En la oscuridad, hay algo que te espera. Algo que te observa, que te acecha, que te desearía. No te atrevas a mirar atrás, no te atrevas a parar. Porque cuando lo hagas, será demasiado tarde. El miedo te paralizará, la curiosidad te consumirá y la a...
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Dogday comenzaba a recuperarse en la habitación donde Catnap lo había dejado. A medida que su conciencia regresaba, recordó los eventos que habían llevado a su situación actual. Se dio cuenta de que su celular había desaparecido y, con él, cualquier evidencia del mensaje que había enviado a Bubba.
Dogday intentó moverse, pero se dio cuenta de que estaba atado a la cama con cuerdas. Catnap había tomado medidas para asegurarse de que no escapara. Con un gruñido de frustración, Dogday intentó liberarse, pero las cuerdas eran demasiado fuertes.
De repente, la puerta se abrió y Catnap entró con una sonrisa enigmática. –bienvenido de vuelta–,acercándose a la cama. –Creo que es hora de que hablemos sobre por que entraste al sótano–
Dogday lo miró con desconfianza, pero sabía que no tenía otra opción que enfrentar a Catnap. –¿Qué quieres que te diga?–, preguntó, intentando mantener la calma.
Catnap se sentó en una silla junto a la cama y cruzó los brazos. –Quiero saber por qué estabas ahí–, su voz baja y amenazante. –Y qué piensas al respecto?–
Dogday río para si mismo –Pienso que necesitas terapia y una urgente–
–aparte de eso señorito inteligente–
–No te conviene que este aquí– desvió la mirada hacia algún lado de la habitación, justamente donde estaba la Cámara
–Bien– desata las cuerdas –Dame una sesión– mira el brazo vendado de su contrario – y procura no hacer estupideces o tu otro brazo estará peor– Amenaza frívolo
–Una sesión? A ti? Jaja PAGAME o voy a desquitarme contigo– Sigue a catnap quien antes le amarro las muñecas juntas
El gato de catnap hizo su presencia caminando al lado de dogday, quien lo cargo felizmente.
–Bien llegamos, aquí me darás la sesión o charla o como le digan– hace pasar a dogday mientras Lucy les sirve café.
Y se queda en el lado izquierdo de la puerta.
Deja al gato en el piso y respira ondo, y le hace señas a Lucy le susurra que traiga una libreta y un lapicero. En lo que Lucy traía lo pedido miro detenidamente a catnap quien esperaba paciente y lo miraba, no apartaba su mirada de el dogday podía sentir como si lo desnudaran con la mirada era bastante incómodo por lo que sus mejillas se tornaron de un ligero rojo.
Lucy regresó con lo pedido y al entregarlo, volvió a su posición en la puerta.
–Muy bien catnap, ¿por que quieres una consulta? – abre la libreta
Catnap sonrió, mostrando sus Colmillos –Estaba aburrido, fue por eso y sería muy divertido jugar contigo dulce cachorrito–
Dogday hizo una mueca de desagrado al apodo, ya no le gustaba como empezaba a sonar –Entiendo,¿puedes contarme tu niñez?–
