Capitulo 54

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Durante el mes de abril, hay lluvias en la ciudad de Luotan.

Las nubes lucen como mil capas de telarañas tejidas en el cielo. Son pegajosas y espesas. No se pueden separar y oscurecen el cielo. El sol no ha salido en unos días, pero la lluvia salpica a cada paso.

Los negocios están desiertos gracias a los días lluviosos, Zheng Feiluan estaba detrás de la barra, mirando aburrido al otro lado de la calle. La puerta del hotel Qingguo estaba entreabierta pero nadie entraba ni salía. La pared blanca comenzaba a llenarse de musgo, algunas enredaderas que subían por la pared se balanceaban gracias a las gotas de lluvia.

Desde la larga charla a finales de marzo, He An nunca volvió a traer a Lily a la pastelería.

Zheng Feiluan los extrañaba mucho.

Ha hecho una introspección de su actuación ese día en innumerables ocasiones, recordando lo que dijo palabra por palabra, tratando de averiguar qué es lo que hizo mal, pero no ha logrado encontrar su error. Incluso estaba convencido de que He An no estaba enojado cuando se fue.

«Entonces, ¿qué pasó después de eso? »

Zheng Feiluan estaba comenzando a tener un dolor de cabeza cuando de repente, una pequeña figura apareció dentro de la puerta de la posada.

Era Lily.

Estaba sosteniendo su vestido, dio dos pasos a la izquierda y luego dos a la derecha, como si fuera a salir. La puerta tiene una pequeña elevación, por lo que es difícil salir para ella sola. Aun así, ella parecía determinada a salir, se abrazó a la puerta, levantó su pierna derecha, puso la planta de su pie en la elevación e intentó subir.

En esa postura, su centro de gravedad es inestable.

Zheng Feiluan tenía miedo de que algo le pasara y rápidamente arrojó las cosas que tenía en la mano y se apresuró a rescatarla. Inesperadamente, tan pronto como Zheng Feiluan pisó el puente de piedra, la niña cayó y rodó.

— ¡Lily!

El corazón de Zheng Feiluan se apretó y corrió tan rápido como pudo, extendió sus manos para levantarla.

La niña, como si todo estuviera bien, dio unas palmaditas a su vestido sucio y quiso volver a intentarlo. Sin embargo, la lluvia que caía era tan fuerte como una cascada y solo debajo de la cornisa, no caía lluvia. Zheng Feiluan sabía que la niña había nacido con un cuerpo frágil y se enferma tanto como He An. No la dejaría estar bajo la lluvia. La abrazó y le preguntó — ¿A dónde planeas ir?

— Encontrar... papá...

Lily se esforzó en explicar.

Zheng Feiluan la llevó a buscar a He An. Sin embargo, el patio estaba vacío y la puerta de su dormitorio estaba cerrada. Cheng Xiu era el único de guardia en la sala de estar, con un cuaderno en la mano, estaba escribiendo borradores con promociones para la posada.

Zheng Feiluan preguntó

— ¿Dónde está He An? Lily lo está buscando.

Cheng Xiu levantó la cabeza del teclado, su rostro se veía cansado.

— Debería... tomando una siesta, ¿no?

— La puerta está cerrada.

— ¿Cerrada?

Cheng Xiu estaba aturdido, se rasco la cabeza y pensó por un tiempo, repentinamente abrió la boca

— ¡Ah! Lo recuerdo, ¡fue a la calle Xiangxiu a comprar flores!

En cuanto terminó de decir esa oración, se levantó de un salto, hasta el sueño que tenía se fue.

— Se fue antes de que lloviera y no se llevó un paraguas.

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