No quise saber de ti ni de tus flores por muchos días más, aunque tu siguieras intentando dármelas. Solo las dejaba ahí o esperaba a que me miraras para que me vieras botarlas a la basura.
Quizás fui infantil, quizás me ilusioné porque no sé, no tenia nada mejor que hacer. Pero tengo que darte créditos, nadie había puesto tanto empeño en romper el corazón de alguien más. Si que eres un jugadora de clase mundial.
Me enteré de eso en la cafetería, ese día que nos volvimos a ver, desde la distancia mi corazón se abría más y más, porque ti estabas ahí riéndote de las bromas de tus amigos, esas que de seguro ni tu comprendías, haciendo una flor con una servilleta.
¿Me la ibas a dar? ¿Fingir que no tienes una novia y seguir coqueteando conmigo? Como si fuera tan solo un nombre, una cara de la cual burlarse.
Molesta me paré de mi asiento, mis amigas llamando mi nombre para detenerme, pero nada lo haría. Estaba enojada, ilusionada y con el corazón herido.
Sé que te murmuré algo incoherente para llamar tu atención, mi presencia repentina puso sorpresa en todos ustedes, aunque estoy segura de que me estaban esperando. Sé que te exigí una respuesta a una pregunta que ni siquiera sabía que quería hacer.
Pero lo que dijiste, esa frase que dijiste con una sonrisa ladina en tu cara y el apoyo de los estúpidos de tus amigos <<¿Quién dijo que estas flores son para ti?>>>
¿Cómo te atreves, alojarte en mi corazón y sembrar un jardín de flores hermosas para luego arrancarlas una por una?
Billie Eilish
