Capitulo 3

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PERSONAJE OCULTO

La oscuridad que me consume

Soy el Rey de la Noche, y he vivido durante siglos en la oscuridad. Mi corazón ha sido consumido por la sed de sangre y el deseo de poder. Mi objetivo es claro: unificar a todos los reinos bajo mi dominio y esclavizar a la humanidad para satisfacer mi hambre eterna.

Pero hay algo más que me impulsa, algo que me ha estado persiguiendo durante siglos. La pérdida de mi esposa y mi hijo en una batalla hace mucho tiempo me dejó un vacío que no puedo llenar. Y creo que Patricia, con su sangre híbrida, es la clave para revivirlos.

Mi mente está llena de visiones de un futuro en el que la humanidad es mi esclava y mi fuente de alimento. Me imagino a Patricia a mi lado, como mi reina, y a nuestros híbridos como mis soldados leales.

Pero hay obstáculos en mi camino. El Sultán Arin se interpone en mi camino, y Patricia parece resistirse a mi voluntad. Pero no me importa. Estoy dispuesto a hacer cualquier cosa para lograr mi objetivo.

Mi oscuridad interior me consume, pero me da fuerza. Soy el maestro de mi propio destino, y nadie me detendrá.

Jazmín

Después de mi encuentro con Fatima, el Sultán me buscó y le ordenó a un sirviente que me llevara de nuevo a mi casa. Me despedí de las mujeres del harem y seguí al sirviente a través de los pasillos del palacio.

Una vez que llegamos a mi casa, el sirviente se inclinó y me dijo: "El Sultán vendrá a verla después de consultar con su mano derecha algunas cosas de su estadía aquí".

Me sentí un poco intrigada por la razón de la consulta, pero no hice preguntas. Me limité a asentir y a darle las gracias al sirviente.

Después de que se fue, me quedé pensando en lo que había pasado en el harem. La actitud de Fatima me había dejado un poco incómoda, pero también me había hecho darme cuenta de que había muchas cosas que no entendía sobre la cultura y las costumbres del palacio.

Me pregunté qué cosas habría de consultar sobre mí y mi estadía aquí será por si no aprueban que yo me quede aquí como invitada del Sultán quizá está rompiendo algunas reglas por mi,es un alivio que no sepan sobre mi estatus social en el palacio. También me pregunté qué decidiría el Sultán después de consultar con su mano derecha.

Pero no tenía respuestas, así que me limité a esperar y a prepararme para lo que viniera después.

Sultán Arin

Me quedé meditando por un momento, procesando la información que Rashid me había dado. Si Patricia era realmente un peligro para el reino, eso cambiaría todo. No podía creer que la mujer que había estado protegiendo y cuidando fuera una amenaza.

"Rashid, necesito que confirmes esta información", le dije, tomando una decisión. "Ve a México y descubre la verdad sobre Patricia y su familia".

Rashid asintió y se inclinó. "Como desees, Sultán. Pero debes tener cuidado. Si Patricia es realmente un peligro o peor aún una espía, no sabemos qué podría estar planeando".

Asentí, sabiendo que Rashid tenía razón. Pero debía saber la verdad. "Lo sé. Pero debemos saber la verdad. Ve y no te detengas hasta que la descubras".

Rashid se fue, dejándome con mis pensamientos. ¿Qué encontraría en México? ¿Confirmaría las sospechas sobre Patricia? No podía esperar para saberlo.

Me levanté de mi trono y comencé a caminar por la habitación, pensando en las posibles implicaciones. Si Patricia era una espía o un peligro para el reino, eso significaría que había estado jugando con fuego sin saberlo.

Pero también podía ser que Rashid estuviera equivocado. Podía ser que Patricia fuera exactamente lo que parecía: una mujer inocente y amable.

No sabía qué creer, pero estaba decidido a descubrir la verdad. Por el bien del reino y por mi propia paz mental, debía saber qué estaba pasando.

Llegué a la casa de Patricia con un regalo en la mano, una caja de dulces exóticos. "Hola, Patricia", dije con una sonrisa. "Quería asegurarme de que te encuentres bien después de tu visita al harem". Patricia me recibió con una sonrisa y me invitó a sentarse. "Estoy bien, gracias", dijo. "Fue un poco abrumador, pero estoy aprendiendo mucho". Asentí y me senté junto a ella. "Me alegra que estés disfrutando", dije. "Quería preguntarte... ¿cómo es tu familia en México? ¿Son... influyentes?" Patricia se rió. "Mi familia es muy querida", dijo. "Pero no son exactamente influyentes. Mi padre es un hombre de negocios y mi madre es una artista". Sonreí, intentando parecer no interesado. "Ah, entiendo", dije. "Y... ¿tienes hermanos o hermanas?" Patricia negó con la cabeza. "No, soy hija única". Intenté seguir sonsacando información, pero Patricia no parecía dispuesta a revelar nada más. Me di cuenta de que no podía sacarle nada sin levantar sospechas, así que decidí cambiar de tema. "Bueno, me alegra que estés disfrutando de tu estancia aquí", dije. "Si necesitas algo, no dudes en pedirlo". Patricia sonrió y me agradeció. Me fui, sintiendo que no había logrado mi objetivo. Pero no me rendí. Estaba decidido a descubrir la verdad sobre Patricia y su familia.

Corazón de hielo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora