Capítulo 34: Cuarta noche 10

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Mientras Saber luchaba con el peso de su vacilante moral, la batalla tomó un giro más oscuro. Berserker, siempre con su fuerza implacable, reconoció el cambio en su comportamiento y se aprovechó de él. El fuego en los ojos de Saber se había atenuado y, aunque su habilidad era inigualable, la carga psicológica que soportaba era evidente. Berserker, un guerrero de intuición y astucia a pesar de su locura, modificó rápidamente su enfoque. Si no podía derrotarla con un solo golpe abrumador, la desmantelaría pieza por pieza, despojándola metódicamente de su fuerza hasta que la victoria fuera inevitable.

Su primer objetivo estaba claro: la mano derecha de Saber.

A lo largo de su feroz intercambio, Berserker había notado que los golpes de Saber con la derecha eran mucho más fuertes y precisos que los que lanzaba con la izquierda. La mano derecha, que sujetaba su legendaria espada, era la fuente de su poder, la fuerza detrás de su implacable ataque. Si pudiera paralizar esa mano, sabía que la batalla se inclinaría decisivamente a su favor. Sin toda la fuerza de su brazo dominante, el poder de Saber se reduciría a la mitad y su formidable presencia en el campo de batalla disminuiría significativamente.

La estrategia de Berserker evolucionó en un abrir y cerrar de ojos. Ya no buscaba terminar la pelea con un solo golpe devastador. En cambio, buscaba erosionar sus defensas, debilitarla gradualmente hasta que ya no pudiera resistirse. Sus ataques se volvieron más específicos, sus movimientos más calculados. Cada golpe de su arma ahora tenía un único propósito: inutilizar su brazo derecho.

Pero Saber, a pesar de su espíritu conmocionado, no era una presa fácil. Incluso en medio de la duda, sus instintos como guerrera permanecieron agudos. Sintió el cambio sutil en las tácticas de Berserker, percibió el peligro inminente en la forma en que sus ataques comenzaron a centrarse en su lado derecho. Aunque no podía comprender por completo su plan, su experiencia en innumerables campos de batalla le había enseñado a adaptarse ante la adversidad.

Su agarre sobre su espada se hizo más fuerte mientras ajustaba su postura, cambiando su peso para proteger su lado vulnerable. El implacable asalto de Berserker se encontró con una defensa renovada, aunque desesperada. Ella paró y esquivó con precisión, su espada destellando al interceptar cada uno de los golpes calculados de Berserker. Sin embargo, incluso mientras se defendía, sabía que algo había cambiado. Berserker ya no luchaba con un objetivo único; ahora había una lógica fría y aterradora en sus movimientos.

Cada choque de sus espadas le provocaba punzadas de dolor en los brazos, y cada paso hacia atrás era una concesión a la creciente ventaja de Berserker. La batalla se convirtió en una lúgubre danza de supervivencia, en la que Saber luchaba por defenderse de la implacable persecución de Berserker en lugar de contraatacar. Cada vez que contraatacaba uno de sus ataques, le seguía otro, más cruel y preciso que el anterior.

Los ojos de Berserker ardían con una concentración enloquecida mientras continuaba con el asalto, obligando a Saber a adoptar una postura aún más defensiva. Sus ataques eran más rápidos, más duros, cada golpe apuntaba a romper su guardia y asestarle ese golpe paralizante. Los movimientos, una vez fluidos, de Saber se volvieron más tensos a medida que la fatiga de sus heridas y la tensión psicológica de la batalla comenzaron a pasar factura.

Pero la voluntad indomable de Saber se negó a flaquear. Ella luchó con todo lo que tenía, yendo más allá de sus límites. El destello de determinación que la había llevado a través de incontables batallas se reavivó, impulsándola a igualar el brutal ataque de Berserker con su propia resistencia feroz.

Sin embargo, Berserker no se dejó intimidar. Cada vez que Saber frustraba sus intentos, se adaptaba, cambiando su enfoque en respuesta a sus defensas. Sus ataques se volvieron más impredecibles, mezclando fintas con golpes genuinos, buscando desequilibrarla. Estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario para ganar, incluso si eso significaba cambiar su estrategia una y otra vez.

FateZero: Berserker hecho de EspadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora