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Cuando llegue al jardín vi a Pin con una chaqueta negra, una camisa y unos pantalones negros. El estaba batallando con la corbata, cosa que me hizo reír y provocó que el girara viéndome. Yo vestía un vestido algo elegante del mismo color que su claqueta, se acercó a mí lentamente y tomó mi mano

-estás preciosa- me sonrojé levemente mientras el reía por mi reacción

-y tú pareces todo un caballero- sonreí -uno muy guapo y apuesto- ahora fue su turno de avergonzarse -creo que nunca antes te vi con una de estas- toqué so corbata aflojándola un poco, el suspiró

-siento que me está ahorcando- reí y le retiré la corbata con cuidado, el me sonrió

-no hace falta que te sobre esfuerces- me miró burlón

-habla la misma que se puso unos tacones? Creía que no te gustaba usarlos- asentí

-y no me gusta, pero los necesito durante un par de horas. Luego podremos quemarlos juntos- el carcajeó ante esa broma y asintió

-como la duquesa lo desee- hizo una especie de reverencia extendiéndome su mano como un verdadero duque, yo la tomé divertida

-gracias mi querido duque- ambos reímos -ahora enserio, ayúdame a caminar si no quieres ver a tu linda novia en el suelo- los tacones eran demasiado altos para mí gusto, y al ser de aguja está se clavaba en el césped y me hacía tropezar

-lo que usted necesite- entendió su brazo y yo pasé el mío gustosa mientras caminábamos hacia la salida

-ya llegó- anunciaron y mi mirada fua al coche que acababa de llegar fuera del castillo

-y Zoe?- pregunté, ella era la que se encargaría de mostrarle la presentación a la alcaldesa

-sobre eso... Tratamos de llamarla una y otra vez, pero no atiende su teléfono- suspiré frustrada

-sigan llamándola, nosotros iremos a por la alcaldesa- salimos al exterior y ahí encontramos a la alcaldesa junto con Heather, genial, si ya nos iba a costar lidiar con la alcaldesa ahora tambien deberíamos de hacerlo con su mimada y chantajista hija

-hola, bienvenidas al castillo- saludó Pin y yo traté de poner mi mejor sonrisa -pasemos hacia el jardín, por favor- ellas nos siguieron y Mía venía tras de ellas

-yo fui la única invitada?-dijo al observar que no había más coche en el estacionamiento

-usted es la única porque es muy importante y los duques quieren centrarse sólo en usted- salvó Mía la situación mientras nosotros le dábamos la razón

-creo que quieren disculparse, sobre todo tú- dijo mirándome y yo aguanté una carcajada irónica

-si, claro. Adelántese, siéntase como en casa- sonreí lo mejor que pude y le lancé una mirada a Mía -Disculparnos!?- le pregunté susurrando y ella asintió

-no tenía otra excusa para hacerla venir, su ego es superior a cualquier cosa- se excusó, Pin y yo suspiramos, sabíamos que sería una tarde muy larga. Llegamos con la alcaldesa y vimos como un señor ya un tanto mayor y vestido de sirviente se encontraba en el jardín

-quien es el?- le pregunté a Pin pero él se encontraba igual que yo

-es el mayordomo, viene con el castillo incluido- nos explicó Becky y yo asentí su bastante confundida, pero nos acercamos a él

-Hola, Soy Tn Philips. Encantada de conocerlo- le extendí mi mano y el la aceptó con una sonrisa

-mi nombre es Arthur, encantado de conocerla duquesa- hizo una especie de reverencia -y a usted, duque. Soy el fiel sirviente de su abuelo- el asintió comprendiendo ahora mejor la situación.

El té había sido un éxito, la alcaldesa parecía contenta, logramos que escuchara la presentación de Jade y parecía convencida por sus palabras. Aaron tomó el postre con la intención de entregárselo pero no nos dimos cuenta a tiempo y Zoe tropezó con el, haciendo que el postre volará y le callera encima a la alcaldesa. Esto originó una guerra de comida de la cual pude escapar a tiempo con ayuda de Arthur

-esto es inaceptable!- todos se detuvieron al escuchar a la alcaldesa furiosa -casi me convencen sobre esa tonta idea de los caballos- tropezó y vio el plan de Aaron en el cuál ponía "BOOM" -quien hizo el plan?- gritó

-fui yo señora- mi hermano se puso frente a ella

-Todo esto fue un plan para humillarme?- estaba aún más furiosa y agarró a mi hermano del brazo

-no! Ellos solo querían salvar a Ariel- la alcaldesa miró a su hija enfadada y luego a nosotros

-pues denle las gracias a este mocoso y a su linda broma, ahora sí que acabaré con esa yegua- iba a retirarse pero la detuve

-dejame decirle...- traté de ser amable pero me interrumpió

-no escucharé ni una sola palabra más de ustedes- me enfadé, ella se dio la vuelta dispuesta a irse

-usted está siendo muy injusta e inmadura, lo sabía?- se giró hacia mí enfadada -que quería conseguir con su anuncio de la isla? Admito que es buena idea y atraerá a los turistas, pero cree usted que utilizó las palabras correctas?- negué con la cabeza -no fue así, dijo que publicaría una lista de las diez mejores actividades que tiene la isla, y que lo que no estuviera en ella no merecía la pena ser mencionado. Es que ahora la isla solo tiene diez actividades? Que pasa con los pequeños comercios que deben ganarse la vida? No son reconocidos, pero necesitan esa ayuda extra de los turistas. Y si encima usted los incita a qué no pasen por ellos, llegarán a la quiebra en unos meses. Eso es lo que quiere en su isla? Que por cierto no es suya para hacer lo que le plazca cuando usted quiera, que ganará sacrificando a una yegua inocente? Restaurar su ego?- ella tartamudeó un poco buscando una respuesta - déjeme decirle que la culpa de lo que le pasó a su hija fue de ella y solo de ella, Ariel es una yegua salvaje y embarazada. Se encontraba muy nerviosa y ese era el primer día que la habíamos visto, pero su hija decidió que sería buena idea montar y demostrar que si nosotros no la podíamos domar, ella sí- miró impresionada a su hija la cual solo bajó la mirada indicando que era cierto -pero usted, no quiso escuchar más explicaciones y creyó la mentira de su hija, la cual por cierto lleva días chantajeándonos para no decirte que la yegua se encuentra en los establos, pero déjeme decirle una cosa. Ya no me importa que usted lo sepa, la yegua es inocente y no se moverá de ese establo a menos de que pasen por encima de mí- el guardaespaldas de la alcaldesa trató de acercarse a mí cuando reaccionó ante la situación, pero Arthur se interpuesto en su camino -y déjeme decirle que usted tiene la misma inmadurez que su hija, a que adulto se le ocurre insultar y tratar de esa manera a un niño. No me gusta discutir y menos con un adulto, pero si debo rebajarme a su nivel para defender a los míos así será- suspiré tratando de calmarme -ahora puede volver a la alcaldía y llevarse a su hija con usted, ninguna es bienvenida en Bright Field de ahora en adelante- me di media vuelta y me acerqué a Aaron dándole un fuerte abrazo, nadie trataría así a mis seres queridos mientras yo estuviera ahí

Te lo prometo ~pin y tu~ A Rienda Suelta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora