El tiempo lo es todo .

Reflejos y Sombras

Capítulo 1: *Reflejos y Sombras*

A veces, caminamos por las calles sumidos en nuestros propios pensamientos, desconectados del bullicio a nuestro alrededor. Es como si el mundo fuera una película en la que somos los únicos protagonistas, y los demás son solo sombras fugaces en el fondo. Pero, de repente, un tropezón, un pequeño desnivel en la acera, nos saca de ese trance. Y entonces, aunque sea por un breve instante, recordamos que somos parte de algo más grande, de un mundo lleno de historias que se entrelazan y de personas que, como nosotros, caminan en busca de algo.

Era uno de esos días grises en mi ciudad, con nubes espesas que apenas dejaban filtrar la luz del sol. El tipo de día en que todo parece más pesado, más lento. Caminaba por las calles que tan bien conocía, pero que siempre me sorprendían con algún detalle nuevo. Mi ciudad, mi refugio. Aquí nací, aquí crecí, y aquí, a mis 16 años, sigo intentando encontrar mi lugar. Mi cumpleaños número 17 está a la vuelta, y aunque debería sentirme emocionada, solo puedo pensar en lo rápido que pasa el tiempo. ¿Será cierto que todo sana con el tiempo? Últimamente, pienso que el tiempo no es más que una ilusión, un ente efímero que se escapa entre los dedos antes de que podamos agarrarlo.

La ciudad en la que vivo no es particularmente grande, pero tiene un encanto especial, como un secreto bien guardado. Salir a caminar por sus calles siempre ha sido una forma de escape para mí, una oportunidad para perderme en mis pensamientos y admirar la belleza de la arquitectura barroca que adorna sus edificios. Me gusta pensar que pertenezco a este lugar, que hay una razón por la que nací aquí. Soy una chica alta, de tez morena clara, con cabello ondulado y castaño oscuro, y ojos tan profundos como la noche. Siempre me ha fascinado la idea de que los ojos son el reflejo del alma, y a veces me pregunto qué verían los demás si pudieran mirar dentro de los míos.

Mis padres son reconocidos abogados , personas de respeto en esta pequeña comunidad. Como su hija mayor, siempre he sentido el peso de sus expectativas, aunque ellos nunca lo expresen directamente mi abuela paterna vive con nosotros desde que tengo memoria. Es una vida cómoda, de clase media alta, y estudio en una de las mejores preparatorias del país. Y sin embargo, a pesar de todo, siento que el tiempo corre y aún no sé qué hacer con mi vida. ¿Es normal sentirse así a esta edad, o es solo que no estoy hecha para seguir el camino que otros han trazado para mí?

Mi mejor amiga, Alicia, es como una hermana para mí. Nos conocemos desde la infancia y hemos compartido tantas cosas que a veces siento que podría leer su mente. Su padre es un cirujano reconocido, y su madre, aunque se dedica al hogar, es contadora pública, una profesión en la que destacaría si decidiera volver a ejercerla. Alicia siempre ha sido más decidida que yo, y a menudo me siento envidiosa de su claridad, de la forma en que sabe exactamente lo que quiere.

Y luego está Lucas. Lo conocí en el jardín de infancia, y desde entonces, ha sido mi persona favorita en el mundo. Su padre es un empresario amigo de mi padre, y aunque su madre falleció cuando éramos pequeños, él siempre ha mostrado una fortaleza admirable. Pasábamos los veranos juntos, haciendo travesuras, y aunque los años han pasado, nuestro lazo sigue siendo igual de fuerte.

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Abro los ojos, y todo se desvanece como un espejismo. Era solo un sueño. Me levanto de la cama, sintiendo el frío del piso bajo mis pies descalzos, y camino lentamente hacia el baño. El agua fría en mi rostro finalmente me despierta del todo. Me miro en el espejo por un momento, tratando de reconocer a la chica que me observa desde el otro lado. "Es solo otro día", me digo a mí misma mientras me coloco el uniforme escolar.

El aroma del desayuno me guía hacia la cocina, donde mi Nana , ya tiene todo preparado. Ella me recibe con su típica sonrisa cálida, aunque hoy parece un poco más cansada.