8. El pozo.

148 17 5
                                    

(...)

Coraline—. ¿Qué haces en la casa del señor B?

Señor B—. ¡Coraline! — Coraline lo atravesó ignorando su presencia.

Norman—. Nada. — negó nervioso.

Coraline—. Puag. ¡Huele muy mal!

Norman miró avergonzado a el señor B, quién estaba oliendo una de sus axilas.

Norman, Señor B—. ¡Yo no fui! — gritaron al unísono.

Coraline—. Claro que no, debe ser la correspondencia del señor B, siguen llegando.

Norman—. Y, ¿de qué son?

"Muestras de queso", escuchó al unísono, detrás de él aún seguía el señor B y muy sonriente.

Norman—. ¿Muestras... de queso?

Coraline—. Eran para sus ratones acróbatas.

Norman se giró a ver a el señor Bobinsky, que solo asintió orgulloso.

Coraline—. Suspiró viendo el montón de paquetes en el suelo — Hace tiempo que ya no subía aquí, desde que el señor Bobinsky falleció. Tampoco mis padres, él era bastante extraño, pero era muy agradable y me hacía reír. Es extraño cuando alguien simplemente se va.

El señor B se acercó a Coraline y se agachó a su altura con una gran sonrisa.

Norman—. El señor Bobinsky te extraña también... — Coraline miró extrañada a Norman — ¡Quiero decir! Seguro que el señor Bobinsky te extraña también.

Coraline se alejó dándole la espalda.

Coraline—. Me gustaría saber que es así, pero ya no volveré a verlo.

Norman—. Miró al suelo triste — Y, ¿qué tal si tuvieras un don que te permitiera poder verlos? Incluso si ya murieron.

Coraline miró a Norman confudida y vino un recuerdo a su cabeza sobre aquellos niños.

Coraline—. Sería asombroso... y aterrador. — sonrió.

Norman—. Te acostumbras a ello. — susurró y miró al señor B.

Coraline miró confundida detrás de Norman, tratando de ver lo que él.

Coraline—. Y, ¿te vas a quedar aquí? — miró un poco insegura a su alrededor.

Norman solo negó con su cabeza. Ambos escucharon a alguien gritar, Coraline se asomó por el barandal, abajo estaba Wybie quién movía sus manos muy nervioso.

Coraline—. ¿Wybie?

Wybie—. ¡Ey Michigan! — su sonrisa nerviosa se desvaneció al ver a su lado a Norman.

Ambos bajaron las escaleras.

Wybie—. Oye, tengo que hablar contigo, a solas... — miró de reojo a Norman.

Coraline miró a Norman extrañada y se acercó al otro.

Wybie—. ¿Tú, abriste el pozo? — tartamudeó nervioso.

Coraline—. ¿Abrir el pozo? ¿Por qué crees que lo haría? No soy una lunática como para querer volver a ese mundo.

Wybie—. ¿Estás segura? Mi abuela tuvo visiones, despertó como una loca en la madrugada y me suplicaba cerrar el pozo. Así que fue hacia el, la tapa de madera que pusimos no estaba. Y encontré esto... — dijo lo último aterrado.

Wybie le enseñó a Coraline un pedazo de tela que al instante reconoció.

Wybie—. Sin la llave, sin la mano.

Coraline sintió su latir acelerarse, miró de reojo a Norman que solo los veía curioso desde lejos.

Coraline—. La otra madre. -— susurró llevando su mano a su corazón.

Wybie—. Creo que fue un error lanzarla al pozo. ¿Recuerdas lo que te dije? El pozo es tan profundo que si ves desde el fondo hacia arriba verás un cielo estrellado en pleno día.

Coraline—. ¿Qué quieres decir Wybourne? — lo miró impaciente.

Wybie—. Quiero decir, que probablemente el pozo era otro portal y no lo sabíamos.

Coraline zapateaba con desesperación.

Coraline—. ¿Y qué hacemos? ¿Qué tal si ella trata de llevarme otra vez?

Wybie—. No creo que ella venga por ti está vez... — miró de reojo a Norman.

Coraline se interpuso en su vista.

Coraline—. ¿De qué hablas? — entre alzó su ceja.

Wybie—. Mi abuela dice, que en su visión vio a un joven de singular aspecto y cabello puntiagudo. Creo que podría tratarse de tu nuevo vecino y amigo. - remarcó lo último como indirecta.

Coraline—. No puede ser. No voy a permitirlo, evitaré que él caiga en las mentiras de esa bruja. — miró determinada a Wybie quien solo se alzó de brazos.

Wybie—. Cómo tú veas Jones.

Wybie caminó hacia su moto bici y la arrancó, empezó a dar vueltas y se detuvo frente a Norman, mirándolo de abajo a arriba.

Wybie—. Norman, ¿verdad? Tú y tu familia cometieron un error al mudarse aquí. — miró el palacio rosa — Deberían irse, antes de que cosas aterradoras sucedan... — hizo ademanes fantasmales con sus manos tratando de asustarlo.

Norman solo lo miró confundido y algo molesto como respuesta. Coraline furiosa levantó barro del suelo y lo lanzó a Wybie.

Coraline —. gruñó — ¡Déjalo en paz Wybourne!

Wybie se cubría mientras escapaba de una furiosa Coraline que lo perseguía y le lanzaba barro.

Coraline se giró para ver a Norman que llevó su mano a su brazo apenado.

Coraline—. No le hagas caso, él es muy, extraño.

Norman—. Descuida, se ve igual de extraño que yo. — se dio vuelta y caminó en dirección a su casa.

(...)

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 25, 2024 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Normaline (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora