hacía llenarme de guita.

De alguna forma, creo que de todos me enamoré un poco y creo que los tres también se enamoraron de mí. De todas formas, los mejores fines de semana comenzaron a ser cuando estaban los tres.

my roommateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora