capitulo 8

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JUNGKOOK:

La luz sobre nuestras cabezas se enciende, y el avión comienza
a temblar un poco. La turbulencia es algo que sucede en ocasiones y
no me molesta. Pero, ¿Joon Lo miro y veo sus manos agarrando los
brazos del asiento y sus nudillos volviéndose blancos.
-Les habla su capitán, por favor abróchense los cinturones de
seguridad. - La voz viene a través de la cabina, y miro a Minnie. -
Nos estamos preparando para aterrizar en los próximos veinte
minutos, pero vamos a tener algunos baches en el camino.
Escucho a joon desde atrás maldiciendo en ruso, y me doy la
vuelta. -Todo va a estar bien. - le digo en voz baja, y presiona sus
labios fuertemente.
-Odio cuando el avión rebota. - dice Minnie, y veo una mano
que va a su estómago mientras la otra se agarra al reposabrazos casi
idéntico a joon
-Estará bien. - Sin pensarlo dos veces, coloco mi mano más
grande sobre la de el y lo aprieto un poco. Me mira y luego se aleja
rápidamente.
-Dime algo.
- ¿Decirte qué?- pregunta distraídamente.
-Algo que mantenga tu mente alejada de los baches. - El avión
se hunde de nuevo cuando lo digo, y hay algunos sonidos de gente
detrás de nosotros en el avión.
Nos movemos bastante ahora mientras el avión se balancea, y
las azafatas se atan a sus asientos. El capitán vuelve y nos dice que
no tardará mucho más, pero puedo sentir el pánico ansioso de
Minnie a mi lado y de Joon a mi espalda.
Me vuelvo hacia el, pero hablo lo suficientemente alto como
para que mi hermano me escuche. -El Día de Acción de Gracias es
en dos días. ¿Estás seguro de que tu familia nos dará la bienvenida a
los dos?
-Um, sí. - Minnie traga y luego me mira con más confianza.
-Les encantará conocerlos a los dos.
- Da, ¿cocinarás para mí?
El rubor de sus mejillas no es por el nerviosismo cuando sonríe.
-Sí, cocinaré para ti.
-A mi hermano le encantan los postres, pero yo prefiero...- Me
tomo mi tiempo mirando su cuerpo antes de mirarla a los ojos. -
Savory.
- ¿Co-cómo qué?- se acerca a mí y hago lo mismo, como si
compartiéramos un secreto.
-Algo cálido. - Uso la punta de mi dedo para trazar la forma de
su mandíbula antes de rozar su labio inferior. -Algo decadente.
Escucho a joon hablando en ruso, pero lo ignoro, y Minnie no
parece escucharlo. Me acerco aún más a el, hasta donde puedo
sentir su aliento contra mis labios, y puedo ver las manchas de oro en
sus ojos azul hielo.
-Dime, dulce Minnie, ¿tienes algo así para mí?
- Si
presionara mis labios contra los suyos ahora mismo, creo que su
deseo sabría cómo el primer trago de café en una fría mañana de nieve.
Este pequeño gatito podría hacerme adicto con un pequeño mordisco.
Sus ojos se cierran lentamente, y mi dedo recorre su barbilla y
la delicada piel de su cuello. Puedo sentir sus latidos contra mi pulgar
como un gatito en mis brazos. Quiero acurrucarlo en mi regazo y
usarlo como el consuelo que no he tenido durante tantos años.
-Gracias por volar con nosotros hoy, por favor tengan cuidado
al abrir su compartimento superior.
El sonido de la voz de la azafata rompe el momento entre
nosotros, y Minnie abre los ojos y se inclina hacia atrás en su
asiento. Me ha dejado frío y separado de el, y no me gusta que se
desestime lo que acaba de pasar.
Sin darme cuenta, el avión ha aterrizado, y están abriendo la
puerta de la cabina. Levanto la vista a tiempo para ver que el pequeño
borracho es el primero en salir corriendo del avión y rechino los
dientes. Me hubiera gustado tener una oportunidad más con él una
vez que saliéramos del avión.
Me levanto, y Joon empuja mi bolsa contra mi pecho mientras
sale del avión sin mí. Quiero ir tras él, pero veo que Minnie se ha
alejado de mí mientras recoge sus cosas.
- ¿Tienes una bolsa?- Le pregunto, y asiente mientras está de
pie.
-Sí, pero debería estar justo al lado de la salida.
-Caminaré contigo. - le digo, y no es una petición.
No entiendo por qué no me mira cuando salimos del avión y
caminamos por el vestíbulo del aeropuerto. Necesito hacerlo sonreír y
hablarme como lo hacía antes de aterrizar. Antes de que casi nos
besáramos.
-Dame tu teléfono. - Veo a mi hermano  en la distancia en las puertas
de salida mirando su reloj. -Necesito irme, pero quiero llamarte.
-Um, está bien. - Se detiene en el carrusel donde el equipaje
va en un cinturón y saca su teléfono de su bolso.
Lo uso para llamar a mi teléfono primero y luego guardar el
contacto. -Te llamaré esta noche.
-Mira, está bien.
- ¿Qué está bien?- Mis cejas se juntan en confusión. -No me
gusta el tono que usas.
-Lo que quiero decir es que aprecio que hayas quitado a ese
imbécil del camino, y por hablarme en el vuelo. Fue agradable... no
sé... hablar con alguien.
-Yo también disfruté de nuestra conversación. - Mi afirmación
contundente hace que la comisura de su labio se levante y eso me
gusta.
-No me debes nada. Es todo lo que intento decir..

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