~•[Una Razón Para Vivir]•~

"Querida Hermandad (Parte 1)" [Cap 10]

[Advertencia: está historia contiene escenas explícitas como lo son la violencia, sexual, lenguaje malsonante y vulgar, etcétera.]

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"[En el cementerio: Con Akame]"

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Akame se encontraba en el cementerio del Imperio, estaba sentada en la entrada del cementerio.

La azabache estaba sentada de rodillas en el pasto, con ella llevaba consigo bolsas de compras, al parecer cuidandolas.

Sin embargo, tenía consigo un kit de materiales consigo y con su Teigu, Murasame, desenfundada y apoyada sobre una manta, en la que dicha manta estaba sobre el regazo de Akame.

Akame se encontraba limpiando con una gran delicadeza y cuidado el filoso metal de su Teigu Murasame.

Con unos palillos sostenía el algodón y lo pasaba con cuidado sobre el delicado pero letal filo de su Teigu Imperial.

Las katanas son reconocidas por dar cortes certeros, limpios y presisos, como un aespecie de guillotina pero en mano de un solo verdugo.

"La Asesina de un corte: Murasame", es un arma tan letal y peligrosa, y mucho más temible cuando está siendo portada por un usuario al que eligió.

En un indeterminado momento del pasado, la Teigu llegó a manos de Gozuki, un hombre profundamente orgulloso y ambicioso que dedicaba sus días a cometer asesinatos en conjunto con sus compañeros, los Demonios Rakshasa del Templo Kouken.

Muchos años atras, ante la seductora oportunidad de acabar con el recién establecido Ejército Revolucionario, Gozuki se convierte en el responsable de una incipiente división de asesinos imperiales de élite, conocida como "Los Siete de Élite", que se encontraba formada por siete jóvenes que se convertirían en futuros expertos asesinos.

Después de unos años más, Gozuki le heredó su arma, su propia Teigu Murasame a Akame, quien ella en ese entonces poseía un Shingu llamado "Kiriichimonji", la única Shingu que no provoca efectos adversos o secundarios en el usuario.

Sin embargo, luego de haber traicionado al Imperio para unirse al ejército Revolucionario, abandonó Kiriichimonji, quién sabe dónde está ahora...

Murasame es una Teigu con forma de katana, cuyo filo entraña una antigua maldición (la cual se manifiesta con la sintomatología de un letal veneno) que produce ineludiblemente la muerte a una persona con un solo rasguño del mismo. El tiempo de actuación de esta maldición es realmente ínfimo, pudiendo acabar con la vida de una persona en cuestión de segundos.