Shadamy - Entre Luces y Sombras

Parte 2: Entre Sombras y Dudas

El silencio se apoderó del ambiente, pero era cualquier cosa menos incómodo. Amy sentía el calor de Shadow cerca, algo que la hacía sentirse más viva, más alerta. Sin embargo, a pesar de la intensidad del momento, ambos sabían que las palabras que no habían dicho pesaban más que el atardecer que se desvanecía tras ellos.

Shadow fue el primero en apartarse. Como si se hubiera dado cuenta de que algo había cambiado entre ellos, algo que no sabía cómo manejar. Dio un paso hacia atrás, y su mirada se volvió distante una vez más.

"Esto no debería haber pasado," murmuró, con la mandíbula tensa. "No soy alguien que deba estar cerca de ti, Amy."

Ella parpadeó, sorprendida por lo que acababa de escuchar. "¿Por qué siempre dices eso? ¿Por qué te empeñas en apartarte? Shadow, no entiendo..." Su voz se apagó, incapaz de articular lo que estaba sintiendo. Lo que más la confundía era esa mezcla de furia y tristeza que veía en él.

Shadow giró, dándole la espalda mientras las sombras se alargaban con el ocaso. "Porque no soy quien crees que soy," dijo, su voz cargada de una tristeza contenida. "Todo lo que toco termina mal. Y tú... mereces algo mejor. Algo que yo no puedo darte."

"¿Algo mejor?" Amy avanzó, alcanzándolo, sin querer dejar que se alejara. "No se trata de ser mejor o peor. Se trata de ser tú mismo. ¿Por qué crees que no lo mereces?"

Shadow cerró los ojos por un instante, luchando contra algo en su interior. "No soy como Sonic," confesó finalmente. "No puedo ser el héroe en tu vida. No soy el tipo que te salvará cuando todo se derrumbe. Yo soy... la oscuridad que nadie quiere."

Amy lo miró, sintiendo una punzada en el pecho. Shadow, siempre tan seguro, tan estoico, ahora revelaba su mayor temor: no ser suficiente.

"Shadow..." Su voz fue suave, casi un susurro. "Yo no necesito que seas un héroe. Ni que me salves. Solo quiero que estés aquí. Tal como eres."

Las palabras hicieron eco en la cabeza de Shadow, pero él no se movió. Por dentro, su corazón era un torbellino de emociones. No podía negar lo que había sentido en ese momento, cuando Amy se había acercado, cuando su presencia parecía calmar la tormenta que siempre lo envolvía. Pero también sabía que el caos que llevaba dentro nunca desaparecería. Y eso era lo que temía.

Amy dio otro paso hacia él, su mano alcanzando suavemente su brazo. "Shadow, no siempre tienes que ser fuerte. No conmigo."

Él se tensó ante su toque, pero no se apartó. Había algo en ella que siempre lograba penetrar sus barreras, algo que lo desconcertaba y al mismo tiempo lo atraía. Amy no lo veía como una sombra, ni como una amenaza. Lo veía como alguien que podía ser más que su oscuridad. Y eso lo asustaba.

"¿Por qué haces esto?" preguntó Shadow en voz baja, sin girarse. "¿Por qué te importa?"

Amy sonrió suavemente, aunque él no pudiera verlo. "Porque creo que debajo de todo ese silencio y distancia... hay alguien que vale la pena conocer."

Por primera vez, Shadow giró ligeramente la cabeza, lo suficiente como para mirarla por el rabillo del ojo. Los ojos de Amy brillaban con esa luz que siempre había rechazado, pero ahora parecía algo a lo que no podía resistirse.

"No puedes cambiarme," advirtió él, aunque su tono no era tan firme como antes.

"Tal vez no quiera cambiarte," replicó Amy, más decidida de lo que se había sentido en mucho tiempo. "Tal vez solo quiero entenderte."

Shadow la miró, realmente la miró por primera vez en mucho tiempo. Y por un instante, se permitió preguntarse qué sería permitir que alguien lo entendiera. Qué sería dejar de luchar contra todo lo que sentía.
Pero, como siempre, la realidad lo golpeó de nuevo. Su mente le recordó quién era, lo que había hecho, y lo que podría pasar si permitía que alguien se acercara demasiado.

"Es peligroso para ti estar cerca de mí," dijo en tono bajo, y esta vez su voz sonó más rota de lo que Amy había esperado. "No puedes imaginar el daño que puedo causar."

Amy no retrocedió. "Tal vez sí lo imagino. Pero no tengo miedo, Shadow."

Esa respuesta lo dejó en silencio. Por más que quisiera alejarse, por más que supiera que debía hacerlo, había algo en esas palabras que lo retenía. Tal vez era su valentía, o tal vez era esa chispa que Amy siempre llevaba consigo, esa luz que de alguna manera comenzaba a derretir las capas de hielo que él mismo había construido.

"Yo sí lo tengo," admitió él en un susurro, casi como si se hablara a sí mismo.

Amy sintió el peso de esas palabras, pero no dejó que la asustaran. En lugar de eso, tomó una decisión. "No tienes que enfrentarlo solo," dijo, su voz suave pero decidida. "No mientras yo esté aquí."

Shadow cerró los ojos, dejando que el viento nocturno pasara entre ellos. Sabía que lo correcto sería apartarse, protegerla de sí mismo. Pero no podía moverse. No ahora. No cuando ella estaba tan cerca, tan dispuesta a comprenderlo.

Y en ese silencio, entre sombras y dudas, algo cambió. Tal vez no era una rendición, tal vez no era aceptación completa, pero sí fue un paso. Un pequeño paso hacia algo que ambos, en el fondo, sabían que no podrían evitar por mucho tiempo más.

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