—¡RESPONDE MALDITA SEA! —le grito como nunca lo hice, quisiera mantener la calma pero su silencio me mata como no tienen idea.
La sujeto de los brazos sin medir mi fuerza, solo quiero que me diga la verdad.
—Sofia, por favor, dime —me derrumbo ante ella y me deslizó hacia abajo quedando abrazada a su cadera mientras estoy de rodillas llorando —dime, dime que si lo hiciste, dime que si es mi bebé, te lo ruego.
Ella no dice nada pero escucho sus sollozos, miro hacia arriba con la esperanza de que me diga que no era verdad lo que acababa de escuchar.
—Chris, perdón, Perdóname por favor —acariciaba mi rostro y noto en su mirada la culpa —quería escuchar cualquier otra cosa, menos eso, menos su perdón que confirmara una verdad que tenga el efecto de desgarrar mi alma.
—¿Por qué? ¿Por qué Sofi? —me hizo amar la idea de tener una familia con ella, lo di todo por ella y ahora me rompe en mil pedazos, no puedo más.
—Mi amor —se puso a mi altura —perdóname, por favor, todavía podemos superar esto —puso mi mano en su abultada barriga de siete meses de embarazo —podemos formar una familia como lo soñamos —la miré incrédula.
No podía creer lo que me estaba diciendo, así que me levanté para ir a la habitación, no quería seguir escuchándola, ya no podía verla más.
—Te amo Chris por favor, solucionemos esto.
Al subir las escaleras me di cuenta de que Melissa ya no estaba. Ella lo sabía y no me dijo nada, me duele su traición.
—No me sigas
—Chris hablemos te lo suplico —se puso delante mío.
—¿DE QUÉ QUIERES HABLAR?, ¿DE CÓMO ME VISTE LA CARA DE ESTÚPIDA?, ¿DE QUIÉN ES ESE HIJO QUE LLEVAS AHÍ? —bajó la mirada —Hazme el favor de moverte Sofía.
Pase por su lado y entre al cuarto cerrando la puerta con fuerza para sacar mis cosas de ahí, ya no tenía nada que hacer en esta casa, su mamá será la más feliz con todo esto. Mientras coloco mi ropa en una maleta veo una pequeña caja donde están nuestras primeras fotos, mis primeras cartas y aunque al principio nos costó nuestra relación supimos superarlo, pero al parecer nada le importó.
Si ella me decía que no era verdad, con los ojos cerrados le creía, así de estúpida me tenía. Empecé a tararear "Si ellos están mintiendo por favor defiendete, yo sé que no lo harás, pues dicen la verdad", "miénteme como siempre, por favor miénteme, necesito creerte, convénceme".
Abrí la puerta y Sofía estaba ahí, llorando impidiendo mi paso, me dolía verla así pero no podía ceder.
—Muevete
—No, no te puedes ir, íbamos a viajar juntas para tener a nuestro bebé.
—¿Nuestro? —no podía creer su cinismo
—Por favor Chris, perdóname —lo dice desesperada agarrándose el vientre —mi amor lo puedo arreglar, por favor escúchame.
—NO, esta vez, Sofía, ya no hay nada que arreglar, esta vez tú no tienes cómo solucionarlo, así que, olvídate de que existo, porque desde hoy para mí —se me vuelve a quebrar la voz —escúchame muy bien Sofía, desde hoy estás muerta para mí.
—No me dejes por favor —se agarra el vientre y no puedo evitar preocuparme pero el dolor que estoy sintiendo me está superando.
Cuando estoy por salir escucho un golpe y giro para ver qué pasa y la veo a ella, está tirada en el piso, me apresuro en ir a ayudarla pero mi respiración se detiene cuando veo sangre entre sus piernas.
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Destino o Casualidad
RandomChristina es una chica que tuvo que hacerse cargo de su pequeña hermana cuando su mamá falleció al momento de dar a luz. Su tia y su mejor amiga Melissa le ayudaban con la crianza de la bebé mientras ella trabajaba y estudiaba, sin quererlo ni busca...