Después de instalarme en la que va a ser mi habitación por los próximos dos meses me dirigí al baño, antes de salir quería darme una ducha, así que procedí a elegir mi ropa, no se me complicaba normalmente elegir mi ropa, sabía que no iríamos a un lugar muy elegante, así que me decidí por una blusa de manga larga color verde oscuro, unos jeans sueltos color negro y unas tenis blancas, básico pero hermoso y caliente, cosa que era necesaria, ya que el frio que estaba haciendo a pesar de no ser tan fuerte estaba presente.
Me arregle mi cabello, haciéndole unas pequeñas ondas que caían sobre mis hombros, me hice un maquillaje sencillo, bueno, a lo que para mí era sencillo, lo cual consiste en delineado por dentro del ojo, rímel para las pestañas, peinarme mis cejas, rubor, iluminador y un gloss para mis labios, mire reflejo en el espejo una ultima vez, me puse mis anteojos, perfume y salí de mi habitación, baje a la sala de estar y ahí estaba Antara sentada en uno de los sillones.
-Mírate nada más- Me dijo dejando su teléfono de lado -Te ves completamente hermosa, o sea siempre lo haces, pero ahorita te luciste aun más- Me dijo observándome, una de las cosas que más amo de Antara es eso, siempre va a resaltar la belleza de las demás personas.
-Mil gracias An, tú también te ves completamente divina- Antara llevaba puesto, una blusa color negro, uno de sus colores favoritos, la blusa de tirantes gruesos, unos pantalones sueltos negros y unos tenis blancos, su maquillaje era también muy ella, haciendo énfasis en las pestañas que siempre le quedaban muy bien, su cabello largo y ondulado caía por sus hombros -Bella como de costumbre- Le di una sonrisa -Bueno, ¿dónde iremos? Muero del hambre- Me dispuse a agarrar mi bolso y verla.
Ella también agarra su bolso y un abrigo -Ten paciencia, solo te diré que no te vas a decepcionar- Me hizo una seña de que la siguiera a la salida de la casa. Al salir note que estaba haciendo menos frío del que esperaba, An dijo que podíamos llegar caminando, por lo cual decidimos hacer eso he ir hablado de la vida en camino al restaurante.
Al cabo de unos 10min nos tuvimos frente a un restaurante italiano -Es el mejor de la ciudad en comida italiana, dicen que hacen unas pizzas exquisitas, se que te gustan así que, ¿Entramos?- An me dijo y la felicidad en mi cuerpo era otro nivel, amo la comida y sobre todo la pizza, aparte se me hizo un gesto hermoso de parte de ella, no es muy fan de la pizza, pero aun así busco este lugar porque sabe que me encanta.
-Eres la mejor- Le dije mientras entrabamos al lugar y ella se rio, susurrando un "lo sé". Nos sentamos en una de las mesas, el lugar no esta muy lleno, en realidad estaba casi vacío, a excepción de nosotras y otra mesa donde había dos hombres.
Seguí observando el lugar, sin embargo, algo que no puedo negar fue que uno de esos dos hombres me llamo la atención, desde donde estaba podía tener una vista general de él, se veía que es alto, delgado pero a la vez algo musculoso, su cabello era corto, tipo rapado, su rostro es muy armonioso, sus ojos profundos con unas pestañas largas, quien pudiera ser así sin usar mascara de pestañas, una barba bien cuidada, iba vestido con una camisa morada grande y con un estampado, unos jeans de mezclilla y unas tenis, toda esa observación fue en menos de un minuto, el mesero preguntando que queríamos comer me saco de mis pensamientos.
-Buenas noches jóvenes, ¿Ya saben que les gustaría ordenar?- Nos preguntó muy amablemente mientras nos veía.
-Buenas noches- Antara hizo una pausa y miro su nombre que estaba en su camiseta -Si, Alessandro, ya sabemos que nos gustaría ordenar, sería, una napolitana grande por favor- Me miro buscando mi aprobación a lo que yo asentí -Y para tomar dos limonadas con hierbabuena, por favor y gracias-
Alessandro asintió -Perfecto, pronto les vamos a estar trayendo su pedido, muchas gracias por venir- Le sonreímos y se fue.
-An, de la vista que te estas perdiendo, mis ojos están siendo deleitados y no es por la pizza- Volví a ver a Antara y me veía con cara de preocupación, pero bromeando -Vuelve a ver, mis gustos esta vez de verdad que no fallan, es el de camiseta morada- Ella volvió a ver y se quedo así unos segundos a lo que le pegue suavemente para que disimulara.