Capítulo 2 . Siempre.

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Si, siempre estoy en el mundo de los vivos, aquí y allá, mi destino es recorrer este lugar eternamente, recolectando las almas para llevarlas a donde deban estar, pero hay muchos humanos, así que para hacer mi trabajo debo estar en todos lados, mirando atenta cada rostro y cada nombre todo el tiempo. Era de esperarse que nunca le perdiera la pista a esa joven alma que dejé en los brazos de su madre, sin embargo no había vuelto a verla en mi lista hasta ahora, por eso hoy es un día especial, nuevamente estoy a su lado, incluso la tengo entre mis manos, esto me permite contar su historia mejor que nadie, pues se las contaré directamente de sus recuerdos, vamos.

En cuanto los doctores entraron a revisar a Yasmin se percataron que no había nada que hacer, por esto la pequeña fue entregada a sus abuelos, ellos sentían gran tristeza por la partida de su unigénita, sin embargo tenían enfrente su legado, en ese momento solo era una bebé huesuda, con los ojos cerrados, la piel parecía quedar pequeña ante su esqueleto, algunos cabellos rojizos se notaban, ahí deje de verla fijamente, quien ahora era la abuela le llevo en sus brazos mientras que el abuelo y otro joven se encargaban de los trámites del hospital.

Durante sus primeros años conservó el cabello rojizo que caracterizaba a su familia, era dueña de una dulce mirada cortesía de unos ojos color esmeralda, su piel blanca se dañaba cuando pasaba mucho tiempo al sol, pero además de eso no era enfermiza, algunas gripes ocasionales eran todo lo que la aquejaba. A los 4 años entró por primera vez al jardín de infancia, ahí se dio cuenta que podía sacar lo mejor y lo peor de las personas, pues todos los niños del colegio la seguían, eso provocaba inconformidad por parte de algunas niñas, las cuales no desaprovechaban la oportunidad de molestarle por su cabello, incluso, por el color de su piel, le empezaron a apodar la chica fantasma, esto ocasionó que sus abuelos la sacaran de esa escuela para educarla en casa, pues sentían miedo de que les lastimaran a su pequeña nieta.

Los primeros días pasaron en llantos constantes, pues ella en verdad deseaba regresar a la escuela con los amigos que había hecho, para animarla sus abuelos la metieron en clases de violín, desde los 5 años ella mostraba gran talento con ese instrumento, de hecho, en eso se parecía a su madre, incluso los violines que tenía eran una herencia que ella le había dejado, desde el primero de 1/4 con el que empezó a arrancar destellos musicales, hasta llegar al de 4/4, todos ellos habían sido usados por Yasmin y se habían conservado como una reliquia familiar. A los 13 años se había convertido en una maravillosa violinista, sus sentimientos se trasmitían mediante su música, también fue entonces que sus abuelos habían vuelto a dejar que asistiera a clases como todos los demás jóvenes de su edad, pero debido al aislamiento que había sufrido durante los años anteriores, parecía haber perdido su capacidad de hacer amigos, pues ahora era tratada como si padeciera de alguna enfermedad contagiosa, la principal causa de burlas seguía siendo su cabello rojizo, hermoso que parecía como seda fina de un largo tal que le llegaban hasta la cintura, a tal punto llego esto que incluso un día un grupo de chicas la acorraló en el baño de la escuela, justo a la hora de la salida, cuando los profesores ya están en sus oficinas y los alumnos se han ido casi por completo.

- Te crees muy especial, ¿no? Cerillo... ¿crees que puedes venir y quitarnos a nuestros novios?.-

Aparentemente aquella situación se debía a que algunos chicos habían estado hablando de lo bella que era Alexa y de quien podría enamorarla, esto había llegado a oídos de las novias coléricas, a lo cual en lugar de confrontar a sus parejas decidieron atentar en contra de la que ellas consideraban la culpable de todo.

- Les digo que yo no he hecho nada, no sé de qué hablan.- decía la joven que estaba siendo sobajada con crueldad. - al menos díganme, ¿qué creen que hice?. -

- Deberías saberlo... andas de resbalosa con los chicos y ahora debes disculparte por eso. -

Ver esa escena me hizo recordar un poco lo que su madre vivió, tan solo que en aquella ocasión el abuso había sido aún más espantoso y sin ningún tipo de aviso, no es que exista un motivo que justifique la violencia, aunque ellas solo buscaban obtener una disculpa por lo que  creían una ofensa, esa petición se volvió cruel ya que le pedían eso por algo de lo cual la otra joven no tenia conocimiento. A pesar de que mi trabajo requiere ver a las personas en su peor momento, no me gusta la violencia, no la justifico, ni la promuevo.

Mientras que una de las chicas la había arrojado al suelo, otra de ellas la sujetaba de su cabello, le tenía enrollado en una especie de nudo al rededor de su puño cerrado, una tercera sacaba un cúter de su mochila el cual utilizó para roer la cabellera de su víctima mientras que quien había iniciado la violenta escena gravaba todo con un pequeño celular de esos que fueron los primeros con cámaras (de mala calidad), sin importarles que Alexa lloraba sin consuelo, no se detuvieron hasta ver los cabellos de esta esparcidos por el suelo, luego de eso le amenazaron.

- si continúas coqueteando a nuestros novios, lo próximo rojo que estará en el suelo será tu asquerosa sangre, ¿entendido?.-

Las tres pequeñas sádicas se fueron del lugar dejando a la pelirroja en un mar de llanto, con sus cabellos en las manos y su autoestima por los suelos, cuando por fin logro retomar fuerzas para levantarse fue al lavabo, enjuagó su rostro y tomo una cruel decisión, antes de llegar a su casa hizo una parada, cuestión de 1 hora y 30 minutos, al llegar sus abuelos se mostraron sorprendidos al verla.

- Alexa, ¿ qué te has hecho?...- preguntó la abuela, más sorprendida que enojada. - ¿porque hiciste algo así? -

- Tan solo tenía ganas de cambiar un poco, ¿les molesta? -

- Para nada, tan solo es una sorpresa que no nos esperábamos... - respondió el abuelo, un hombre sabio y gentil. - Querida, un cambio así no es algo que nos toque ver de un día a otro y menos de tu parte. -

- Perdón por eso, es solo uno de mis caprichos, ya pasará... iré a hacer mi tarea. -

La joven había hecho una parada en una estética, esto para que le compusieran su dañada cabellera, pero, ya ahí, decidió cambiar el color de su cabello por un raro color rubio, negando por completo su antigua tonalidad, esto para que,según ella, la dejaran de acosar en su colegio. Su abuelo no se había quedado conforme con la explicación que le habían dado, por lo cual fue hasta la habitación de la joven, tocó un par de veces para luego entrar, se sentó en la cama, aun no decía nada, cogió una foto que había en una mesa cercana y solo entonces comenzó a hablar.

- Sabes, a ella también la molestaban por su cabello, sin embargo lo mostraba orgullosa y solo decía que quienes la criticaban era por que le tenían envidia...-

- Abuelo, ya les he dicho, solo quería cambiar de estilo, no es porque me molesten... por favor no insistas, no me gustaría que hicieran esto más grande y tenga que pasar otros 3 años estudiando en casa tan solo porque me quise cambiar el color del cabello, ahora discúlpame, pero tengo mucha tarea por hacer. -

Sin nada más que decir, el señor se levantó de la cama dejo la foto de su hija en donde la había encontrado y salió de la habitación con su rostro algo preocupado, pero con la esperanza en de que aquello en verdad fuera solo un capricho de su nieta y no algo más.

SIN PESARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora