Luego de aquella ocasión las cosas parecían haber mejorado, pues Catherine no mostraba interés en Alexa y Eduardo, es verdad que aun compartían clases y por eso debían verse a diario, pero ni siquiera sus amigas hacían sus habituales burlas a nuestra protagonista, así estuvieron las cosas
por casi 3 meses, hasta que se acercaban las vacaciones de verano.
Insisto que es aterrador el nivel de odio que pueden experimentar ustedes como humanos, es otra de las cosas que no puedo entender, pues no soy capaz de sentirlo, guardar tal rencor en sus corazones, buscar formas de dañar a otros, me intriga e incluso me estremece.
- Tiene que ser hoy - le decía Catherine a un joven incauto al que había convencido de ser el afortunado ganador a las caricias de Alexa. – pero esta vez debes hacer las cosas tal cual te las estoy diciendo-
- Claro, esta vez estoy listo, aunque no sé porque ha tardado tanto en darme otra oportunidad –
- Eso no importa, lo importante es que por fin lo vas a lograr, pero recuerda lo más importante, no importa cuánto se resista, no te detengas, se rudo y muestra que tú eres el que manda... si haces eso Alexa no solo será tuya hoy, puede que hasta te convierta en su novio... después de todo vas a ser el que le cumpla su más secreta fantasía -
A la hora de la salida Catherine le pidió a Eduardo que le diera unos minutos, que en verdad quería hablar con él, pues se sentía mal de distanciarse después del tiempo juntos. Mientras esto pasaba Alexa decidió adelantarse un poco, pues sentía que ella no debía intervenir en esa plática, se sentó tranquila junto a unos matorrales en donde esperaría a que su amigo terminara para ir a casa.
- "no mentía, en verdad está esperando por mí, sabía que no debía dudar."- los pensamientos de este joven eran tan tontos que parecía inocente, pero a la vez la malicia de sus actos hace que me den ganas de poder odiar.
Sin detenerse a pensar si lo que estaba por hacer era correcto, se abalanzó por detrás de la distraída chica y la sometió dejándola con la espalda sobre la tierra, sosteniendo sus manos desde las muñecas, rápidamente sin darle tiempo a reaccionar metió una de sus manos por debajo de la blusa de ella, hasta llegar a sus pechos, la rapidez con la que las cosas estaban pasando tenia a nuestra protagonista en un estado de shock en el que no podía gritar y sus manos no le respondían con la fuerza necesaria para librarse del agarre con el que las tenían sometidas. Ante los ojos del joven perpetrador esto parecía una señal de que todo iba de acuerdo con lo planeado, pero eso no era ni de cerca lo que pasaba. Los abuelos de Alexa nunca le ocultaron lo que había pasado a su madre, así que por la mente de la chica el estar pasando esa situación le resultó en una impresión tan grande que no le permitía reaccionar, por más que ella supiera que debía hacer algo.
- Por favor... para... por favor - la chica comenzó a sollozar, sus ojos se llenaron de lágrimas, su bello rostro era más pálido de lo que jamás se había visto, pero su voz no fue escuchada y sus lágrimas no fueron vistas – por favor... no lo hagas... por favor.
El chico se concentró en intentar besar la en el cuello, pero entre la brusquedad que era impuesta en ese acto, aunado a los leves movimientos realizados por la joven tratando de liberarse, lo único que logro antes de poder si quiera alcanzar a besarla fue darle un fuerte cabezazo que casi al instante provocó que los labios de Alexa comenzaran a sangrar, ese dolor hizo reaccionar el instinto de supervivencia, ese que todo ser viviente posee y que sale a flote cuando se siente en un peligro inminente, con esa descarga de adrenalina comenzó a tratar de librar sus manos, soltaba patadas al aire tratando a toda costa de salir de aquella situación, pero teniendo al joven sentado sobre de ella con todo el peso, esa acción resultaba más difícil de lo esperado, pues mientras luchaba por zafarse tenía que soportar una de las manos del chico tocando su cuerpo por debajo de su ropa, la cual estaba sudada y además sentir su aliento tan cerca de su rostro era simplemente asqueroso. Todo eso parecía un mal sueño, uno del que quisiera despertar lo más pronto posible, sin embargo, cada segundo se alargaba hasta la eternidad. Queriendo llevar su acto hasta las últimas consecuencias, el perpetrador decidió que era tiempo de culminar el acto, pues estaba listo para hacer lo que tanto tiempo llevaba esperando, retiró su mano sudorosa con la que mancillaba el cuerpo de nuestra protagonista, con la finalidad de poder comenzar a tratar de sacar su "virilidad", sin saber que con ello le brindaría una oportunidad para poder liberarse, pues dejó de tener todo su peso apoyado en ella y su otra mano aflojó considerablemente la presión con la que limitaba el movimiento de su víctima, fue en ese momento justo... un rodillazo preciso entre las piernas, el dolor fue tal que sin necesidad de algo más Alexa se vio libre para levantarse del suelo y salir corriendo, pero esa descarga de energía tenía un límite que rápidamente fue alcanzado, pues las piernas no le respondían como la situación lo requería, tan solo alcanzó a correr un par de metros desplomándose contra el piso raspándose las rodillas.
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SIN PESAR
Jugendliteratur¿Que es el amor?, ¿Quien puede decir si es incorrecto amar a alguien?, ¿Cual es el limite del amor?... Con sinceridad puedo decirles que no lo se, lo único que puedo hacer es brindarles una historia con la esperanza que al final estas, y otras pregu...