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Capítulo 14

CONTRATO Y ARREPENTIMIENTO

No tenía nada que esconder, ni nada de lo que avergonzarse, pero aún así Nain estaba nervioso mientras observaba a su esposa que estaba sentada detrás de su escritorio con la carta del Duque Skildpadde en sus manos,   leyendo en silencio.

— ¿Por qué te escribe? —fue su primera pregunta, tan sencilla de responder pero Nain no encontró las palabras en su mente ¿Qué iba a decir? ¿Cuál es la respuesta correcta?

— Tenía algunos negocios con el Duque, no, sigo teniendo negocios pendientes con él —aclaró tratando de sonar los más sincero posible pese a que no estaba escondiendo nada.

Aleyna lo miró brevemente antes de regresar su vista a la carta, no eran celos lo que sentía pero si dudas.

— Él Duque parece muy angustiado y te ofrece disculpas por su propuesta matrimonial que estaba fuera de lugar, también te solicita que cumplas con tu parte del trato entre ambos —resumió la carta— ¿Me explicas?

— Cuando estaba comprometido con él príncipe heredero, busqué un buen matrimonio para Ian, él Duque Edwin fue el mejor candidato así que hicimos un trato a base de unas ideas de conservación de alimentos que estuve investigando y que son de mi creación, a cambio él cuidaría de mi hermano —explicó— Y sobre su propuesta, como menciona es algo que estuvo fuera de lugar.

La Marquesa no tenía dudas sobre la sinceridad de su esposo, pero le preocupaba él Duque Edwin, ahora que Nain era Marqués del sur seguro pediría recursos para compensar ese dichoso trato.

— ¿Eso es todo? —preguntó una vez más para estar segura.

— Si.

— Bien, prosigue con tu tratado con él, si solicita recursos del sur puedes dárselos —dejó que su Marqués lo resuelva— Mientras él se haga cargo del transporte no me importa venderle a bajos precios

— Te agradezco tu comprensión...

— Eres mi Marqués, esta tierra es tu hogar, tu pertenencia y es tu derecho usar sus recursos como te plazca, eso me incluye —sonrió levemente mirando a su esposo, recorrió cada parte de su anatomía, desde sus zapatos hasta su rostro y cabello— No obstante, si alguna vez te reúnes con él Duque Skildpadde debe ser solo en mi presencia ¿Lo comprendes?

— Si

— Muy bien —asintió mientras le extendía la carta a su Marqués, Nain aún nervioso la tomó con cuidado— ¿Cómo te fue?

— Hice las compras necesarias, todo estará en un informe en tu escritorio en la mañana

— Perfecto

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La carta del Duque Edwin no decía mucho más de lo que le había dicho Aleyna, simplemente solicitó que cumpla su parte del trato pero no había una fecha límite, aunque intuía que sería pronto ya que el norte se acercaba a su época de invierno más cruda a la cual llamaban heladas. Así que diligentemente redactó sus ideas en varias hojas, puso ejemplos y luego escribió una carta de respuesta que le mostró a su esposa, para luego mandarla con un mensajero del Marquesado, fue lo último que hizo antes de seguir con sus labores.

Pero ahora después de tres días como había dicho, él Conde Calderón se presentó en el castillo Regnsne para su reunión, lo recibió en su oficina ya que era una charla de negocios y lo hizo sentar frente a su escritorio.

El silencio en la oficina era muy notorio, tanto que Nain tuvo que iniciar la conversación.

— Me alegra poder conocerlo Conde Calderón —saludó pese a que previamente se habían saludado con reverencias— Escuché de mi asistente que tiene una propuesta de negocios