1

227 30 3
                                    

El despertador sonó a las cinco de la mañana, un sonido que, aunque familiar, resultaba más implacable que de costumbre. Wonyoung abrió los ojos lentamente, sintiendo el peso del cansancio acumulado sobre sus hombros. La maqueta de su materia no tan favorita, anatomía de cabeza y cuello, estaba esparcida sobre su escritorio, a medio terminar. No había tenido más remedio que madrugar para agregar los últimos detalles.

Se sentó en la cama, estirándose mientras su mirada recorría la habitación. Las luces de la ciudad parpadeaban a través de las cortinas entreabiertas, y el silencio de la mañana temprano era una mezcla extraña de tranquilidad y urgencia. Sabía que no tenía mucho tiempo.

Se levantó y caminó hacia el escritorio, encendiendo la lámpara de estudio que iluminó la maqueta a medias. Los huesos del cráneo, los músculos cuidadosamente modelados... todo debía estar perfecto. Aunque se arrepentía de haber dejado todo para el último momento, sentía una extraña satisfacción al ver el proyecto tomar forma.

— Solo un poco más. — Murmuró para sí misma, tomando el pincel con manos firmes.

El tiempo voló mientras Wonyoung se concentraba en los detalles, corrigiendo cada línea y asegurándose de que todo estuviera en su lugar. Para las seis y media, la maqueta estaba completa. La observó con orgullo antes de guardarla con cuidado en una caja acolchonada. Se preparó rápidamente, con la eficiencia de alguien acostumbrada a aprovechar cada minuto de la mañana, y salió de su apartamento justo a tiempo para tomar el bus hacia la universidad.

El aire frío de noviembre le golpeó el rostro, pero le ayudó a despejarse. Al llegar a la universidad, Wonyoung se encontró con su mejor amiga, Gaeul, justo a la entrada del edificio principal. Gaeul, siempre impecable, la saludó con una sonrisa brillante, aunque Wonyoung notó un ligero cansancio en sus ojos.

— ¡Gaeul! —Wonyoung la abrazó brevemente, sintiendo un alivio inmediato al ver a su amiga. —No hemos tenido tiempo ni para un hola... ¿Cómo te ha ido en tu semana de exámenes?

Gaeul suspiró, rodando los ojos con una sonrisa resignada. — Sobreviví, eso ya es un logro, ¿no? Entre tantos exámenes siento que no he dormido en días. Pero, bueno, lo peor ya pasó.

— No me hables de dormir. — Respondió Wonyoung mientras caminaban hacia su clase. — Apenas he dormido anoche por culpa de la maqueta. Pero al menos terminé a tiempo.

Gaeul le dedicó una mirada comprensiva. — Sabes que siempre puedo ayudarte con eso, ¿verdad?

Wonyoung sonrió. — Lo sé, Gaeul, lo sé.

Al llegar al aula, Wonyoung se despidió de Gaeul y se dirigió directamente a su asiento habitual junto a Sullyoon. La sala estaba llenándose rápidamente, y el murmullo de conversaciones y risas llenaba el aire. Sullyoon ya estaba sentada, y cuando vio a Wonyoung, sus ojos brillaron de curiosidad.

— ¿Puedo verla? — Preguntó Sullyoon, refiriéndose a la maqueta.

Wonyoung asintió y sacó con cuidado la caja donde guardaba la maqueta. Al abrirla, Sullyoon soltó un leve silbido de admiración.

— ¡Está increíble! — Exclamó Sullyoon, acercándose para observar cada detalle. — Ni parece que la hayas hecho a última hora.

Wonyoung sonrió, aunque sintió un poco de culpa. — Gracias, pero sí... me quedé hasta tarde anoche terminándola. Apenas dormí unas horas.

— Te entiendo. Yo también tengo la mala costumbre de dejar todo para el final. — Dijo Sullyoon con una risita.

Antes de que la clase comenzara, Sullyoon se inclinó hacia Wonyoung, bajando la voz como si fuera a compartir un secreto.

Gossip | IVEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora